Assange: ¡°Puede que sea machista, pero no soy un violador¡±
En una "autobiograf¨ªa no autorizada", el fundador de Wikileaks detalla las relaciones que mantuvo con las dos mujeres que lo acusan de agresi¨®n sexual en Suecia
En una ¡°autobiograf¨ªa no autorizada¡±, publicada en Reino Unido en septiembre de 2011, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, describe al detalle las relaciones que mantuvo con las dos mujeres que lo acusan de haberlas agredido sexualmente y cuyas denuncias motivaron el proceso de extradici¨®n en Reino Unido solicitado por Suecia, donde se cometieron los supuestos delitos. ¡°Puede que yo sea un machista en mayor o menor grado, pero no soy un violador¡±, asegur¨® el hacker australiano seg¨²n el relato publicado.
El libro es casi una transcripci¨®n directa de las 50 horas de conversaci¨®n que mantuvo con el novelista escoc¨¦s Andrew O¡¯Hanlon, a quien el propio Assange eligi¨® para que le ayudara a escribir su autobiograf¨ªa, seg¨²n cuenta Enrique Murillo, el traductor y editor de la versi¨®n en espa?ol, publicada en febrero de 2012 por Los libros del lince. ¡°Assange firm¨® un contrato con la editorial Cannongate cuando necesitaba dinero para abogados, pero despu¨¦s de leer el primer borrador, se sinti¨® traicionado por la excesiva libertad con la que hab¨ªa hablado¡±, explic¨® Murillo. Aunque el fundador de Wikileaks retir¨® su apoyo al proyecto, la editorial decidi¨® seguir adelante y publicar lo que era un primer borrador, ya que Assange hab¨ªa cobrado una parte de lo que le correspond¨ªa por el contrato.
¡°Yo no era un novio fiable, ni tampoco era un compa?ero de cama que pudiera mostrarse muy cort¨¦s. Y esto empez¨® a tener su importancia. A no ser, naturalmente, que todo lo que hab¨ªa estado ocurriendo haya sido un montaje desde el primer momento¡±, relat¨® entonces Assange, que lleva m¨¢s de dos meses refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, a la espera de que Reino Unido le conceda un salvoconducto que le permita viajar al pa¨ªs sudamericano. La semana pasada Quito le concedi¨® el asilo diplom¨¢tico, pero Londres insiste en que su obligaci¨®n legal es extraditarlo al pa¨ªs escandinavo y asegura que detendr¨¢ al hacker en cuanto ponga un pie fuera de la legaci¨®n diplom¨¢tica ecuatoriana.
Yo no era un novio fiable, ni tampoco era un compa?ero de cama que pudiera mostrarse muy cort¨¦s. Y esto empez¨® a tener su importancia
El fundador de Wikileaks, la plataforma responsable de la filtraci¨®n de decenas de miles de cables del Pent¨¢gono y del Departamento de Estado de Estados Unidos, describi¨® c¨®mo conoci¨® a las mujeres en un viaje a Estocolmo en agosto de 2010, cuando lleg¨® a la capital sueca para participar en una conferencia. El hacker afirm¨® que, a pesar de las advertencias de un amigo, que le dijo que exist¨ªan ¡°altas probabilidades¡± de que le tendieran una trampa ¡°en forma de mujer¡±, comenz¨® a tener relaciones sexuales con ¡°A¡± y ¡°W¡±, como identifica a las denunciantes, y se?ala que incluso convivi¨® con una de ellas durante su estancia en Estocolmo.
¡°Aunque hab¨ªa pasado alg¨²n tiempo con cada una de estas dos mujeres, no estaba prest¨¢ndoles demasiada atenci¨®n a ellas, ni devolvi¨¦ndoles sus llamadas, ni pod¨ªa tampoco alejarme de aquella situaci¨®n de riesgo que se produjo desde que hab¨ªan empezado a sonar amenazas y declaraciones contra m¨ª en los Estados Unidos¡±, cont¨®.
En su relato, Assange, reconoce que su conducta puede considerarse ¡°fr¨ªvola¡± y no muy digna del? "hombre m¨¢s caballeroso", pero asegura que las mujeres tuvieron relaciones con ¨¦l de forma voluntaria. ¡°Ambas (¡) estuvieron encantadas de seguir vi¨¦ndome despu¨¦s de irse a la cama conmigo¡±, dijo el australiano.
El fundador de Wikileaks cuenta que ¡°A¡±, la mujer con la que convivi¨® algunos d¨ªas y con quien mantuvo relaciones en varias oportunidades, lo invit¨® a una cena con amigos al d¨ªa siguiente de la noche la que, seg¨²n la denuncia, el hacker la agredi¨® sexualmente. "Ella escribi¨® en su Twitter que estaba 'con la gente m¨¢s fant¨¢stica del mundo'. Era evidente que hab¨ªa contado a sus amigos que ella y yo nos hab¨ªamos acostado, y m¨¢s tarde supe que me hab¨ªa sacado una foto mientras yo dorm¨ªa en su cama y que la colg¨® del muro de su p¨¢gina de Facebook".
No viol¨¦ a ninguna de esas dos mujeres, y no se me ocurre pensar en nada que ocurriese entre ellas y yo que pudiera interpretarse como violaci¨®n en ninguno de los dos casos
Tambi¨¦n describi¨® c¨®mo fue la primera noche que durmieron juntos: "No ten¨ªa motivos para desconfiar de ella, y ning¨²n motivo para dudar de que, cuando ella me indic¨® que solo hab¨ªa una cama y que por su parte no hab¨ªa problema para que la comparti¨¦ramos, solo lo dijo como prueba de amistad y nada m¨¢s. Fuera como fuese, le dije que muy bien, y esa noche compartimos la cama¡"
Sobre la noche en la que tuvo relaciones sexuales con ¡°W¡±, en Enkopping, una localidad a unos 70 kil¨®metros de Estocolmo, Assange cont¨® que fue ¡°divertida¡± y que a la ma?ana siguiente, la mujer lo llev¨® en bicicleta a la estaci¨®n de tren. ¡°Tuvo la amabilidad de comprarme el billete ¨Cmi tarjeta bancaria segu¨ªa sin funcionar, aunque debo admitir que suelo estar siempre sin un c¨¦ntimo?, me dio un beso de despedida y me pidi¨® que la telefoneara desde el tren¡±, afirm¨® Assange.
El fundador de Wikileaks asegura que no es responsable de los supuestos delitos por los que Suecia quiere que responda, y ofrece una hip¨®tesis un tanto confusa de los motivos por los que ¡°A¡± y ¡°W¡± le acusan: ¡°No viol¨¦ a ninguna de esas dos mujeres, y no se me ocurre pensar en nada que ocurriese entre ellas y yo que pudiera interpretarse como violaci¨®n en ninguno de los dos casos, excepto que se tratara de una reacci¨®n maliciosa posterior a los hechos, un plan conjunto que pretend¨ªa tenderme una trampa, o un caso flagrante de falta de entendimiento entre ellas dos que mi presencia hubiese avivado¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.