El ¡®pescao¡¯ y la reforma migratoria cubana
Un refr¨¢n muy cubano dice: ¡°compraron el ¡®pescao¡¯ y le cogieron miedo a los ojos¡±. Con esta f¨®rmula criolla se intenta explicar por qu¨¦ a veces alguien recula tras adoptar una decisi¨®n de la que no est¨¢ convencido, al percatarse de que la acci¨®n le traer¨¢ muchos dolores de cabeza.
Aplicado a la pol¨ªtica cubana de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, el ¡°pescao¡± podr¨ªa equipararse a las reformas que el Gobierno de La Habana se vio obligado a introducir a partir de los a?os noventa para evitar el colapso, y los ¡°ojos¡± ser¨ªan las consecuencias indeseables provocadas por dichas medidas de apertura, entre ellas la perdida de control pol¨ªtico y el incremento de las desigualdades en una sociedad cuyo pilar era el igualitarismo. El miedo a la contaminaci¨®n capitalista explica los continuos titubeos y vaivenes del r¨¦gimen as¨ª como la lenta marcha de las reformas, un pasito para alante, un pasito para atr¨¢s, por favor, que dir¨ªa la canci¨®n.
En los a?os ochenta Fidel Castro autoriz¨® los mercados libres campesinos, regidos por la ley de la oferta y la demanda, pero despu¨¦s los cerr¨® con el argumento de que favorec¨ªan una clase par¨¢sita de intermediarios. Tambi¨¦n por entonces se dio luz verde a los artesanos para que instalaran sus tarimas en la plaza de la Catedral, pero luego se consider¨® contrarrevolucionaria la riqueza de orfebres y talabarteros y no pocos acabaron en la c¨¢rcel. De igual modo, en la d¨¦cada del noventa se autoriz¨® el trabajo por cuenta propia sin desearlo, como un "mal necesario", y por ello entre los oficios legalizados se incluyeron algunos tan peregrinos como ¡°limpiador de buj¨ªas¡±, ¡°aguador¡± o ¡°forrador de botones¡± (sic).
Ahora llega la reforma migratoria, esperada largamente por los cubanos y tantas veces aplazada. En abril de 2008 ya estuvo a punto de aprobarse. Este ex corresponsal lleg¨® incluso a informar en aquel momento de la implementaci¨®n de la medida en "d¨ªas o semanas" y¡ Bueno, 245 semanas despu¨¦s la resoluci¨®n ha sido por fin publicada en la Gaceta Oficial, y en los mismos t¨¦rminos anunciados entonces por este diario (eliminaci¨®n, con restricciones, del permiso de salida y de la carta de invitaci¨®n; ampliaci¨®n de once a 24 meses del plazo en que un cubano puede permanecer en el exterior sin perder sus derechos en la isla; flexibilizaci¨®n de la pol¨ªtica para que los menores salgan del pa¨ªs y tambi¨¦n para la entrada de los emigrados). Sin duda, una buena noticia.
Pero ?por qu¨¦ fue postergada cinco a?os una medida que estaba decidida y por la que clamaban defensores de la revoluci¨®n, como el cantautor Silvio Rodr¨ªguez o la directora del Centro Nacional de Educaci¨®n Sexual, Mariela Castro, hija del actual presidente, Ra¨²l Castro? Siguiendo el refr¨¢n cubano, alguien compr¨® entonces el ¡®pescao¡¯ y le cogi¨® miedo a los ojos.
Lo primero que se constata una semana despu¨¦s de entrar en vigor la ley es que no ha habido avalanchas en las 200 oficinas del pa¨ªs que tramitan los pasaportes. Normalidad es la palabra que mejor define lo sucedido desde el lunes, cuando empez¨® el fin de la irregularidad y la humillaci¨®n de la llamada ¡°tarjeta blanca¡±, el permiso que todo cubano deb¨ªa pedir para entrar y salir de su pa¨ªs. Ahora la gente comienza a asumir como parte de la normalidad que, adem¨¢s de pasaporte, para viajar hace falta dinero y un visado del pa¨ªs al que se pretende llegar, algo que no es tan f¨¢cil.
Disidentes como Guillermo Fari?as han sido informados de que podr¨¢n viajar y regresar a Cuba cuando lo deseen. Otros, como la l¨ªder de las Damas de Blanco, Berta Soler, o la bloguera Yoani S¨¢nchez, han realizado ya los tr¨¢mites para obtener el pasaporte y esperan a ver qu¨¦ pasa. Si se convierte en normal que un opositor salga de la isla, critique al r¨¦gimen o haga campa?a pol¨ªtica y despu¨¦s regrese, entonces eso marca un nuevo d¨ªa en Cuba, se?alan algunos analistas. Del mismo modo, el Gobierno de Estados Unidos tiene un problema. Las leyes que benefician a los inmigrantes cubanos y les dan derecho a obtener la residencia al a?o y un d¨ªa de entrar a territorio norteamericano, aunque lo hagan ilegalmente, se basan en el supuesto de que son perseguidos que huyen de una dictadura comunista. Pero si ahora pueden salir y entrar cuando lo deseen, y quiz¨¢s despu¨¦s de haber ganado unos d¨®lares en Miami, toda esa pol¨ªtica migratoria basada en la anormalidad se tambalea.
Aunque la reforma migratoria cubana beneficia a la mayor¨ªa de los cubanos, permite al Estado su aplicaci¨®n discrecional y muchos se preguntan si no ocurrir¨¢ lo de siempre ahora que el ¡®pescao¡¯ est¨¢ en la bandeja y el horno encendido. Pero ya no hay tiempo para cogerle miedo a los ojos. Ser¨ªa fatal.
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