¡°No esperen nada de Francia, estamos como en los a?os treinta¡±
El fil¨®sofo, que apoy¨® a Sarkozy en la pasada elecci¨®n, dice que ahora le cuesta mucho votar por el mandatario franc¨¦s Critica a Hollande y a la izquierda francesa
Andr¨¦ Glucksmann (Boulogne-Billancourt, 1937) comenz¨® a los ocho a?os su carrera de disidente tirando un zapato a un Rotschild que acogi¨® en casa a un grupo de hu¨¦rfanos jud¨ªos para festejar el fin de la guerra. Austriaco de origen, aquel ni?o se hizo poco despu¨¦s militante comunista, y m¨¢s tarde mao¨ªsta. Pero Glucksmann lleva ya 35 a?os fustigando a la gauche francesa y su visi¨®n del mundo ¡°corta, meliflua y cobarde¡±. Su viraje se complet¨® hace cinco a?os, cuando el fil¨®sofo apoy¨® p¨²blicamente a Nicolas Sarkozy. Fue uno de los intelectuales que m¨¢s se expuso, incluso particip¨® en un mitin, y luego en la revista El mejor de los mundos, que acab¨® cerrando en 2010 entre disputas del grupo de sarkozystas heterodoxos. Ahora, a sus 75 a?os, el pensador se ha desmarcado p¨²blicamente de Sarkozy (pero tambi¨¦n de Fran?ois Hollande), se muestra furibundo con la clase pol¨ªtica, y afirma que los europeos no debemos ¡°esperar gran cosa de esta Francia porque est¨¢ igual que en los a?os treinta¡±.
Sentado en el sal¨®n de su casa del distrito IX de Par¨ªs, grande y forrada de libros, Glucksmann recuerda que en 2007 vio en el l¨ªder de la derecha ¡°el ¨²nico capaz de seguir los pasos de una pol¨ªtica con coraz¨®n¡±, Y aunque dice que le costar¨¢ mucho volver a elegir a Sarkozy, no desvela a qui¨¦n votar¨¢ ma?ana: ¡°Quiz¨¢ vote en blanco, pero tengo claro que no ser¨¢ a Hollande. Y luego ya ver¨¦¡±.
Pregunta. ?As¨ª que no descarta volver a votar a Sarkozy?
Respuesta. Tom¨¦ partido her¨¦ticamente a su favor, pero esta vez no he repetido. La prensa extranjera dice que esta campa?a se ha construido fr¨ªvolamente sobre la nada, y tiene raz¨®n. Parecer¨ªa que estamos en una isla francofrancesa y que el mundo no existe. Desde el principio el tono ha sido ese. Y es lamentable, pero todo empez¨® en las primarias socialistas. Fue una gran decepci¨®n, hubo tres debates y no se habl¨® una palabra de Europa salvo para denigrarla y pedir m¨¢s proteccionismo. Como si hubi¨¦ramos trazado una l¨ªnea Maginot imaginaria, negando la realidad exterior. Y as¨ª seguimos.
P. Sarkozy hace lo mismo, pero atacando adem¨¢s a Schengen.
R. Todos han hecho una campa?a parecida. Los frentes contestatarios, el Nacional y el de Izquierda, son completamente provincianos. Y Sarkozy se ha plegado a ese juego desde el discurso de Grenoble (verano de 2011) en el que atac¨® a los gitanos rumanos para empezar a robarle apoyos a Le Pen, haciendo un c¨¢lculo falso y c¨ªnico, porque ¨¦l no es racista, de la sociedad francesa. Desde entonces act¨²a como si creyera que el pueblo es racista, pero es uno de los menos racistas del mundo. Desde luego no lo es si la gente ve en televisi¨®n que la polic¨ªa derriba las chabolas de una pobre gente. Yo me rebel¨¦ contra ese giro y dije que era indigno.
P. En realidad, solo copi¨® lo que hizo Berlusconi en Italia.
Europa es m¨¢s s¨®lida que nuestras instituciones. Es la idea m¨¢s luminosa del siglo XX, la que nos permiti¨® superar el fascismo y el comunismo dejando atr¨¢s 50 millones de muertos sin contar los del Gulag"
P. S¨ª, ah¨ª me di cuenta de que Sarkozy hab¨ªa perdido su visi¨®n del mundo. Si te da envidia alguien como Berlusconi, que duerme en una cama que te ha regalado Putin (uno que ha prolongado la tradici¨®n sovi¨¦tica de enviar esp¨ªas guapas), y empiezas a preocuparte de peque?eces como ser agresivo con la inmigraci¨®n creyendo que eso va a ser rentable (cuando no lo es porque ganas a los ultras pero pierdes el centro), significa que has perdido la visi¨®n del mundo y te has convertido en un gendarme.
P. Bueno, es el riesgo de querer competir con Le Pen...
R. Ante la cerrada visi¨®n del mundo de los socialistas, ¨¦l ha optado por ofrecer otra m¨¢s cerrada. Por eso al final no ha querido que viniera Merkel, por eso ha suspendido toda referencia a su actividad internacional, que no deja un mal balance pero ha quedado totalmente marginada. Lo mejor que ha hecho Sarkozy es parar la invasi¨®n rusa de Georgia. La campa?a de Libia tambi¨¦n fue positiva. Pero al final se ha acabado echando en brazos de Putin vendi¨¦ndole portahelic¨®pteros Mistral para que amenace a los peque?os pa¨ªses lim¨ªtrofes, y quiz¨¢ a Jap¨®n.
P. Dice que los socialistas tienen una visi¨®n cerrada. ?Cree que Hollande ser¨¢ un mal presidente?
R. La izquierda francesa ignora el contexto global con su visi¨®n corta y maniquea. Creen que la globalizaci¨®n es un desastre porque obliga a cerrar industrias en Francia. As¨ª que condenan todo lo que viene de fuera. Hay mil millones de chinos que han entrado en la historia y los mercados, y eso ha cambiado todo. Est¨¢ Brasil, India, millones de campesinos y obreros que tratan de salir adelante y de vivir mejor que sus padres. Como pasaba aqu¨ª antes. Y nuestros socialistas quieren poner barreras al comercio, y se olvidan de los intelectuales que luchan por democratizar sus pa¨ªses¡ ?Qu¨¦ tipo de visi¨®n humanista es esa? Es verdad que hay dumping, competencia desleal, pero eso entre otras cosas es culpa de los bur¨®cratas internacionales (a menudo socialistas) que no cumplieron los criterios de la OIT al cerrar los acuerdos comerciales. El problema de Hollande es que no ha cambiado en 15 a?os. No reaccion¨® a lo que pas¨® en Europa del Este, no ha movido un dedo a favor de los moscovitas que se manifiestan contra Putin, ni contra el despotismo en los pa¨ªses ¨¢rabes¡ Ben Ali y Mubarak eran miembros de la Internacional Socialista, y Hollande fue su compa?ero durante a?os. Y luego est¨¢ lo de Dominique Strauss-Kahn. Bonito ejemplo moral¡ ?Realmente no sab¨ªan? Pero lo peor es que no dice absolutamente nada sobre la actualidad mundial. Parece un peque?o funcionario de la ONU.
P. ?Realmente no va a votar por Sarkozy?
R. Me costar¨ªa mucho. Le apoy¨¦ porque denunci¨® la matanza de chechenos siendo alcalde de Neuilly. Pero al final se ha acabado convirtiendo en un provinciano m¨¢s, ha ca¨ªdo preso de esta epidemia de provincianismo xen¨®fobo que ni siquiera es original. Alemania est¨¢ en plena enfermedad, y su inter¨¦s por Europa no existe: solo les interesa su peque?a familia, Polonia, Pa¨ªses Bajos, la Rep¨²blica Checa, la amistad rusa y el gasoducto de Gazprom. Desde la ca¨ªda del muro, el ego¨ªsmo alem¨¢n le ha alejado todav¨ªa m¨¢s del mundo, en realidad nunca han tenido una idea del mundo y creen que modernidad es igual a democracia, olvidando que en los a?os veinte y treinta ellos eran los m¨¢s modernos, con Jap¨®n, y eso no se tradujo en democracia. Mientras tanto, Rusia se juega en el casino occidental el dinero del petr¨®leo, y Sarkozy imita a Alemania: ellos les venden Mercedes, nosotros Mistral.
P. ?Piensa que Europa se romper¨¢?
R. No se romper¨¢ porque la idea de Europa es m¨¢s s¨®lida que nuestras instituciones. Es la idea m¨¢s luminosa del siglo XX, la que nos permiti¨® superar el fascismo y el comunismo dejando atr¨¢s 50 millones de muertos sin contar los del Gulag. Europa fue el ant¨ªdoto y la disidencia, la ruptura de un paradigma, la carta de derechos frente a la revoluci¨®n armada y la sangre. Hoy vemos a M¨¦lenchon confundir a Robespierre con Hugo Ch¨¢vez, quiz¨¢ olvidando que a Robespierre lo guillotinaron por aceptar la derrota en la Asamblea Nacional. Pero somos el modelo de las mayor¨ªas frente a los horrores que creamos. Y eso quedar¨¢ siempre. Si la actual generaci¨®n no quiere tenerlo en cuenta, vendr¨¢n otras que lo har¨¢n.
P. Muchos europeos se sienten perdidos y esperan que Francia asuma el mando pol¨ªtico y cambie el continente dando la r¨¦plica a Merkel. ?Cree que pasar¨¢ eso?
No conviene fiarse mucho de Francia. Nos hemos confundido muchas veces, sobre todo cuando queremos tocar solos"
R. La pol¨ªtica francesa ha dimitido. No querer vivir con la globalizaci¨®n es una renuncia est¨²pida. Es posible controlar mejor los mercados, y ellos adem¨¢s lo necesitan. Pero no podemos caer en el analfabetismo hist¨®rico. Si la opci¨®n es guillotinar a los banqueros¡ Que los griegos digan que Merkel es igual que Hitler es est¨²pido. La historia cuenta que Francia quiso abstraerse de los mercados cuando Napole¨®n invadi¨® Rusia para reforzar las fronteras contra Inglaterra. No sali¨® muy bien. Eso nos recuerda que no conviene fiarse mucho de Francia. Nos hemos confundido muchas veces, sobre todo cuando queremos tocar solos. Entre 1934 y 1940, la derecha francesa y el Frente Popular decidieron que era mejor dejar hacer a Hitler y a Franco. As¨ª se cre¨ªan al abrigo de todo, y se puso de moda la canci¨®n tout va bien, madame la marquise, que era una iron¨ªa: el mayordomo le cuenta a su patrona que la casa est¨¢ ardiendo. Esa es una enfermedad que nos suele aquejar, y corremos serio riesgo de sufrirla otra vez. Aunque es una enfermedad mundial. Todos dimiten de su obligaci¨®n. Obama lo hizo en Ir¨¢n en 2009, Rusia solo exporta corrupci¨®n, China compra sin cumplir la ley¡ Pero, en fin, ah¨ª est¨¢n al menos las revoluciones ¨¢rabes.
P. ?Confirma entonces que las Luces francesas no nos salvar¨¢n?
R. La Ilustraci¨®n siempre fue muy parad¨®jica. Voltaire estuvo muy cerca de justificar a Pedro el Grande, que mat¨® a su propio hijo tras haberlo torturado¡ Nuestras Luces nunca han sido del todo puras. Aunque es verdad que han transformado el mundo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.