Romney se hunde en su Estado natal
El aspirante republicano naci¨® en Detroit, cuna de la industria del autom¨®vil, donde Obama lleva ventaja
El candidato republicano Mitt Romney va camino de perder Michigan, Estado donde naci¨® y vivi¨® hasta los 18 a?os, y del que su padre, George, fue un popular gobernador. Su familia no solo tiene lazos pol¨ªticos en Michigan. El padre de Romney dirigi¨® con ¨¦xito la automotriz American Motors durante ocho a?os. Lo que podr¨ªa haber sido una victoria en Michigan, y en el Medio Oeste, va camino de convertirse en un rev¨¦s. Cuatro palabras de hace cuatro a?os resuenan aun en este Estado sustentado por los empleos que aun ofrece la industria del autom¨®vil: ¡°Dejad que Detroit quiebre¡±. Aqu¨ª, a Romney, esa frase no se le perdona.
Las encuestas dan a Romney por debajo de Barack Obama aqu¨ª en Michigan por hasta 14 puntos. Al candidato le cuesta convencer incluso a los suyos. Randy Hamilton, de 62 a?os, es supervisor en una planta que fabrica motores para Chrysler en la localidad de Trenton. Se define como republicano. No le gustan muchas medidas de Obama, en especial la reforma sanitaria. Pero no se decide a votar por Romney. ¡°Me doli¨® cuando dijo lo de que quebr¨¢ramos¡±, cuenta. ¡°Me sent¨® muy mal. Y eso le est¨¢ haciendo mucho da?o, porque aqu¨ª casi todos dependemos de la industria del autom¨®vil¡±.
En realidad la frase de ¡°dejad que Detroit quiebre¡± no la pronunci¨® Romney nunca. Fue el titular elegido por un editor del diario The New York Times, para un art¨ªculo de Romney publicado en 2008, en el que ped¨ªa a Washington que no inyectara dinero p¨²blico a las automotrices, y que las dejara caer solas. Lo que s¨ª escribi¨® Romney fue: ¡°Una quiebra gestionada puede ser el ¨²nico camino hacia la reestructuraci¨®n fundamental que la industria necesita. Les permitir¨ªa a las empresas librarse de mano de obra excedente y costes de pensiones y propiedades inmobiliarias¡±.
Aqu¨ª en Michigan, una afirmaci¨®n semejante, por parte de un hijo de Detroit, criado por un padre que dirigi¨® una automotriz, equivali¨® a alta traici¨®n. Este es un Estado que vive por y para la industria del autom¨®vil. En muchos aparcamientos se lee el r¨®tulo: ¡°Por favor, aparque aqu¨ª solo coches norteamericanos. Coches extranjeros, a otro lado¡±. Es un lugar en el que los hospitales llevan el nombre de Henry Ford, los hoteles se llaman Cadillac y los museos est¨¢n consagrados a la historia del autom¨®vil. Obama apoy¨® el rescate, iniciado por George W. Bush. Entre ambos, prestaron 85.000 millones de d¨®lares a General Motors, Chrysler y otras empresas.
¡°El rescate fue una gran ayuda. De no haberlo aprobado, dos tercios de la industria habr¨ªan desaparecido¡±, explica Bob Lutz, un empresario hist¨®rico en Michigan, vicepresidente jubilado de General Motors y autor del libro Car Guys vs. Bean Counters. ¡°El problema con Romney es que ha cambiado muchas veces de postura. En 2008 public¨® aquel art¨ªculo. Luego matiz¨® que no quer¨ªa que las empresas desaparecieran, pidi¨® una suspensi¨®n de pagos al uso y dijo que se opon¨ªa a un rescate. Pero entonces los grandes bancos, los ¨²nicos capaces de dar cr¨¦dito a las automotrices, estaban en suspensi¨®n de pagos tambi¨¦n. Luego volvi¨® a cambiar de idea, y dijo que quer¨ªa una suspensi¨®n de pagos gestionada por el Gobierno. Creo que eso explica los problemas de Romney aqu¨ª en Michigan¡±.
Michigan y Detroit, su ciudad principal, han sufrido, mucho, en los ¨²ltimos tiempos. En la pasada d¨¦cada este Estado ha perdido 800.000 puestos de trabajo, un 18% de su mano de obra total. Desde 1979 han cerrado 105 factor¨ªas automotrices, lo que supone un 39% de las clausuras de todo el pa¨ªs. En este momento, en Michigan, 1,2 millones de empleos dependen de la industria del autom¨®vil. En julio de 2009, en plena gran recesi¨®n, el desempleo en este Estado lleg¨® al 14%, una cifra r¨¦cord. Ahora est¨¢ en el 9,4%.
Pero seg¨²n dicen algunos empleados que aun conservan empleos en el sector del autom¨®vil, hubiera sido peor si se le hubiera hecho caso a Romney. ¡°Mitt Romney hiri¨® a mucha gente con aquellas declaraciones¡±, opina Ed Leblanc, de 41 a?os, empleado de la planta Hamtramck de Detroit, donde se fabrica el coche el¨¦ctrico Chevrolet Volt. ¡°Es una verg¨¹enza. Si hubi¨¦ramos quebrado, las ventas hubieran ido al extranjero. Romney solo quiere enriquecer a aquellos que m¨¢s dinero tienen, a los grandes grupos de presi¨®n, y perjudicar a los trabajadores. As¨ª no puede ganar en Michigan¡±.
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