Faldas cortas y tacones altos en Pyongyang
Los analistas observan la moda como bar¨®metro del cambio
Rastrear los dobladillos de las prendas femeninas es una manera inusual de juzgar la mentalidad del l¨ªder de un pa¨ªs. Pero eso es exactamente a lo que los veteranos analistas de cuanto sucede en Corea del Norte han recurrido para intentar averiguar, en uno de los pa¨ªses m¨¢s aislados del mundo, lo que su nuevo l¨ªder, Kim Jong-un, est¨¢ pensando.
Desde hace semanas, estos expertos se devanan los sesos con las fotos de mujeres con minifaldas y tacones por el centro de Pyongyang, un cambio sensacional en un pa¨ªs en que la ropa occidental fue apartada en beneficio de vestidos tradicionales o de apagados uniformes de trabajo estilo Mao.
Luego, Kim apareci¨® en la televisi¨®n estatal aplaudiendo a un grupo de chicas que toc¨® para ¨¦l y sus generales, y el debate sobre el significado de estos cambios acab¨® siendo tomado en serio.
En un sistema pol¨ªtico que coreograf¨ªa f¨¦rreamente sus mensajes, ?podr¨ªan las faldas cortas ¡ªjunto con la aparici¨®n de Mickey Mouse y un tr¨¢iler de Sylvester Stallone como Rocky Balboa en el mismo concierto¡ª indicar alg¨²n replanteamiento de las actitudes del pa¨ªs hacia Occidente? ?O el cambio de estilo tendr¨ªa un menor significado, tal vez un intento de distraer la atenci¨®n de una poblaci¨®n infeliz?
Koh Yu-hwan, experto en Corea del Norte de la Universidad Dongguk de Se¨²l, se cuenta entre los optimistas. Considera los recientes cambios en el Norte ¡°una glasnost¡±, un movimiento que, dice, cuenta con el apoyo de una nueva generaci¨®n de miembros del Partido Comunista, la mayor¨ªa de ellos hijos de la ¨¦lite que, como el propio Kim Jong-un, han viajado al extranjero y pueden entrever reformas econ¨®micas al estilo chino.
En el otro lado hay analistas como Lee Sung-yoon, un especialista en Corea del Norte de la Universidad Tufts (Boston), que afirma que toda creencia sobre un cambio real que se base en la educaci¨®n de Kim en Suiza cuando era adolescente es un desider¨¢tum. ¡°Si la exposici¨®n al cosmopolitismo europeo fuera una cura del totalitarismo, uno se preguntar¨ªa c¨®mo pudo Pol Pot, que pas¨® cuatro a?os en Par¨ªs cuando ten¨ªa veintitantos, desaprovechar esa experiencia transformadora¡±, dice Lee, en referencia al dictador de Camboya.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.