Europa desde China
No hay mejor punto de observaci¨®n. Para entender lo que nos est¨¢ sucediendo, hay que observar a Europa desde China. La visi¨®n de la globalidad y el ¨¢ngulo asi¨¢tico proporcionan una perspectiva distinta. Y alarmante: nos encogemos y andamos cada vez m¨¢s perdidos en el mundo global. No es el caso de un n¨²mero creciente de empresarios y hombres de negocios, sino sobre todo de nuestros viejos Estados nacionales y de quienes est¨¢n al mando.
Tiene su l¨®gica. El centro de gravedad se ha desplazado hacia Asia y si dentro de ese centro de gravedad hay a su vez otro centro de gravedad, este est¨¢ en China. Quienes m¨¢s intensamente perciben el desplazamiento y la p¨¦rdida de poder que se est¨¢ produciendo en el planeta somos los europeos. Para captar la dimensi¨®n del cambio nada mejor que situarse en el punto que m¨¢s sube, China, y observar desde all¨ª el que m¨¢s rezagado se queda, Europa.
As¨ª es como China proporciona historias de primera p¨¢gina a los medios como no lo hab¨ªa hecho nunca. A pesar de la censura y del partido ¨²nico, en China pasan cosas, muchas y muy jugosas cosas, y todas ellas conectadas dentro de la caja negra con el momento de transici¨®n o relevo en el poder. Ah¨ª est¨¢n los tumultos antijaponeses, controlados desde el poder a trav¨¦s de las redes sociales. O el mayor conflicto de los meses anteriores al Congreso, el culebr¨®n de Bo Xilai, el pr¨ªncipe rojo ca¨ªdo en desgracia tras el procesamiento y condena de su esposa por asesinato de un ciudadano brit¨¢nico.
Bo era el patrono de Chongqing, ciudad emblema del desarrollo de la China interior, donde se ha efectuado un experimento izquierdista, en abierto contraste con el modelo de Guandong, donde el partido permiti¨® otro experimento m¨¢s liberal. La purga antizquierdista no se ha producido porque haya vencido una de las dos tendencias en pugna sino porque Bo desafi¨® a la c¨²pula del partido, pretendiendo imponerse por su cuenta como una figura carism¨¢tica sobre los funcionarios grises actualmente al mando.
El gigante sigue creciendo y desperez¨¢ndose. M¨¢s r¨¢pido lo primero que lo segundo. Seg¨²n explica el profesor Hu Angang de la Universidad Tsingua de Pek¨ªn, en su libro China 2030, dentro de ocho a?os ser¨¢ ya la primera econom¨ªa del mundo y m¨¢s que duplicar¨¢ en PIB a la de Estados Unidos en la fecha del t¨ªtulo. Su renta per c¨¢pita se acercar¨¢ entonces al 60% de la renta de los estadounidenses. Su participaci¨®n en el comercio mundial, cercana al 30%, le proporcionar¨¢ unas palancas temibles a sus pol¨ªticas monetarias.
Seg¨²n el profesor Hu, en 2030 ser¨¢ el primer poder mundial, el m¨¢s innovador, con un Estado de bienestar de alto nivel, una econom¨ªa verde y una sociedad de riqueza compartida. Demasiado optimista, pero la crisis europea es el combustible que alimenta entre los economistas chinos la idea de este horizonte radiante.
Veamos lo segundo: al desperezarse el gigante da zarpazos y patadas. Con lentitud, con el gradualismo y el incrementalismo practicados por la aristocracia reformista y autoritaria que est¨¢ al mando. Pero zarpazos: la teor¨ªa de los peque?os pasos quiz¨¢s no traer¨¢ la democracia, pero puede conducir a la hegemon¨ªa militar y pol¨ªtica en Asia.
El rumbo de colisi¨®n es evidente. Jap¨®n ya se halla en la trayectoria, gracias al conflicto por las islas Diaoyu o Senkaku. Pero lo mismo sucede con todos los vecinos (Vietnam, Filipinas o Indonesia) a los que disputa los islotes y las aguas circundantes. No solo por los tesoros energ¨¦ticos que pudieran esconder o por el control del tr¨¢fico mar¨ªtimo, que tambi¨¦n. Sino ante todo por afirmaci¨®n de un poder que se asienta y manifiesta con fuerza proporcional a la seguridad con que avanza hacia la primac¨ªa mundial.
Un think tank europeo, el European Center on Foreign Relations, ha facilitado a un grupo de exministros, polit¨®logos y periodistas de Los 27, entre los que se encontraba el autor de esta columna, la atalaya para asomarse a Europa desde China, en un seminario en el que se han entrevistado y han discutido con decenas de especialistas y colegas chinos durante una semana. La conclusi¨®n m¨¢s sint¨¦tica que puede desprenderse es que desde China se observa una Europa que se debilita y encoge, cuando necesitamos con urgencia una visi¨®n y una estrategia europeas respecto a China, la superpotencia desafiante del siglo XXI.
Una frase ir¨®nica o¨ªda en Pek¨ªn resume el momento: ¡°Europa necesita un plan Marshall chino para salvar su econom¨ªa¡±.
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