?ltimos d¨ªas contra la restauraci¨®n
Como sucede en el trecho final de cada elecci¨®n, las opciones terminan por polarizarse
Mis recuerdos m¨¢s lejanos de la temporada electoral en M¨¦xico son de ciudades tapizadas de escarapelas tricolores, el nombre del presidente por ungir repetido en cada pared y en cada poste. Las campa?as no eran la exposici¨®n de nuestra pluralidad sino la fiesta del partidazo, que s¨®lo toleraba disidencia si serv¨ªa para legitimarlo.
Los colores que muy lentamente aparecieron en el paisaje (el azul del PAN, el rojo y amarillo de la izquierda) simbolizaban rendijas para atisbar la realidad oculta bajo litros de pintura: miseria rampante, censura, la corrupci¨®n como t¨®tem del sistema. La construcci¨®n de un sistema democr¨¢tico no solucion¨® los problemas pero s¨ª permiti¨® mirarlos con claridad. Aprender a mirar no es poca cosa. Esa facultad puede servirnos en las elecciones del 1 de julio.
Como sucede en el trecho final de cada elecci¨®n, las opciones terminan por polarizarse. En M¨¦xico, la disyuntiva es entre dos bandos: por un lado la desgastada derecha gobernante y la maquillada vieja guardia del PRI, y por el otro la masa cr¨ªtica que se ha aglutinado en torno a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (AMLO).
El Partido Acci¨®n Nacional (PAN) tiene poco que ofrecer. Tras 12 a?os de gobierno M¨¦xico es uno de los pa¨ªses donde la libertad de expresi¨®n est¨¢ m¨¢s amenazada, el Estado parece impotente ante el sadismo criminal, la inmensa mayor¨ªa de los delitos permanece impune, y seg¨²n cifras oficiales hay 52 millones de pobres. As¨ª, los panistas se dedican a debatir quien de ellos lo ha hecho peor. El expresidente Fox apoya abiertamente la restauraci¨®n priista y acusa al gobierno de Felipe Calder¨®n de violar los derechos humanos. El vocero del PAN llam¨® a Fox megal¨®mano y mercenario, y lo acusa de haber encabezado un gobierno omiso.
Justamente, si algo demuestra la experiencia foxista, es que un individuo vac¨ªo no es un individuo inocuo. Enrique Pe?a Nieto podr¨¢ ser un candidato sin ideas, pero no es un candidato sin historia: ¨¦l es quien dijo ¡°Yo orden¨¦ el operativo en Atenco \[en 2006\]¡±, refiri¨¦ndose a la brutal represi¨®n en que decenas de mujeres fueron torturadas y violadas; es ¨¦l quien evita mencionar los m¨¢s de 900 feminicidios ocurridos en el Estado de M¨¦xico durante su administraci¨®n, la mayor¨ªa sin resolver. Estos dos hechos por s¨ª mismos ser¨ªan suficientes para descartar a un candidato en cualquier democracia moderna, pero no en M¨¦xico.
En verdad, no son quienes institucionalizaron la corrupci¨®n los indicados para combatirla. La opci¨®n realista para evitar la restauraci¨®n autoritaria la representa hoy, con todos sus defectos, L¨®pez Obrador, un hombre a quien por m¨¢s que le han buscado no le han encontrado un solo acto de corrupci¨®n. AMLO tiene la virtud de darle visibilidad a los problemas que otros posponen y, m¨¢s all¨¢ de abstractos debates ideol¨®gicos, como gobernante mejor¨® est¨¢ndares b¨¢sicos de la calidad de vida de los ciudadanos: fue en su gobierno que la Ciudad de M¨¦xico, entonces la m¨¢s peligrosa del pa¨ªs, comenz¨® a ser vivible otra vez; fue entonces que se instrumentaron programas de combate a la pobreza que ahora pol¨ªticos de otros partidos incluyen en sus promesas de campa?a.
En una elecci¨®n se elige m¨¢s que un servidor p¨²blico: uno elige interlocutores. Creo que con AMLO no s¨®lo dejar¨ªamos atr¨¢s el pa¨ªs opaco de las escarapelas omnipresentes, con su candidatura tambi¨¦n gana una poblaci¨®n informada y exigente dispuesta a profundizar la lucha por las libertades.
Yuri Herrera es escritor mexicano, autor de Trabajos del Reino y Se?ales que predecer¨¢n al fin del mundo (ambos en Perif¨¦rica).
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