Londres ya es la sexta ciudad francesa
El presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, que en mes y medio se ha revelado un maestro de la diplomacia, tambi¨¦n sali¨® a hombros de su visita a Reino Unido
En Londres residen al menos 350.000 franceses, seg¨²n estimaciones consulares, de forma que los galos llaman a la capital brit¨¢nica ¡°la sexta ciudad francesa¡±. La perfidia es mutua entre los vecinos separados por el Canal de La Mancha y unidos por el Eurostar (alta tecnolog¨ªa francesa). Los pol¨ªticos tratan de superar el estereotipo, aunque no siempre. Nicolas Sarkozy dio car¨¢cter prioritario a la relaci¨®n con Reino Unido y firm¨® un ambicioso acuerdo de Defensa que favorec¨ªa los intereses del grupo Dassault, due?o del diario Le Figaro. Pero el agitado final de mandato del omnipotente presidente puso la relaci¨®n con Londres al rojo vivo. Par¨ªs sac¨® a pasear a Juana de Arco, indignada porque las agencias de calificaci¨®n amenazaban con quitarle la Triple A mientras respetaban la insolvencia brit¨¢nica. Alt¨ªsimos funcionarios galos acusaron a Cameron de gobernar un chiringuito fiscal, y el premier vet¨® sin pesta?ear el Pacto Fiscal de Merkozy, dejando una vez m¨¢s aislado al continente.
Y en esas lleg¨® Fran?ois Hollande. Cameron rehus¨® recibirle durante un viaje a Londres marcado por esta frase defensiva: ¡°No somos peligrosos¡±, r¨¦plica a los ataques de la prensa liberal inglesa, que ped¨ªa el voto para Sarkozy aduciendo que Hollande es un "dangerous socialist" que jam¨¢s har¨¢ las reformas que Francia necesita para reducir el gasto p¨²blico -olvidando de paso que tampoco Sarkozy las hizo-.
Pese a los consejos de The Economist, Flanby gan¨® las elecciones. Cameron acogi¨® con sarcasmo sus pol¨ªticas de justicia fiscal, diciendo por encima del hombro: ¡°Cuando Francia instaure la tasa del 75% para las rentas m¨¢s altas, desplegaremos la alfombra roja a las empresas francesas¡±. Una simp¨¢tica invitaci¨®n a la insumisi¨®n/evasi¨®n fiscal, que se sum¨® a la elegante recepci¨®n de los tabloides a Val¨¦rie Trierweiler, llam¨¢ndola Rottweiler y cosas peores.
Hollande encaj¨® todo este ¡°ambiance¡± con su calma habitual. No en vano sus antiguos camaradas le llamaban Monsieur Tentetieso: por mucho que le des, no cae. Se limit¨® a decir que la UE no es un supermercado al que uno llega para coger lo que quiera. Y ayer lleg¨® la primera reuni¨®n bilateral. La Reina Isabel anunci¨® que recibir¨ªa a solas al presidente, sin testigos ni int¨¦rpretes: ¡°Hablar¨¢n en franc¨¦s¡±, subray¨® Le Figaro.
Londres tem¨ªa un paso atr¨¢s de Hollande en los contratos de Defensa, especialmente en el de un avi¨®n no tripulado, capricho de Sarkozy. Pero el presidente franc¨¦s, que en mes y medio se ha revelado un maestro de la diplomacia cuando era totalmente inexperto, tambi¨¦n sali¨® a hombros esta vez. Como Zelig, afirm¨® no estar resentido con Cameron: ¡°No me ofend¨ª. Admiro el humor, y sobre todo el humor brit¨¢nico. Estoy encantado de que me ponga la alfombra roja. Si tuviera que enfadarme con todos los dirigentes que no me recibieron, no me hablar¨ªa con el mundo entero¡±.
Y sobre las diferencias en Europa, lo zanj¨® as¨ª: ¡°Gran Breta?a no quiere ser miembro de la zona euro, y Francia no quiere obligar a nadie a que se una a la zona euro. As¨ª que debemos crear la Europa a dos velocidades, y que cada uno lleve su ritmo¡±. Ah, por cierto, Trierweiler se qued¨® en el El¨ªseo.
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