Dos explosiones causan m¨¢s de 80 muertos en la Universidad de Alepo

Dos potentes explosiones han matado a decenas de personas en Alepo, la segunda ciudad de Siria. Las bombas han estallado en la Universidad, situada en una zona controlada por el Ej¨¦rcito de Bachar el Asad. La primera, colocada en la puerta de una de las facultades, es la que ha provocado m¨¢s muertos, mientras la segunda ha causado solo da?os materiales. Un m¨¦dico ha dicho a France Presse que calculaba en 82 los fallecidos y en 160 los heridos.

Las deflagraciones han alcanzado de lleno las residencias de estudiantes y la facultad de Arquitectura y de Ingenier¨ªa, justo el d¨ªa en el que empezaban los ex¨¢menes parciales. La televisi¨®n estatal afirma que los ¡°terroristas¡± ¡ªtal y como el r¨¦gimen se refiere a los insurgentes¡ª, habr¨ªan lanzado varios proyectiles de mortero contra la Universidad. Tambi¨¦n asevera que podr¨ªa tratarse de dos coches bomba. Por su parte, la oposici¨®n acusa al propio Gobierno de estar detr¨¢s del ataque y asegura que las explosiones se deben a un ataque con misiles lanzados desde un avi¨®n de combate. Varios v¨ªdeos colgados en Youtube por los propios estudiantes muestran en el cielo estelas que podr¨ªan ser de un avi¨®n Mig ¡ªlos que usa el r¨¦gimen¡ª. Varios testigos afirman haber escuchado el ruido de un avi¨®n. Sea como fuere, las im¨¢genes que ha facilitado la televisi¨®n estatal muestran la pr¨¢ctica destrucci¨®n de la facultad de Arquitectura.

Pese a que el conflicto ha vuelto a dar una dentellada a Alepo, la vida vuelve a inundar la ciudad, como se ve en el barrio de Tareq Al-Bab. Si en los meses de septiembre y octubre este distrito era uno de los m¨¢s castigados por la artiller¨ªa del r¨¦gimen, ahora su aspecto es totalmente distinto. Cientos de personas recorren esta arteria de la ciudad deteni¨¦ndose en los mercados ambulantes, en los restaurantes de comida para llevar o en las tiendas. ¡°Ahora hay m¨¢s tranquilidad y la mayor¨ªa de los comercios de esta zona han vuelto a abrir", comenta Omar, due?o de una tienda de telefon¨ªa m¨®vil. En octubre, obligado por los bombardeos, tuvo que huir a Turqu¨ªa. ¡°La situaci¨®n en los campos de refugiados es muy mala; y decidimos volver a nuestra casa de Alepo. Muchos de nuestros vecinos tambi¨¦n han regresado poco a poco. Ahora hay muchos menos bombardeos y se puede vivir m¨¢s o menos bien¡±.

En el popular parque de Hawas, muchos civiles acuden en busca de le?a con la que poder pasar la noche. ¡°No tengo dinero ni para comprar di¨¦sel ni para comprar la le?a que venden en la calle¡±, sentencia Abu Mahmut, de 45 a?os y padre de ocho hijos. ¡°Antes de la guerra ven¨ªamos a este parque a pasear, ahora venimos a cortar le?a¡±. Cientos de miles de habitantes en Alepo no pueden pagar los tres euros que cuesta el litro de di¨¦sel con el que funcionan las estufas de los hogares. Los civiles, desesperados, han terminado con toda la madera de los bancos y han comenzando la tala de ¨¢rboles en toda la ciudad.

En algunos barrios de la ciudad hace m¨¢s de cinco semanas que no tienen luz el¨¦ctrica y muchos no pueden permitirse uno. ¡°Tenemos candiles y velas; y cocinamos con bombonas de gas; la otra opci¨®n que nos queda es huir a Turqu¨ªa, pero all¨ª viven incluso peor que nosotros¡­¡±, afirma Ahmed mientras compra comida en un puesto callejero. ¡°La guerra nos lo ha quitado todo¡±, se lamenta.