Berlusconi: ¡°Hace falta enseguida un Gobierno s¨®lido y duradero¡±
El l¨ªder del centroderecha ha pasado a ejecutar el papel de estadista, llamando a la responsabilidad de los otros l¨ªderes
Silvio Berlusconi se lo est¨¢ pasando en grande. De verse hace unas semanas en la c¨¢rcel o en el exilio como Bettino Craxi ¨Cuna alianza entre el centroizquierda de Bersani y el Movimiento 5 Estrellas de Grillo lo hubiese dejado en el arroyo, a merced de los jueces¡ª ha pasado a ejecutar el papel de estadista, llamando a la responsabilidad de los otros l¨ªderes, eligiendo palabras grandilocuentes: ¡°Esperamos poder dar a Italia un gobierno. Hace falta enseguida un Gobierno s¨®lido y duradero. Lo necesitamos realmente¡±.
Berlusconi, ese gran actor, cambia de papel con una facilidad pasmosa. Lo mismo arremete con virulencia contra la magistratura y manda a los suyos a ocupar los juzgados de Mil¨¢n ¨Cel m¨¢s radical entre los radicales¡ª que acepta una entrevista del diario La Repubblica y dice que jam¨¢s ha buscado un salvoconducto que lo libre de la justicia, que jam¨¢s le han preocupado sus procesos ¨Clleg¨® a meterse en un hospital para evitar la sentencia del caso Ruby¡ª y que lo ¨²nico que ¨¦l quiere es que Italia salga del caos. Dice estar dispuesto a apoyar a Bersani como presidente de la Rep¨²blica a cambio de nada, tan solo por el bien del pa¨ªs¡
¡°Hay demasiadas cosas que se tienen que hacer¡±, ha dicho este viernes en Bari, ¡°para salir de esta crisis recesiva que se est¨¢ haciendo demasiado grave. Hab¨¦is visto cu¨¢ntas empresas se est¨¢n cerrando, cu¨¢ntos despidos¡ Necesitamos un gobierno que cambie esa situaci¨®n¡±. Despu¨¦s de satanizar durante meses al ¡°comunista¡± Bersani, ahora se dice dispuesto a formar un gobierno con ¨¦l. El secretario general del PD todav¨ªa se resiste, pero su partido amenaza ruina, y sus negativas son cada vez menos rotundas. Sabe que sin la ayuda de Berlusconi no tiene posibilidad de formar gobierno, pero que el salvavidas que le ofrece es tambi¨¦n su sentencia de muerte pol¨ªtica. Berlusconi, dos d¨¦cadas despu¨¦s, sigue sonriendo en la orilla.
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