Sud¨¢frica vive su peor crisis social desde el fin del ¡®apartheid¡¯
La masacre de Marikana refleja el malestar en la sociedad sudafricana
La masacre del 16 de agosto en una mina de platino de Marikana, a unos 100 kil¨®metros de Johannesburgo, levant¨® de golpe a Sud¨¢frica del sue?o que hab¨ªa comenzado en mayo de 1994, con la victoria de Nelson Mandela en las urnas que puso fin al r¨¦gimen racista del apartheid. Ese d¨ªa, al menos 34 mineros murieron por los disparos de la polic¨ªa y 270 fueron arrestados durante unas protestas en las que los trabajadores exig¨ªan mejoras en sus condiciones laborales y un aumento de sueldo. En total, al menos 40 mineros, dos guardas de seguridad y dos polic¨ªas han muerto en Marikana desde que unos 3.000 trabajadores de la mina se declararan en huelga el 10 de agosto.
¡°Cre¨ªamos que est¨¢bamos teniendo una pesadilla cuando vimos las im¨¢genes de Marikana¡±, dijo esta semana Desmond Tutu, que en 1984 obtuvo el Premio Nobel de la Paz por su activismo contra el apartheid. ¡°??sos ¨¦ramos nosotros? ?No! Deb¨ªa ser un flashback de los d¨ªas horribles de las injusticias y la opresi¨®n. Pero no, s¨ª que ¨¦ramos nosotros, en 2012, en nuestra democracia¡±.
Las protestas se extendieron a otras minas y la Fiscal¨ªa dio un nuevo giro cuando us¨® una ley de la ¨¦poca del r¨¦gimen racista para acusar a los 270 mineros arrestados del asesinato de sus 34 compa?eros. Las comparaciones con el apartheid, que se empezaron a o¨ªr tras los sucesos de Marikana, se hicieron m¨¢s comunes. ¡°Me ponen muy nervioso estas comparaciones con el apartheid¡±, comenta desde Ciudad del Cabo Pierre de Vos, vicedecano del departamento de Derecho P¨²blico de la universidad de esta ciudad. ¡°Ha habido enormes cambios en Sud¨¢frica desde 1994, ha surgido una clase media que antes estaba excluida¡±, sigue De Vos, ¡°pero mucha gente no se siente incluida¡±.
El pa¨ªs africano
tiene el ¨ªndice de desigualdad m¨¢s
alto del mundo
Hace ya tiempo que casi todas las semanas hay protestas y manifestaciones en Sud¨¢frica. En 2004, hubo 10 protestas en todo el pa¨ªs por la falta de acceso a los servicios p¨²blicos. En 2008 fueron 27, el a?o pasado hubo 81 y solo desde enero hasta julio de 2012 hubo 113, seg¨²n Municipal IQ, una organizaci¨®n privada sudafricana. Desde 1994, y todo este tiempo gobernada por el ANC, Sud¨¢frica ha conseguido reducir la pobreza en t¨¦rminos absolutos y ahora s¨®lo el 23% de la poblaci¨®n vive por debajo de la l¨ªnea de pobreza. Sin embargo, las condiciones de gran parte de la poblaci¨®n han empeorado desde el fin del apartheid. La esperanza de vida ha pasado de 61 a?os en 1994 a 52 en 2010, mientras que los ricos han aumentado tanto su riqueza que Sud¨¢frica tiene el mayor coeficiente Gini del mundo, que mide la desigualdad econ¨®mica dentro de un pa¨ªs, seg¨²n datos del Banco Mundial. Una gran parte de la poblaci¨®n no tiene un acceso adecuado a agua corriente, electricidad, educaci¨®n o sanidad mientras ve c¨®mo la nueva ¨¦lite negra ha usado el poder para enriquecerse.
Varias figuras son representativas de esta tendencia. Como la de Cyril Ramaphosa, uno de los l¨ªderes del ANC en la negociaci¨®n que trajo el fin del r¨¦gimen racista. Hoy, Ramaphosa es un hombre de negocios multimillonario y forma parte del consejo de administraci¨®n de Lonmin, la empresa brit¨¢nica due?a de la mina de Marikana. Otro caso es el de Khulubuse Zuma, sobrino del actual presidente, Jacob Zuma, y Zondwa Mandela, nieto de Nelson Mandela. Los j¨®venes Zuma y Mandela eran los administradores de la mina de oro Aurora y han sido acusados de no pagar a los trabajadores y de enriquecerse mediante la venta de activos de la mina. Los liquidadores expulsaron a su empresa de la mina y est¨¢ en marcha un proceso judicial contra ellos.
¡°Los niveles
de corrupci¨®n
son enormes¡±,
opina un analista
¡°Tenemos una Constituci¨®n que contiene una carta de derechos humanos y uno esperar¨ªa que la polic¨ªa respete estos derechos, algo que muchas veces no ocurre¡±, reflexiona desde Pretoria Johan Burger, investigador senior en el programa de Crimen y Justicia del Institute for Security Studies. ¡°En todo el pa¨ªs los niveles de corrupci¨®n son enormes. Hay un sentimiento general de anarqu¨ªa, de ausencia de respeto por el Estado de derecho¡±.
El Gobierno se ha visto incapaz de manejar la situaci¨®n. Los mineros de Marikana se niegan a volver al trabajo, las huelgas y protestas se extienden a otras minas y las manifestaciones que exigen servicios p¨²blicos adecuados toman las calles de Sud¨¢frica. ¡°Lo que necesitamos es un nuevo liderazgo¡±, se?ala Burger. ¡°Necesitamos a alguien como Mandela, que mostr¨® la capacidad de liderazgo y de dar ejemplo que es hoy la esperanza de todos los sudafricanos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.