Estados Unidos ocult¨® la implicaci¨®n sovi¨¦tica en la matanza de Katyn

Setenta y dos a?os despu¨¦s de una de las matanzas m¨¢s famosas de la II Guerra Mundial contin¨²an apareciendo detalles sobre todo lo que rode¨® un episodio en el que el dictador Sovi¨¦tico, Josif Stalin, orden¨® el exterminio del cuerpo de oficiales del Ej¨¦rcito polaco y de buena parte de la intelectualidad del pa¨ªs que se hab¨ªa repartido meses antes con Adolf Hitler.

Entre abril y mayo 1940, los soldados sovi¨¦ticos condujeron hasta el bosque de Katyn, en territorio ruso, a un total de 22.000 polacos y civiles polacos procedentes de varios campos de prisioneros. Durante varias semanas en la espesura resonaron los disparos. Los prisioneros fueron asesinados a tiros, utilizando armas alemanas. Aunque aliado entonces de Hitler, Stalin queria culpar al nazismo de la matanza en el que caso de que alg¨²n d¨ªa se descubrieran. Milagrosamente algunos polacos lograron escapar con vida.

Ahora, documentos depositados en el Archivo Nacional de EE UU, desclasificados esta semana, revelan correspondencia sobre este asunto entre el presidente de EE UU, Franklin Delano Roosevelt, el primer ministro brit¨¢nico y el dictador sovi¨¦tico. Corr¨ªa 1943 y Stalin era enemigo de Hitler. Junto a otros documentos, muestran como conocedores de la matanza, Washington y Londres, no estaban interesados en airearla para no poner en peligro su alianza con la Uni¨®n Sovi¨¦tica.

¡°Estamos interesados s¨®lo en el asunto de Katyn si se muestra la complicidad alemana¡±, reza un telegrama del servicio de inteligencia de EE UU en respuesta a una oferta de informaci¨®n.

Desde Londres, el Gobierno polaco en el exilio y la Cruz Roja, presionaban para investigar el asesinato en masa. ¡°Me inclino a pensar que el primer ministro Churchill encontrar¨¢ el modo de imponerse al Gobierno polaco en Londres para que en el futuro act¨²e con mayor sentido com¨²n¡±, escrib¨ªa Roosevelt en una comunicaci¨®n. Por su parte en una carta a Stalin, Churchill se opon¨ªa ¡°vigorosamente¡± a cualquier investigaci¨®n por parte de la Cruz Roja.

En un carta, Churchill le reenv¨ªa Roosevelt las afirmaciones de un diplom¨¢tico brit¨¢nico: ¡°Nos hemos visto obligados a frenar a los polacos para que no saquen a la luz p¨²blica el asunto, a desalentar cualquier intento del p¨²blico o la prensa de investigar a fondo esta fea historia¡±. ¡°De hecho hemos utilizado el buen nombre de Inglaterra para, como hicieron los asesinos con los pinos, cubrir la matanza¡±. El primer ministro brit¨¢nico le solicita al presidente estadounidense que le devuelva el documento para evitar filtraciones.

La matanza de Katyn es todav¨ªa objeto de controversias y tensiones entre Polonia y Rusia. ¡°Los aliados lo sab¨ªan pero con la guerra la verdad no conven¨ªa¡±, destac¨® la presidenta de la Federaci¨®n de Familias de Katyn, quien expres¨® su deseo de que una vez que EE UU ha desclasificado sus archivos, Rusia haga lo mismo.