Los partidos a favor del rescate de la troika ganan en las elecciones griegas

¡°Es triste tener que elegir entre un ladr¨®n y un loco¡±. Nikos, conductor de autob¨²s, no quiso revelar por qui¨¦n hab¨ªa votado. Pero con casi el 100% (el 99,83%) de las papeletas escrutadas, todo indicaba que los griegos hab¨ªan decidido favorecer por un leve margen al ¡°ladr¨®n¡±, ardorosamente patrocinado por la Uni¨®n Europea. Antonis Samaras, el candidato conservador de Nueva Democracia, a quien Nikos llamaba ¡°ladr¨®n¡± por formar parte de la clase pol¨ªtica corrupta que llev¨® Grecia a la quiebra, rozaba el 30% de los votos cuando proclam¨® su victoria. ¡°Es un ¨¦xito para Europa¡±, dijo. Alexis Tsipras, el candidato izquierdista de Syriza, calificado de ¡°loco¡± por su arriesgada oposici¨®n a la austeridad impuesta por los acreedores del pa¨ªs, obtuvo el 26,8% de los votos y anunci¨® que como jefe de la oposici¨®n seguir¨ªa oponi¨¦ndose al ¡°terrorismo econ¨®mico¡± del rescate.

Dos cosas parec¨ªan claras anoche: que la sociedad griega estaba muy dividida entre quienes aceptaban (a la fuerza) la austeridad y quienes no la soportaban m¨¢s, y que Nueva Democracia necesitaba construir una coalici¨®n amplia con otros partidos, con el Pasok como m¨ªnimo (12,3%), e idealmente tambi¨¦n con los Dem¨®cratas de Izquierda (6,2%), si quer¨ªa formar un Gobierno con garant¨ªas de supervivencia. Aunque los pa¨ªses del euro lanzaran un suspiro de alivio, las perspectivas no eran del todo tranquilizadoras. Las negociaciones para formar Gobierno comenzar¨¢n hoy mismo.

Al menos parec¨ªa definitivamente descartada la peor de las opciones: que, como tras las fallidas elecciones de seis semanas atr¨¢s, no se pudiera formar Gobierno. Confirmado el 30% de los votos, Samaras tiene 79 esca?os, que sumados a la prima de 50 esca?os concedidos al partido m¨¢s votado llegan a 129. No deber¨ªa costarle mucho atraer hacia una coalici¨®n al Pasok, que fue durante d¨¦cadas el partido hegem¨®nico y se arrastra ahora por el fondo de la tabla (12%). Con eso ya lograr¨ªa la mayor¨ªa en un Parlamento con 300 diputados.

Esa te¨®rica coalici¨®n gubernamental s¨®lo representar¨ªa, sin embargo, a la mitad de los votantes. Poco para un Gobierno que necesitar¨¢ sentirse muy legitimado para dirigir un pa¨ªs dividido, mortificado tras cinco a?os de recesi¨®n y dos de recortes brutales (la econom¨ªa griega ha encogido casi el 70% en una d¨¦cada), sin pol¨ªticas de bienestar y a punto de desgajarse del euro porque, pese a los 172.000 millones de euros recibidos en una operaci¨®n de rescate patrocinada por Bruselas, sus desequilibrios macroecon¨®micos siguen siendo muy graves. El desempleo se aproxima al 25%, los bancos necesitan una recapitalizaci¨®n urgente, la actividad econ¨®mica est¨¢ casi paralizada. El malestar social, paralelamente, ha generado un inquietante fen¨®meno de xenofobia violenta. ¡°Haremos lo que hay que hacer¡±, prometi¨® anoche Samar¨¢s, pero ¡°trabajaremos con los socios europeos para a?adir a las pol¨ªticas de austeridad algunas medidas que fomenten el crecimiento¡±.

La presi¨®n de los socios europeos, y muy especialmente de Alemania, sobre el pueblo griego para que votara a Samar¨¢s y rechazara al izquierdista Tsipras se hizo casi insoportable durante los ¨²ltimos d¨ªas de campa?a. En teor¨ªa, la formaci¨®n en Atenas de un Gobierno conservador y apegado a la ortodoxia econ¨®mica europea deber¨ªa calmar un poco la tormenta sobre el euro y aliviar el agobio de pa¨ªses como Espa?a. Solamente en teor¨ªa. En la pr¨¢ctica, los mercados medir¨¢n el grado de resistencia de la hipot¨¦tica coalici¨®n conservadora a favor de la austeridad y el euro, la capacidad de Syriza para desarrollar tareas de oposici¨®n en el Parlamento (y posiblemente en la calle, porque el amplio rechazo popular a la austeridad queda categ¨®ricamente confirmado) y hasta qu¨¦ punto constituye una distorsi¨®n la presencia de un grupo de neonazis entre los diputados griegos. Amanecer Dorado, el partido de corte fascista que dio la sorpresa en las elecciones de mayo, no solo no ha bajado, como auguraban los sondeos de hace semanas, sino que se ha mantenido en torno al 7%.

El hipot¨¦tico Gobierno conservador tendr¨¢ que someter muy pronto a votaci¨®n nuevas medidas de austeridad y eso implicar¨¢ pagar un precio: lo m¨¢s probable es que con cada una de esas medidas pierda algunos diputados, por lo que le conviene disponer de un margen m¨¢s o menos amplio. La posici¨®n de Samar¨¢s ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil cuanto m¨¢s se resista Alemania a dulcificar las condiciones del memor¨¢ndum, como se llama a la lista de exigencias impuestas al pa¨ªs por los acreedores de la troika (Uni¨®n Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).

El l¨ªder de Nueva Democracia pide que se conceda a Grecia m¨¢s tiempo para reducir su d¨¦ficit y que haya una cierta flexibilidad para subir las pensiones m¨¢s bajas, devastadas por los recortes. La primera ministra alemana, Angela Merkel, ha respondido hasta ahora con un sonoro nein. Incluso se especula con que su objetivo no declarado es expulsar a Grecia del euro y con ello de la Uni¨®n Europea, para que los dem¨¢s pa¨ªses miembros comprueben lo caro que resulta no someterse a la disciplina fiscal y presupuestaria exigida desde Berl¨ªn. Habr¨¢ que ver si un nuevo Gobierno griego obtiene un poco m¨¢s de comprensi¨®n.

Quiz¨¢ para Tsipras resulte c¨®modo quedarse como jefe de la oposici¨®n y dejar que sea Samaras quien se desgaste en la lucha por mantenerse en el euro

Para Syriza, la derrota no deja de ser dulce. En 2009 era un partidito perif¨¦rico en la izquierda y s¨®lo contaba con el 4,6% de los votos. El mes pasado subi¨® hasta el 16,7%. Y ahora supera el 25%. Su l¨ªder, el joven, carism¨¢tico y populista Alexis Tsipras, ha cabalgado a lomos de la crisis y ha logrado galvanizar el rechazo a unas pol¨ªticas de recortes y austeridad que hasta el momento no han hecho m¨¢s que agravar la recesi¨®n y propiciar m¨¢s recortes y m¨¢s austeridad.

Quiz¨¢ para Tsipras resulte c¨®modo quedarse como jefe de la oposici¨®n y dejar que sea Samar¨¢s quien se desgaste en la lucha por mantenerse en el euro. Pero, para no ser devorado por su r¨¢pido ¨¦xito, Tsipras deber¨¢ ser capaz de mantener en orden su coalici¨®n, Syriza, en la que conviven grupos variopintos a los que s¨®lo une el rechazo al memor¨¢ndum de los acreedores. Y coordinar su labor parlamentaria con las previsibles protestas callejeras de sus votantes, tarea nada f¨¢cil.

Quien peor parado sale de estas elecciones es el Pasok, el partido socialista que domin¨® la pol¨ªtica griega desde mediados de los 70, cuando cay¨® la dictadura de los coroneles. El Pasok es mayoritariamente identificado con la corrupci¨®n, el clientelismo y la ineficacia que han llevado Grecia a la ruina. Parad¨®jicamente, ahora, pese a su desplome (en 2009 recogi¨® el 44% de los votos y ayer se qued¨® en el 12%), su papel es fundamental. Samar¨¢s necesita imperiosamente a sus antiguos rivales del Pasok para formar la ¡°coalici¨®n del euro¡±, y ¨¦stos podr¨¢n poner condiciones. Igual que Izquierda Democr¨¢tica, un partido ideol¨®gicamente muy distante de Nueva Democracia (aunque en Grecia existen desde siempre atajos para salvar ese tipo de distancias), con el que la ¨²nica conexi¨®n es la voluntad com¨²n de no desafiar frontalmente a los socios europeos y mantener el pa¨ªs en el euro.