?En qu¨¦ se parecen Facebook y Coca Cola?
La obesidad y la p¨¦rdida de privacidad ser¨¢n a este siglo lo que el fumar fue al siglo pasado
La obesidad y la p¨¦rdida de privacidad ser¨¢n a este siglo lo que el fumar fue al siglo pasado. Coca Cola, PepsiCo, Nestl¨¦, MacDonalds y otras empresas cuyos ingresos proceden de la venta de productos con alto contenido de az¨²car o grasa, y aquellas como FaceBook, Google o Twitter, que dependen de captar informaci¨®n personal de sus usuarios para vend¨¦rsela a anunciantes, afrontar¨¢n problemas parecidos a los que tienen las compa?¨ªas que venden cigarrillos.
El mundo sufre una pandemia de obesidad. 500 cient¨ªficos de 50 naciones han publicado un informe (The Global Burden of Disease) donde explican que, entre 1990 y 2010, la obesidad aument¨® un 82% (en los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo el incremento fue del 100%). ¡°Descubrimos que ni?os que antes mor¨ªan por infecciones ahora se salvan gracias a las vacunas, pero hoy el mundo es m¨¢s obeso y los ni?os est¨¢n sufriendo las consecuencias¡±, afirma Ali Mokdad, uno de los autores del estudio. Y no son solo los ni?os. Actualmente, la humanidad vive, en promedio, m¨¢s que en 1990 (los hombres, 10,7 a?os m¨¢s, y las mujeres, 12,6). Pero seg¨²n este estudio, los ¨²ltimos 14 a?os de vida se ven severamente afectados por enfermedades y dolores, muchos de los cuales se derivan de la gordura. Hoy, en Estados Unidos, uno de cada tres adultos y uno de cada cinco ni?os son cl¨ªnicamente obesos. Las empresas que contribuyen a que vivamos en el mundo m¨¢s gordo de la historia argumentan que el sobrepeso no es resultado de lo que comemos, sino de diversos factores. ¡°La televisi¨®n, los videojuegos o la urbanizaci¨®n tienen m¨¢s que ver con la obesidad que la ingesta de nuestros productos¡±, dicen.
En el siglo pasado ¡ªy durante d¨¦cadas¡ª las tabacaleras lograron impedir que se vinculara el c¨¢ncer con fumar. El director cient¨ªfico del Comit¨¦ de Investigaciones de la Industria del Tabaco (CIIT) escribi¨® en 1957 que ¡°el problema de la causalidad de cualquier tipo de c¨¢ncer es complejo y dif¨ªcil de analizar... A pesar de toda la atenci¨®n puesta en la acusaci¨®n de que fumar produce c¨¢ncer de pulm¨®n, nadie ha establecido que el humo del cigarrillo o alguno de sus componentes cause c¨¢ncer en el hombre¡±. Hoy sabemos que esta afirmaci¨®n es falsa. Y que en 1957 las empresas del tabaco lo sab¨ªan.
En Estados Unidos uno de cada tres adultos y uno de cada cinco ni?os son cl¨ªnicamente obesos
Seg¨²n Michael Mudd, un ex vicepresidente de Kraft, las compa?¨ªas de alimentos y bebidas est¨¢n haciendo lo mismo. Mudd afirma que si bien los culpables del incremento de la obesidad son muchos, ninguno lo es tanto como esas empresas. No se limitan a satisfacer la demanda de los consumidores, dice Mudd, sino que hacen enormes y muy efectivos esfuerzos para aumentar la frecuencia con la que comemos y las cantidades que ingerimos. Y adem¨¢s alerta: ¡°De la misma manera que el lobby de las armas en EEUU se?ala a las enfermedades mentales y los videojuegos violentos para as¨ª distraer del peligro que implican las armas de fuego, la industria alimentaria denuncia la vida sedentaria y la televisi¨®n como causa de la obesidad. No debemos caer en esa trampa¡±.
De la misma manera que algunos gobiernos regularon, finalmente, el consumo de cigarrillos, empujando a las tabacaleras a buscar su lucro en los mercados menos regulados de Asia y otras regiones, es posible que tarde o temprano suceda lo mismo con las empresas cuyas ganancias dependen de la venta de productos saturados de az¨²car y grasas.
Algo parecido, pero a¨²n m¨¢s complejo, est¨¢ pasando con las empresas que v¨ªa Internet nos seducen con atractivos productos ¡ªcontenidos, ¡°soluciones¡±, b¨²squedas o ¡°comunidades¡±¡ª por los que no tenemos que pagar nada. Nada, excepto permitirles saber qui¨¦nes somos, d¨®nde estamos, qu¨¦ hacemos, qu¨¦ nos gusta o interesa y qui¨¦nes son nuestros amigos. Algunas veces nos ¡°solicitan permiso¡± para captar nuestra informaci¨®n y nos piden que aceptemos ciertas condiciones (?conoce usted a alguien que lea los largos textos en letra peque?a con las condiciones de la compa?¨ªa, antes de aceptarlas?). En todo caso, tambi¨¦n nos monitorean sin permiso.
Naturalmente, esa informaci¨®n es muy valiosa para empresas y otras organizaciones que nos quieren vender un producto, una idea, una conducta o un candidato. Los avances tecnol¨®gicos permiten recabar cada vez m¨¢s datos sobre nosotros a trav¨¦s de la telefon¨ªa m¨®vil, sensores remotos, c¨¢maras de seguridad, reconocimiento facial, etc. Y gracias a Big Data, las nuevas t¨¦cnicas para extraer informaci¨®n ¨²til de enormes vol¨²menes de datos, la masa amorfa de informaci¨®n --¡°el ruido¡± -- ahora se puede convertir, cada vez m¨¢s, en dinero.
Tendremos que hacer algo para contener las fuerzas que est¨¢n pulverizando las barreras que nos protegen de la obesidad y las que a¨²n nos permiten gozar de cierta privacidad.
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