El Salvador oficializa en Washington la pol¨¦mica tregua entre las maras
Una delegaci¨®n, liderada por el ministro de Seguridad y el obispo Colindres, uno de los interlocutores, presenta ante la OEA los avances en la reducci¨®n de la violencia
Una delegaci¨®n de El Salvador, liderada por el ministro de Justicia y Seguridad, ha oficializado esta semana en Washington la tregua iniciada hace un a?o entre las maras m¨¢s violentas del pa¨ªs, la mara 13, conocida como MS-13 o Salvatrucha, y la mara del Barrio 18. Este per¨ªodo -que ha producido un inapelable descenso de los homicidios de 14 muertos diarios a una media de 5,5- no ha estado exento de controversia. Su opacidad, el ambiguo papel del Gobierno y de la Iglesia cat¨®lica, las concesiones a los l¨ªderes de las pandillas en prisi¨®n, la aparente ausencia de planes alternativos de reinserci¨®n o el mantenimiento de las extorsiones por parte de las bandas, han generado cierto escepticismo sobre un proceso que, no obstante, se percibe como una gran oportunidad para reducir la criminalidad en el segundo pa¨ªs m¨¢s violento del mundo, tras Honduras.
El grupo, integrado por el obispo Fabio Colindres, uno de los interlocutores de la tregua, y representantes de la sociedad civil, se reuni¨® el lunes con el secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Jos¨¦ Miguel Insulza, y el mi¨¦rcoles present¨® ante su Consejo Permanente los avances y logros alcanzados durante el ¡°proceso de reducci¨®n de la violencia¡± en El Salvador. La OEA, en su rol de ¡°garante del proceso de paz¡±, ha jugado un papel importante en la supervisi¨®n de la tregua casi desde el inicio de la misma. Durante su estancia en Washington, la delegaci¨®n tambi¨¦n ha visitado el Departamento de Estado, se ha entrevistado con miembros del Congreso estadounidense y ha mantenido encuentros con representantes del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial para presentarles sus proyectos de reinserci¨®n y recabar apoyos para avanzar en la consolidaci¨®n de la tregua.
Con la presentaci¨®n de este proceso ante la comunidad internacional, el Gobierno salvadore?o pretende institucionalizar un proceso que sigue siendo muy fr¨¢gil y que, pese a los esfuerzos evidentes de todos los actores involucrados, sigue dependiendo de la palabra de los l¨ªderes de las maras que est¨¢n en prisi¨®n. El Salvador pretende involucrar en el proceso a organizaciones internacionales -la Uni¨®n Europea o Naciones Unidas, a trav¨¦s del PNUD, ya han mostrado su inter¨¦s- para poder blindar la actual pol¨ªtica que ha desarrollado el ejecutivo de izquierdas de Mauricio Funes e impedir que futuros Gobiernos puedan desmantelarla despu¨¦s. ¡°Estamos formando una coraza protectora alrededor de este proceso, que es el ¨²nico que se ha demostrado que est¨¢ dando resultado en estos ¨²ltimos a?os¡±, reconoci¨® en una entrevista a EL PA?S, Mungu¨ªa.
Estamos formando una coraza protectora alrededor de este proceso, que es el ¨²nico que se ha demostrado que est¨¢ dando resultado en estos ¨²ltimos a?os¡±
Ministro de Justicia y Seguridad de El Salvador
En esta l¨ªnea se enmarca la segunda fase de la tregua que pretende ¡°trasladar la negociaci¨®n de las c¨¢rceles a la calle¡±, en palabras de Colindres, a trav¨¦s de la iniciativa Municipios Libres de Violencia. En estos Municipios -de momento ya son siete, de distinto car¨¢cter pol¨ªtico, los que se han incorporado a este programa- son los propios alcaldes los que lideran el di¨¢logo, de forma directa, con los l¨ªderes de las maras que imperan en sus calles para, a cambio de su compromiso de reducir la violencia, desarrollar programas de reinserci¨®n que les aparten paulatinamente de las bandas. Para desarrollar esta iniciativa es necesario apoyo econ¨®mico y eso es lo que, entre otras cosas, ha venido a buscar la delegaci¨®n salvadore?a con su visita a Washington.
La elecci¨®n de la capital de EE UU no es casual. Adem¨¢s de ser el lugar donde tiene su sede la OEA, que es quien ha financiado el viaje de la delegaci¨®n, Washington es la segunda ciudad, tras San Salvador, en la que reside el mayor n¨²mero de salvadore?os y es una de las localidades estadounidenses -junto a varios condados vecinos del Estado de Maryland-, tras Los ?ngeles y San Francisco donde la mara de los Salvatrucha tiene m¨¢s presencia en este pa¨ªs. Los miembros del grupo han tenido la oportunidad de comprobar el funcionamiento de los programas de reinserci¨®n de los miembros de estas pandillas desarrollados en la zona.
Pese a los evidentes avances, todav¨ªa hay muchas dudas en torno al proceso. El papel del Gobierno en el proceso de paz no ha quedado claro. Aunque Funes ha insistido en que el Ejecutivo no negocia con criminales y ha rechazado haber participado en ning¨²n acuerdo con las maras que contemple mejores condiciones carcelarias a cambio del abandono de la violencia, el hecho es que los principales l¨ªderes de las pandillas han sido trasladados de c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad, donde estaban en r¨¦gimen de aislamiento, a otras prisiones donde tienen un limitado acceso al exterior y sus condiciones en los centros penitenciarios han mejorado sustancialmente.
El impasse en la cultura del ojo por ojo entre las maras de El Salvador no es perfecto, pero ha ofrecido al pa¨ªs centroamericano una valiosa oportunidad para apuntalar la reducci¨®n de la violencia, que necesita de una implicaci¨®n decidida por parte del Gobierno, de la sociedad civil y del sector privado para desarrollar programas de reinserci¨®n y de integraci¨®n. Bajo el auspicio de la OEA se ha creado un Comit¨¦ T¨¦cnico para coordinar todo este proceso, del que forman parte Mungu¨ªa y Colindres, as¨ª como el otro interlocutor principal de la tregua, el exguerrillero y exdiputado del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional, Ra¨²l Mijango, el periodista Paolo Leurs y Antonio Cabrales, representantes de Humanitarian Foundation, y el secretario para Seguridad Multidimensional de la OEA, Adam Blackwell.
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