Miles de j¨®venes ¡®sin papeles¡¯ ya pueden evitar la deportaci¨®n en EE UU
Los aspirantes deber¨¢n cumplir con varios requisitos y no podr¨¢n apelar la decisi¨®n del gobierno si su solicitud es rechazada
A partir de este mi¨¦rcoles, cerca de 1,7 millones de j¨®venes indocumentados podr¨¢n solicitar al gobierno de Estados Unidos que cancele cualquier orden de deportaci¨®n pendiente sobre ellos y que les conceda un permiso de trabajo temporal. El presidente Obama firm¨® una orden ejecutiva hace dos meses para aprobar esta medida, que calific¨® de ¡°justa¡± porque ¡°levanta la sombra¡± de la deportaci¨®n de millones de ¡®sin papeles¡¯.
¡°Esto ocurre una vez en la vida, quiero hacerlo bien¡±, dice Vanessa N¨²?ez, una joven venezolana que ha agotado todas las peticiones de asilo presentadas en EE UU y que cuenta con un caso de deportaci¨®n todav¨ªa pendiente. ¡°Espero que esta medida ayude a cancelarlo, quiero poder seguir estudiando y trabajar. Es un gran paso para m¨ª¡±, afirma N¨²?ez, de 23 a?os, mientras se prepara para presentar este mi¨¦rcoles sus documentos.
En Miami, Diego S¨¢nchez tambi¨¦n recopila las pruebas con los que demostrar que entr¨® al pa¨ªs hace doce a?os junto a sus padres desde Argentina. No supo que era indocumentado hasta que no pregunt¨® en casa por qu¨¦ ¨¦l no ped¨ªa plaza en la universidad, a los 17 a?os, como todos sus compa?eros. ¡°Sent¨ª miedo y frustraci¨®n¡±, dice S¨¢nchez. ¡°Vinimos a este pa¨ªs para tener una oportunidad mejor y poder estudiar, ya no ten¨ªa raz¨®n para quedarme¡±.
El joven argentino finalmente encontr¨® una universidad en Florida que acepta a estudiantes indocumentados. All¨ª se licenci¨® en Filosof¨ªa y Psicolog¨ªa, pero su titulaci¨®n no le servir¨¢ para ejercer hasta que tenga un permiso de trabajo. ¡°En medio de mi ¨²ltimo semestre lleg¨® el anuncio de Obama. Llevo mucho tiempo esper¨¢ndolo, tengo todos los papeles listos¡±, dice el argentino.
El Gobierno insiste en que la cancelaci¨®n de las deportaciones no equivale a obtener un permiso de residencia
La medida de Obama fue reconocida como uno de los esfuerzos m¨¢s positivos para los inmigrantes y, desde entonces, decenas de organizaciones celebran sesiones informativas con abogados para asesorar a los futuros solicitantes. Todos ellos deben haber entrado en el pa¨ªs con menos de 16 a?os y tener menos de 30 el pasado 15 de junio, carecer de antecedentes penales, residir en EE UU desde hace cinco a?os de manera continuada, ser estudiante o haberse graduado recientemente de la universidad, o pertenecer al Ej¨¦rcito. El Gobierno insiste en que la cancelaci¨®n de las deportaciones no equivale a obtener un permiso de residencia y garantiza que no compartir¨¢ sus identidades las autoridades de inmigraci¨®n y que ¨¦sta no podr¨¢ abrir un caso de deportaci¨®n contra ellos. A¨²n as¨ª, N¨²?ez reconoce que ¡°el miedo est¨¢ ah¨ª¡±.
Para S¨¢nchez la decisi¨®n de Obama fue ¡°una grand¨ªsima victoria¡±. Es uno de los miles de j¨®venes que desde hace meses protagonizan actos de protesta por todo el pa¨ªs para pedir una soluci¨®n. Hasta finales de 2010 su mirada estaba puesta en el Congreso, donde espera su aprobaci¨®n el DREAM Act, la ley que les ha dado el apodo de ¡®dreamers¡¯ (so?adores) y que abrir¨ªa una v¨ªa a la ciudadan¨ªa para miles de j¨®venes indocumentados. Pero fue rechazada aquel mes de diciembre y los so?adores decidieron exigir responsabilidades a Obama.
Y aunque el presidente se hab¨ªa negado durante m¨¢s de tres a?os a ejercer su poder ejecutivo, el descontento de la comunidad hispana, la presi¨®n de las elecciones presidenciales y el efecto negativo de las deportaciones entre los latinos, fueron argumentos suficientes para ceder.
Ahora el joven argentino habla de los ¡°sentimientos encontrados¡± de la comunidad y las dudas sobre el futuro de esta medida si el presidente pierde las elecciones, ya que si el candidato republicano Mitt Romney llega a la Casa Blanca podr¨ªa cancelar su renovaci¨®n. ¡°Si hay un n¨²mero importante de solicitudes ser¨¢ muy dif¨ªcil revocar una norma tan popular¡±, dice el joven. ¡°Pero tambi¨¦n sabemos cu¨¢ntos defienden medidas m¨¢s duras contra los indocumentados¡±.
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