EE UU busca en M¨¦xico un socio para reforzar su liderazgo en el siglo XXI
La visita de Obama esta semana servir¨¢ para remarcar un nuevo modelo en las relaciones bilaterales
Uno de los principales objetivos de la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos durante el primer mandato de Barack Obama fue el de reprogramar ¨Cun t¨¦rmino que se acu?¨® espec¨ªficamente para ese caso- las relaciones con Rusia, sometidas hasta entonces a m¨²ltiples desavenencias y malentendidos. Algo similar trata de hacerse al comienzo de este segundo mandato en las relaciones con M¨¦xico, excesivamente dominadas por el narcotr¨¢fico y las tensiones fronterizas. Washington busca un nuevo modelo que pueda explotar la enorme potencialidad de la cooperaci¨®n entre dos de las econom¨ªas m¨¢s fuertes y din¨¢micas del mundo.
¡°M¨¦xico y Estados Unidos intercambian ya 1.400 millones de d¨®lares diarios en comercio, m¨¢s de mil millones al d¨ªa solamente en la regi¨®n fronteriza. Con m¨¢s cooperaci¨®n en innovaci¨®n, en educaci¨®n, son evidentes las posibilidades de Norteam¨¦rica como un fuerte bloque econ¨®mico, que se complementa, adem¨¢s, con los avances para que M¨¦xico forme parte de la Alianza Transpac¨ªfico¡±, afirma un alto funcionario de la Administraci¨®n norteamericana.
El principal objetivo de la visita que Obama har¨¢ a M¨¦xico entre el jueves y el viernes pr¨®ximos es el de hacer visible esa reprogramaci¨®n, ese nuevo enfoque, m¨¢s pr¨¢ctico y ambicioso, de las relaciones con un vecino que, por su propio desarrollo y a trav¨¦s de su elevada tasa de emigrantes, est¨¢ llamado a tener una influencia considerable en el futuro de EE UU.
Las relaciones entre los dos pa¨ªses separados por el r¨ªo Grande tienen una larga historia de conflictos en la que los prejuicios y la ret¨®rica han podido m¨¢s, generalmente, que el respeto y el di¨¢logo. Con dos culturas muy diferentes y enfrentados a una violenta construcci¨®n de sus respectivas fronteras, M¨¦xico y EE UU han conocido una dif¨ªcil convivencia en los dos ¨²ltimos siglos. Al mismo, tiempo, sin embargo, se han ido creando silenciosamente en ambas sociedades identidades comunes que hoy les hace compartir m¨¢s de lo que ellas mismas creen, desde la cocina a los negocios.
Durante el Gobierno de Felipe Calder¨®n, esas relaciones estuvieron pr¨¢cticamente monopolizadas por la guerra que el presidente mexicano desat¨® contra el narcotr¨¢fico y que EE UU apoy¨® con material militar, inteligencia y recursos econ¨®micos, acordados en lo que se llam¨® el plan M¨¦rida, firmado por George W. Bush y continuado por Obama.
Con el fracaso de esa guerra y la sustituci¨®n de Calder¨®n por un nuevo presidente, Enrique Pe?a Nieto, que pretende un cambio de estrategia, Obama ve la oportunidad de hacer tambi¨¦n un giro en las prioridades norteamericanas. ¡°No se trata de que renunciemos a la seguridad en M¨¦xico, sino de elevar el perfil econ¨®mico y comercial de la relaci¨®n, hasta ahora demasiado bajo¡±, explica la fuente citada.
Algunos congresistas y organizaciones de derechos humanos est¨¢n preocupados, no obstante, de que esta nueva sinton¨ªa con M¨¦xico incluya silenciar los abusos denunciados en ese pa¨ªs. Human Rights Watch alert¨® recientemente de la existencia de miles de desaparecidos en la guerra contra las bandas criminales, y un grupo de miembros de la C¨¢mara de Representantes ha enviado hace unos d¨ªas una carta a Obama en la que le pide que aborde ese tema en su reuni¨®n con Pe?a Nieto.
Fuentes oficiales en Washington aseguran que el presidente norteamericano incluir¨¢ el asunto de los derechos humanos en la agenda de su visita, como tambi¨¦n los de la transparencia, la independencia judicial y la buena gobernabilidad, como parte indispensable de una sana cooperaci¨®n bilateral.
Pero esa no es, por supuesto, la prioridad de este viaje. Este viaje, con el que no se contaba, es la ratificaci¨®n de la satisfacci¨®n ¨Cy sorpresa- con la que han sido recibidas en esta capital las reformas estructurales emprendidas por Pe?a Nieto. Hasta hace poco, nadie hubiera dado un centavo por ¨¦l en EE UU: hoy es el modelo que se menciona en todas las conversaciones relacionadas con Am¨¦rica Latina.
El ¨¦xito ¨Cprovisional- de Pe?a Nieto y el avance econ¨®mico ¨Ctemporal- de M¨¦xico, son, adem¨¢s, dos buenos argumentos a favor de la reforma migratoria y de la pol¨ªtica de la Casa Blanca en esa materia. Como ya se empieza a demostrar, un M¨¦xico m¨¢s pr¨®spero es un M¨¦xico con menos emigrantes, un M¨¦xico m¨¢s democr¨¢tico es un mejor socio en empresas de altos vuelos como la competencia con China por el liderazgo mundial. Potenciado por la crisis europea y apoyado por el crecimiento sostenido de la econom¨ªa mexicana desde hace m¨¢s de tres a?os ¨Caunque no a un ritmo tan acelerado como el de otros pa¨ªses de la regi¨®n-, el eje M¨¦xico-EE UU despierta grandes expectativas en todo el mundo.
La visita de Obama se produce, por tanto, en un momento hist¨®rico excepcional que presenta para ambos pa¨ªses oportunidades que no ha habido jam¨¢s. Muchas riesgos siguen latentes ¨Cla energ¨ªa, el medio ambiente, la seguridad fronteriza, el tr¨¢fico de armas¡-, pero los beneficios de un entendimiento son hoy mucho m¨¢s expl¨ªcitos.
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