Un retiro entre limoneros y rosas
Ratzinger vivir¨¢ tras su renuncia en un convento vaticano
Una mansi¨®n apartada y tranquila, rodeada por una alta muralla y sumergida en el verde de los jardines vaticanos. Un remanso de paz en el coraz¨®n de Roma. Son las caracter¨ªsticas del convento Mater Ecclesiae, el lugar donde Joseph Ratzinger pasar¨¢ el resto de su existencia tras abandonar las vestimentas papales. En los primeros d¨ªas de su nueva vida, sin embargo, se alejar¨¢ de Roma para quedarse en la finca donde los pont¨ªfices suelen veranear, a unos 20 kil¨®metros al sur de la capital italiana, cerca del mar, en el pueblo de Castel Gandolfo. All¨ª va a viajar a las 20 horas del 28 de febrero. ¡°Imagino que tendr¨¢ una tarde normal¡±, dijo ayer el portavoz vaticano, Federico Lombardi. Cuando terminen las reformas en el convento, volver¨¢ al Vaticano para instalarse.
El Mater Ecclesiae surge en la colina Vaticana, a las espaldas de San Pedro, y se apoya a la muralla que Le¨®n IV mand¨® a erigir en 847 para proteger la bas¨ªlica de los ataques de los sarracenos y que hoy coincide en parte con el conf¨ªn del peque?o Estado. Desde una prudencial distancia se contempla la c¨²pula de Miguel ?ngel y paseando?se alcanza la reconstrucci¨®n de la cueva de Lourdes, donde al Papa le gusta rezar. Es el ¨²nico convento dentro de Ciudad del Vaticano.
Fue Juan Pablo II quien quiso crear all¨ª un lugar de contemplaci¨®n, en el cual las monjas de clausura rezaran para sostener al pont¨ªfice. Las primeras religiosas llegaron el 13 de mayo de 1994, justo en el aniversario del atentado que sufri¨® Karol Wojtyla en 1981. La orden que lo ocupa ha ido cambiando cada cinco a?os. La ¨²ltima dej¨® el convento antes de lo debido para que pudieran arrancar las obras de restauraci¨®n del edificio.
No est¨¢ claro si una vez terminadas las reformas, otra orden religiosa ocupar¨¢ una parte del complejo. ¡°Se tratar¨ªa de un pu?ado de hermanas que vivir¨ªan en clausura, sin contacto alguno con Ratzinger¡±, seg¨²n Lombardi. Una robusta reja y un prado de c¨¦sped separan las dos zonas. El Papa no estar¨¢ en clausura, como explic¨® Lombardi: ¡°No hay que considerarle recluso de ninguna forma. Es una condici¨®n nueva e in¨¦dita. Ya veremos c¨®mo se va a organizar. No puedo decir todo lo que va a hacer¡±. Benedicto XVI ya ha demostrado antes su amor por este lugar. Tanto que varias veces celebr¨® misa en su capilla.
El edificio se compone de cuatro plantas, varios espacios comunes y 12 celdas mon¨¢sticas, un ala nueva de 450 metros cuadrados, una capilla, un coro para las hermanas de clausura y una biblioteca. Pero lo mejor es lo que hay fuera: una gran huerta donde se cultivan pimientos, tomates o calabacines. Desde el exterior del recinto mon¨¢stico se ven limoneros, naranjos y un jard¨ªn de rosas.
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