Miles de manifestantes piden la suspensi¨®n de las elecciones en Egipto

Centenares de miles de personas se han congregado este martes en la plaza Tahrir de El Cairo y en el centro de otras ciudades egipcias para protestar contra lo que consideran un proceso electoral ¡°ileg¨ªtimo¡±, del que saldr¨¢ elegido el nuevo presidente del pa¨ªs. La segunda vuelta de las presidenciales est¨¢ prevista para los d¨ªas 16 y 17 de junio, y enfrentar¨¢ a Ahmed Shafik, el ¨²ltimo primer ministro de Mubarak, con Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes.

Si bien la chispa que encendi¨® esta ¨²ltima ronda de movilizaciones fue el veredicto del juicio contra el exdictador Hosni Mubarak, que el pasado s¨¢bado termin¨® con una condena a cadena perpetua para el expresidente y la absoluci¨®n de sus hijos y seis altos cargos de la polic¨ªa, las principales demandas de los manifestantes se centran en modificar la hoja de ruta de la enmara?ada transici¨®n egipcia. Los revolucionarios tambi¨¦n exigen la repetici¨®n del proceso judicial por la represi¨®n de los manifestantes durante la revoluci¨®n, pero esta petici¨®n ha pasado ya a un segundo plano.

Seg¨²n el calendario previsto, la Junta Militar que administra el pa¨ªs desde la renuncia de Mubarak deber¨ªa entregar sus poderes al nuevo presidente electo el 30 de junio. Sin embargo, las fuerzas revolucionarias, lideradas por los candidatos presidenciales derrotados Hamdin Sabahi, Abdel Moneim Abulfutuh y Jaled Al¨ª, consideran que los comicios han sido manipulados, por lo que exigen que la Junta Militar entregue el poder a un consejo presidencial formado personalidades afines a la revoluci¨®n, y se suspenda la segunda vuelta.

Asimismo, Tahrir pide la aplicaci¨®n de la llamada ¡°ley del aislamiento¡±, que priva de sus derechos pol¨ªticos a las principales figuras del r¨¦gimen de Mubarak. De acuerdo con esta norma, Ahmed Shafik no podr¨ªa haberse presentado a las elecciones presidenciales. No obstante, la Junta Electoral suspendi¨® de forma cautelar su aplicaci¨®n al considerarla de dudosa legalidad, remiti¨¦ndola al Tribunal Constitucional el mes de abril. La Corte Suprema a¨²n no ha fijado una fecha para emitir su veredicto.

El ambiente en la c¨¦lebre plaza del coraz¨®n de El Cairo es relajado, y aunque predominan los j¨®venes, tambi¨¦n han venido familias con criaturas. Algunos manifestantes discuten animadamente en corros, otros descansan sentados en el suelo, y los hay que se toman un t¨¦. Una vez m¨¢s, los vendedores ambulantes han hecho su agosto. En comparaci¨®n con anteriores movilizaciones, se respira un clima m¨¢s unitario. Apenas se ven s¨ªmbolos partidistas, y no hay varias plataformas de diverso color pol¨ªtico compitiendo en decibelios.

"No a Shafik", reza una gran pancarta que sostienen varios ataviados con diademas y gorras con la bandera de Egipto. "No pertenecemos a ning¨²n partido pol¨ªtico u organizaci¨®n. Somos simplemente revolucionarios que no queremos ver ni en pintura a Shafik", asegura uno de ellos. Sus simpat¨ªas se dividen entre Sabahi y Abulfut¨², pero todos tienen claro una cosa: si no se cancela la segunda vuelta, votar¨¢n por Morsi.

Entre las organizaciones que han convocado la manifestaci¨®n, se encuentran los Hermanos Musulmanes, la hist¨®rica organizaci¨®n islamista egipcia. La Hermandad est¨¢ tratando de capitalizar la indignaci¨®n generada por el veredicto del juicio Mubarak para impulsar la candidatura de Morsi. Sin embargo, la Hermandad ha expresado sus reservas respecto a la idea de suspender las elecciones, y apuesta por la uni¨®n de las fuerzas revolucionarias entorno a su candidato para derrotar en la segunda vuelta a Shafik, a quien acusan de querer restaurar el viejo orden.

Desde hace un a?o, el panorama pol¨ªtico egipcio se mueve al son que marcan las cambiantes alianzas de sus tres principales actores: la Junta Militar, los Hermanos Musulmanes, y las fuerzas revolucionarias laicas. Hace un par de meses, se rompi¨® el ¡°matrimonio de conveniencia¡± entre islamistas y militares a causa de sus voraces ambiciones de poder. Ahora que protagonizar¨¢n un duelo en las urnas, las dos instituciones m¨¢s poderosas de Egipto pretenden arrimarse a las fuerzas revolucionarias laicas.

De ah¨ª que la Hermandad, que se lav¨® las manos en los violentos disturbios callejeros de los ¨²ltimos meses, haya redescubierto la legitimidad de Tahrir. Shafik, por su parte, intent¨® ayer poner palos a las ruedas de la reconciliaci¨®n entre islamistas y revolucionarios asegurando tener pruebas de que miembros de los Hermanos Musulmanes dispararon contra los manifestantes durante la revoluci¨®n. El comandante, que entonces ejerc¨ªa de primer ministro, declar¨® en una entrevista televisiva que sus fuentes eran los servicios secretos.

Avezada en la t¨¢ctica del divide et impera, la Junta Militar tambi¨¦n podr¨ªa meter cu?a entre revolucionarios e islamistas modificando la ¡°declaraci¨®n constitucional¡± que gobierna el pa¨ªs durante el periodo transitorio. Seg¨²n filtraron hoy varios medios locales, la c¨²pula militar estar¨ªa estudiando limitar la capacidad del Parlamento, dominado por los islamistas, de su capacidad para nombrar los miembros de la Asamblea Constituyente. La formaci¨®n de este organismo se encuentra bloqueada desde hace un par de meses por las discrepancias entre las fuerzas islamistas y laicas.

A medida que se acerca el final te¨®rico del gobierno de los militares, afloran las soterradas luchas de poder que han enredado la transici¨®n egipcia, y han enturbiado las esperanzas y sue?os de los millones de egipcios que celebraron el 11 de febrero del a?o pasado la ca¨ªda del ¡°¨²ltimo fara¨®n¡±.