La izquierda latinoamericana se queda hu¨¦rfana
Ch¨¢vez tom¨® el relevo de los sovi¨¦ticos en la tarea de proporcionar respiraci¨®n asistida al r¨¦gimen de los hermanos Castro
Hace casi justo un a?o, la bloguera cubana Yoani S¨¢nchez reproduc¨ªa en este diario una frase o¨ªda a una se?ora en las calles de La Habana: ¡°Si a Ch¨¢vez le pasa algo, nos va a caer encima un segundo Per¨ªodo Especial¡±. La mujer se refer¨ªa a la pavorosa etapa de escasez que sufrieron los cubanos tras el desplome de la Uni¨®n Sovi¨¦tica a principios de los a?os noventa. El fin de la URSS, que durante d¨¦cadas compr¨® az¨²car caro a cambio de vender petr¨®leo barato, puso a la econom¨ªa de la isla al borde del abismo hasta la aparici¨®n de un nuevo patr¨®n generoso en la figura de Hugo Ch¨¢vez.
Ch¨¢vez tom¨® el relevo de los sovi¨¦ticos en la tarea de proporcionar respiraci¨®n asistida al r¨¦gimen de los hermanos Castro ¨Cvendi¨¦ndole unos 100.000 barriles diarios de petr¨®leo a precios fuera de mercado que suponen dos tercios del consumo de la isla- y extendi¨® su generosidad a otros pa¨ªses del Caribe y Centroam¨¦rica como la Rep¨²blica Dominicana, Jamaica y Nicaragua a trav¨¦s del programa llamado Petrocaribe, que les permite comprar crudo en condiciones muy favorables.
La Nicaragua del comandante Daniel Ortega, por ejemplo, ha recibido 500 millones de d¨®lares anuales ¨Ccasi el 7% del PIB- de manos de Ch¨¢vez desde 2006, una cantidad que el l¨ªder sandinista ha sabido aprovechar para desarrollar programas de asistencia social como Hambre Cero, Usura Cero, Plan Techo, Casas del Pueblo, y naturalmente para ampliar la base social de su r¨¦gimen. Ni que decir tiene que la opacidad de las cuentas de dicho plan indigna a la oposici¨®n a Ortega, que asegura que con ese dinero se enriquecen las familias del r¨¦gimen. Nicaragua es parte tambi¨¦n junto con el Ecuador de Rafael Correa y la Bolivia de Evo Morales de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Am¨¦rica, el eje antiimperialista surgido de la ¡°ferreter¨ªa ideol¨®gica¡±, como una vez dijo Carlos Fuentes, que ten¨ªa Ch¨¢vez en la cabeza.
Su muerte abre varios interrogantes: ?Es el fin del man¨¢ pol¨ªtico que Ch¨¢vez representaba para los reg¨ªmenes autoritarios de la regi¨®n? ?Existe el riesgo de que Cuba caiga en una nueva era de desabastecimiento y se desate una nueva crisis migratoria? ?Marcar¨¢ su desaparici¨®n el reencuentro entre las fuerzas progresistas de Am¨¦rica Latina? ?Podr¨¢n sus sucesores en Caracas cubrir el vac¨ªo que deja su carisma, su dramaturgia y exceso verbal, en la izquierda populista latinoamericana?
Los datos macroecon¨®micos que presenta Venezuela no son halag¨¹e?os, la deuda de petrolera estatal PDVSA se ha disparado hasta los 8.000 millones de d¨®lares y la reciente devaluaci¨®n del bol¨ªvar pasar¨¢ factura social. Tampoco parece claro que sea quien sea quien le suceda en Caracas, una vez haya un nuevo reparto del poder en la c¨²pula chavista, vaya a tener la personalidad, fuerza pol¨ªtica y capacidad de maniobra para continuar siendo esa especie de Santa Claus revolucionario, cuyos regalos tanto escandalizan a la oposici¨®n interna.
Por otra parte, ni Ortega, enfermo, que administra su peque?o pa¨ªs como un nuevo Somoza, ni Correa ni Morales, demasiado distantes y demasiado pobres, se intuyen capaces de mantener encendida la llama revolucionaria y antiimperialista en la regi¨®n sin el carburante esencial del petr¨®leo. La desaparici¨®n de Ch¨¢vez abre tambi¨¦n seguramente una nueva etapa en Am¨¦rica Latina en la que habr¨¢ que tener en cuenta a otro jugador, M¨¦xico, cuyo Gobierno actual es muy consciente de su relevancia diplom¨¢tica en ¨¦pocas pasadas ¨C las buenas relaciones hist¨®ricas entre el PRI y el r¨¦gimen castrista, recientemente renovadas; su papel en los acuerdos de paz en Centroam¨¦rica¡- y de su capacidad para amortiguar crisis y reconciliar posiciones encontradas.
Ch¨¢vez sucedi¨® a Fidel como icono de la izquierda latinoamericana cuando el fulgor de la figura de ¨¦ste hac¨ªa tiempo que se hab¨ªa apagado. M¨¢s que eso, lo imit¨® hasta hacerse llamar comandante y pretendi¨® continuar su obra en el siglo XXI con el llamado ¡°socialismo bolivariano¡±. Hoy ha muerto otro mito. Como antes lo fueron el Che Guevara, Salvador Allende, Omar Torrijos, Manuel Marulanda, Tirofijo, Velasco Alvarado, Tom¨¢s Borge y tantos otros. Mientras, a sus 86 a?os, viviendo ya probablemente en el pa¨ªs de los recuerdos, Fidel Castro sigue all¨ª.
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