EE UU trata de contener la extensi¨®n de las protestas
Washington considera que el v¨ªdeo es una excusa de Al Qaeda para atacar sus embajadas Clinton califica de "repugnantes" las im¨¢genes de la cinta
Estados Unidos trata de contener una ola de protesta contra sus embajadas y consulados en el mundo isl¨¢mico con una combinaci¨®n de acciones diplom¨¢ticas y expresiones de fuerza que pondr¨¢n a prueba la firmeza de Barack Obama y el acierto de su pol¨ªtica exterior a pocas semanas de las elecciones presidenciales. El Gobierno norteamericano ha dejado claro que deplora el contenido del v¨ªdeo ¡ªcon el que se justifican las manifestaciones violentas¡ª y que no tiene nada que ver con su producci¨®n, al tiempo que barcos con misiles y aviones sin tripulaci¨®n avanzan hacia las costas de Libia.
Obama ha insistido en que ¡°ning¨²n acto de terrorismo quedar¨¢ impune¡±, y ha advertido que su pa¨ªs ¡°har¨¢ justicia con los que han cometido este crimen¡± y ¡°har¨¢ todo lo que sea necesario para proteger a los ciudadanos y los intereses norteamericanos¡± en cualquier parte del mundo.
Los sucesos ocurridos el martes en Bengasi, donde fueron asesinados cuatro diplom¨¢ticos norteamericanos, incluido el embajador, Christopher Stevens, y en El Cairo, se han repetido este jueves en la capital de Egipto y se han extendido a otras ciudades con mayor¨ªa de poblaci¨®n musulmana. El incidente m¨¢s grave ha ocurrido en San¨¢, la capital de Yemen, donde varios cientos de j¨®venes intentaron atacar la embajada estadounidense, aunque fueron contenidos por las fuerzas de seguridad de ese pa¨ªs.
Hay informaciones sobre protestas similares en Teher¨¢n, donde medio millar de personas gritaron ¡°?Muerte a Am¨¦rica!¡± frente a la embajada suiza, que representa a Estados Unidos, y en Bagdad, donde la manifestaci¨®n ha sido promovida por una de las organizaciones violentas que combatieron en su d¨ªa contra los soldados norteamericanos. Peque?os grupos, igualmente irritados por el v¨ªdeo elaborado por elementos de extrema derecha con intenci¨®n de denigrar la figura de Mahoma, salieron a la calle en Marruecos, T¨²nez, Sud¨¢n o Bangladesh.
En la mayor¨ªa de los casos, los Gobiernos de esos pa¨ªses, algunos elegidos tras los levantamientos originados por la primavera ¨¢rabe, condenaron la violencia de las protestas. El presidente de Yemen, Abdu Rabu Mansur Hadi, que sustituy¨® al dictador Ali Abdullah Saleh, hizo p¨²blica su ¡°sincera disculpa al presidente Obama y al pueblo de EE UU¡±, a la vez que urgi¨® a cesar de inmediato cualquier tipo de agresi¨®n. El presidente Mohamed Morsi, de Egipto, que hab¨ªa tardado en expresar su posici¨®n, defendi¨® ayer la santidad de Mahoma como ¡°una l¨ªnea roja para los musulmanes¡±, pero a?adi¨® que lo ocurrido en El Cairo y Bengasi es ¡°inaceptable y rechazable¡±, entre otras razones, porque ¡°Mahoma nos ense?¨® respeto a la vida humana¡±. ¡°No aceptamos, ni perdonamos ni aprobamos de ninguna forma estos ataques contra embajadas o consulados o contra la gente¡±, declar¨® Morsi, con quien Obama habl¨® por tel¨¦fono el mi¨¦rcoles.
La Administraci¨®n norteamericana est¨¢ en contacto con las autoridades de todos esos pa¨ªses para intentar que sus fuerzas de seguridad impidan la continuaci¨®n de la violencia contra las embajadas. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, hizo ayer una nueva condena de lo sucedido hasta ahora y trat¨® de salir al paso de la confusi¨®n sobre el v¨ªdeo que lo ha provocado. ¡°Este v¨ªdeo es repugnante y censurable. El Gobierno de EE UU no tiene absolutamente nada que ver con ¨¦l, pero no hay ninguna justificaci¨®n para responder con violencia¡±, dijo Clinton. El v¨ªdeo es el tr¨¢iler de una pel¨ªcula que, probablemente, no existe, y su repentino impacto entre los c¨ªrculos isl¨¢micos m¨¢s radicales ha cogido a todo el mundo por sorpresa. Clinton intent¨® explicar que, pese a que le repugne, el Gobierno de EE UU no puede impedir que alguien haga un v¨ªdeo as¨ª porque en este pa¨ªs existen unas garant¨ªas constitucionales que protegen la libertad de expresi¨®n.
Las autoridades norteamericanas, que investigan los detalles de lo ocurrido en Bengasi para tratar de castigar a los autores del crimen, se inclinan a pensar que el v¨ªdeo es una excusa de Al Qaeda o grupos similares para atacar a EE UU, precisamente el 11 de septiembre. Los datos que se conocen del ataque al consulado en esa ciudad, en el que, seg¨²n testigos, actuaron hombres bien armados y coordinados entre s¨ª, hace pensar que la operaci¨®n estaba premeditada y bien estudiada.
Washington est¨¢ tratando de avanzar en esa investigaci¨®n con la colaboraci¨®n de las autoridades libias, que han condenado sin paliativos a los atacantes. El viceministro de Interior libio, Wanis Sharif, ha informado de la detenci¨®n hasta ahora de cuatro sospechosos de "instigar" el ataque, informa Reuters. Obama ha hablado por tel¨¦fono con el presidente libio, Mohamed Yusuf al-Magariaf, para discutir el tipo de repuesta que hay que dar a lo sucedido. A la espera de los resultados, los barcos de guerra norteamericanos estar¨¢n en pocos d¨ªas m¨¢s en posici¨®n para disparar misiles Tomahawk contra posibles reductos de extremistas isl¨¢micos instalados en territorio libio durante la pasada revuelta popular.
El uso de la fuerza constituye, por supuesto, una baza muy arriesgada para Obama. Por un lado, es la m¨¢s contundente expresi¨®n del rechazo que ha provocado entre los norteamericanos el asesinato de un embajador que, adem¨¢s, se hab¨ªa implicado personalmente en el esfuerzo del pueblo libio para conquistar su libertad. Pero, al mismo tiempo, una acci¨®n militar, incluso una de car¨¢cter muy limitado, podr¨ªa alentar a¨²n m¨¢s las actuales protestas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.