La dureza de la sentencia contra las Pussy Riot muestra el alza de la intolerancia rusa
La jueza condena a dos a?os de c¨¢rcel a las cantantes del grupo punk por su rezo antiputin Las j¨®venes son halladas culpables de "gamberrismo motivado por odio religioso"
La dureza con la que una jueza de Mosc¨² ha castigado el viernes a tres integrantes del grupo Pussy Riot ¡ªdos a?os de c¨¢rcel por un breve espect¨¢culo irreverente en la catedral de Cristo Redentor¡ª muestra que la corriente de intolerancia y nacionalismo est¨¢ en alza en Rusia. Para los sectores liberales que se han solidarizado con Mar¨ªa Ali¨®jina, Yekaterina Samuts¨¦vich y Nadia Tolok¨®nnikova, la sentencia de prisi¨®n por ¡°gamberrismo¡± impuesta a todas ellas revela una alianza entre las autoridades pol¨ªticas y los sectores conservadores que se aglutinan en torno a la Iglesia Ortodoxa. Rusia es formalmente un Estado laico, pero la Ortodoxia se ve a s¨ª misma ¡ªy es vista tambi¨¦n desde el Kremlin¡ª como uno de los pilares que sustentan la integridad nacional.
Marina Sirova, la magistrada del proceso, no traicion¨® su fama de implacable: en toda su carrera, solo una vez dict¨® veredicto absolutorio. Diferentes cuerpos de Seguridad, desde la polic¨ªa dependiente del Ministerio del Interior a la polic¨ªa judicial, pasando por las tropas especiales (OMON), participaron en un enorme despliegue ante el juzgado del distrito de Jamovniki de Mosc¨² y trataron de impedir a centenares de personas ¡ªperiodistas, intelectuales y pol¨ªticos incluidos¡ª acercarse a menos de 300 metros del juzgado. Con mejor o peor suerte, activistas de oposici¨®n e intelectuales acudieron a expresar su protesta. Algunos, como el abogado y blogero Alex¨¦i Navalni, consiguieron asistir al proceso. Otros, como el ex campe¨®n mundial de ajedrez, Gari Kasp¨¢rov, o el l¨ªder del Frente de Izquierdas, Sergu¨¦i Udaltsov, fueron llevados en volandas por la polic¨ªa en direcci¨®n a dos autobuses especialmente dispuestos para confinar a los m¨¢s protestones.
¡°Hoy es uno de los d¨ªas m¨¢s importantes de la historia de la Rusia moderna, porque podemos ver los primeros presos pol¨ªticos de esta etapa¡±, dijo Kasp¨¢rov poco antes de ser detenido. ¡°Cualquier sentencia condenatoria contra las Pussy Riot significa que Rusia abandona el espacio jur¨ªdico civilizado¡±. ¡°Todos comprendemos la importancia de lo que en principio parec¨ªa una performance insignificante en la catedral de Cristo Redentor y que nos muestra la naturaleza represiva del r¨¦gimen¡±, afirm¨®. Preguntado por el papel que atribu¨ªa a la Iglesia Ortodoxa en el juicio, Kasp¨¢rov opin¨® que esta instituci¨®n es ¡°una secci¨®n del KGB¡±. ¡°Es evidente que las autoridades han tomado el rumbo de la ilegalidad y m¨¢s tarde o m¨¢s temprano provocar¨¢n alguna situaci¨®n que generar¨¢ grandes protestas en el interior y el exterior del pa¨ªs. As¨ª que este caso tan insignificante es como un espejo en el que se reflejan todos los vicios del poder de Putin¡±, afirm¨® Kasparov.
¡°Se trata de una medida para intimidar, una m¨¢s entre otras, como la nueva legislaci¨®n que restringe los m¨ªtines, convierte en ¡°esp¨ªas¡± a las Organizaciones No Gubernamentales financiadas desde el extranjero y las previsibles duras sentencias que se dictar¨¢n contra los que participaron en las protestas contra Putin el 6 de mayo¡±, manifest¨® Vlad¨ªmir Rizhkov, que fue vicejefe de la Duma Estatal (C¨¢mara baja del Parlamento) y hoy es un pol¨ªtico de la oposici¨®n.
Mientras en los reunidos en la calle gritaban ¡°?Verg¨¹enza!¡±, o ¡°?Libertad para Pussy Riot!¡±, en la sala donde culminaba el proceso, la juez Marina Sirova ley¨® durante varias horas la sentencia en la que daba la raz¨®n a los testigos de cargo, todos ellos cristianos ortodoxos que se consideran ofendidos por la actuaci¨®n de las Pussy Riot. De forma parad¨®jica, Sirova invalid¨® la argumentaci¨®n de las acusadas, en el sentido de que su actuaci¨®n fue pol¨ªtica, precisamente porque no llegaron a mencionar el nombre de Putin. Otra cosa es el montaje de v¨ªdeo donde, sobre un tel¨®n de fondo eclesi¨¢stico, las Pussy Riot cantan el texto entero de su canci¨®n en la que ped¨ªan a la Madre de Dios que echara a Putin del poder. El contexto de la actuaci¨®n del 21 de febrero era la campa?a para las elecciones presidenciales de principios de marzo, a las que Putin concurr¨ªa.
Mark Feigu¨ªn, uno de los abogados de las Pussy Riot, manifest¨® que la sentencia ¡°tiene serias irregularidades¡± entre ellas ¡°citas y hechos falsos¡± y la atribuy¨® ¡°a una decisi¨®n de Putin¡±. ¡°El proceso ha sido una falsa y refleja que la ilegalidad y la falta de procedimiento jur¨ªdico se ha convertido en una norma¡±, sentenci¨®. ¡°Las autoridades se han mostrado sordas a la voz de la sociedad. Esto ha sido una venganza, aunque mucha gente en todo el mundo ha expresado su posici¨®n c¨ªvica¡±, dijo Feiguin. ¡°Recurriremos, pero estoy seguro de que no cambiar¨¢n la sentencia. Acudiremos al Consejo de Europa¡±. El abogado advirti¨® de que las Pussy Riot ¡°corren peligro¡± en la c¨¢rcel a la que ser¨¢n enviadas: ¡°El castigo en una instituci¨®n penitenciaria es un peligro real para la vida y la salud de nuestras defendidas y hay que entender que las autoridades tal vez no quieran garantizar su seguridad¡±.
Por su parte, Stanislav Samus¨¦vich, el padre de Yekaterina, dijo que estaba dispuesto a apoyar moralmente a su hija y a visitarla, tanto si la env¨ªan al penal femenino de la regi¨®n de Mosc¨² o a la regi¨®n de Mordovia. Samus¨¦vich, un ingeniero electr¨®nico de profesi¨®n, manifest¨® que hay que distinguir entre la ¡°cultura ortodoxa¡±, en la que dijo insertarse, y la Iglesia Ortodoxa rusa, que es, seg¨²n ¨¦l, ¡°una secta autoritaria y burocr¨¢tica¡±. La jerarqu¨ªa ortodoxa rusa pidi¨® clemencia para las condenadas en un comunicado difundido anoche.
Desde el oto?o pasado, la sociedad de Rusia vive una fase din¨¢mica. Cada vez son m¨¢s los que protestan contra el sistema que representa Putin. Sin embargo, no est¨¢n estructurados ni tienen capacidad hoy para cambiar el orden vigente. Putin sigue gozando de gran popularidad en comparaci¨®n con los pol¨ªticos occidentales, aunque los rusos le apoyan ahora menos que en el pasado. Una encuesta del centro Levada realizada a mediados de agosto indica que el 48% de los ciudadanos tienen una opini¨®n positiva de Putin y un 25%, negativa (en mayo pasado la relaci¨®n era de 60% a 21%).
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