¡°El 14 de abril me robaron la victoria¡±
El l¨ªder de la oposici¨®n pide la mediaci¨®n de la Iglesia para resolver la crisis de Venezuela "Si tras una auditor¨ªa se refleja que perd¨ª por un voto, ser¨ªa el primero en reconocerlo" "Habr¨¢ nuevas elecciones. No veo una salida como consecuencia de una situaci¨®n violenta"
Henrique Capriles Radonski se detiene en la antesala de su oficina, en un viejo edificio residencial de la urbanizaci¨®n Bello Monte, en Caracas, y estrecha nuestras manos con la intensidad propia de quien est¨¢ en una campa?a electoral. Las elecciones se celebraron hace casi un mes, pero el gobernador del estado de Miranda todav¨ªa sigue metido en el personaje del aspirante a la presidencia de Venezuela. No es para menos. Este abogado caraque?o, que cumplir¨¢ 41 a?os en julio pr¨®ximo, repetir¨¢ una frase como un mantra a lo largo de la hora y media de entrevista concedida a este diario: ¡°Me han robado la victoria. Estos tipos se robaron las elecciones¡±. Y no piensa abandonar su cruzada hasta demostrar que, de acuerdo con sus c¨¢lculos, el pasado 14 de abril ocurri¨® un fraude de enormes proporciones.
Mientras pasamos a un peque?o sal¨®n de conferencias, Capriles da algunas instrucciones y cierra la puerta. Un televisor encendido muestra las im¨¢genes de la rueda de prensa que ofrece su adversario, el presidente Nicol¨¢s Maduro, durante su visita a Montevideo. Capriles se reclina en el espaldar del asiento, delante de un inmenso mural, una fotograf¨ªa que cubre una pared y que muestra una de las multitudinarias concentraciones que ha encabezado desde 2012. Viste un ch¨¢ndal con la ense?a venezolana y el escudo de la Federaci¨®n Venezolana de F¨²tbol. Hay en su discurso la voluntad de matizar su origen de clase, el de un joven que creci¨® sin apremio alguno en medio de una holgura econ¨®mica. ¡°Los que piden sacrificio son quienes deben dar el ejemplo de austeridad. Yo ser¨¦ el primer presidente que viva en su casa y con la escolta indispensable¡±, afirma, convencido de que se avecina un cambio en el pa¨ªs. A juzgar por su crecimiento como dirigente parece estar muy cerca de cumplir ese deseo. Hace mucho dej¨® de ser el ingenuo dirigente que a sus 26 a?os, cuando asumi¨® la presidencia de la C¨¢mara de Diputados, su primer cargo de relevancia, atacaba sin cuartel a la vieja dirigencia pol¨ªtica solo para decirle al pa¨ªs que ¨¦l representaba una nueva forma de hacer gerencia p¨²blica. Hoy no caza peleas est¨¦riles. Hay en sus gestos y palabras la experiencia de una persona transfigurada en un animal pol¨ªtico y en el l¨ªder que la oposici¨®n jam¨¢s encontr¨® en los ¨²ltimos tres lustros.
La larga y paciente v¨ªa electoral
¡°A m¨ª me robaron las elecciones el 14 de abril. Si se anulan las actas de las mesas que hemos cuestionado mediante un contencioso electoral ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ¡ªque representan el 55,4% del total escrutado¡ª ganar¨ªamos las elecciones con 400 mil votos de ventaja, 2% a nuestro favor. Y esto sin entrar en profundidades¡±, dice convencido de su verdad.
Pregunta. ?Usted cree que la ventaja es mayor?
Respuesta. No s¨¦ a ciencia cierta y por esa raz¨®n estoy solicitando una auditor¨ªa. Nicol¨¢s Maduro est¨¢ tratando de vincular el proceso electoral a la m¨¢quina de votaci¨®n. Yo lo quiero sacar de la m¨¢quina porque el problema es el cuaderno de votaci¨®n. Ese es el ¨²nico instrumento que personaliza el voto, lo ¨²nico que deja realmente constancia de que ustedes y yo votamos. No es posible determinar el fraude si solo se revisa el funcionamiento del sistema. En un contexto donde se intimid¨® a nuestros testigos es muy posible que el partido de gobierno pusiera a alguno de sus militantes a pulsar la m¨¢quina repetidas veces para que ¨¦sta cuente votos a favor del candidato oficial. ?Y c¨®mo lo sabremos? Contrastando esa cantidad de votos contra el cuaderno de votaci¨®n. En la auditor¨ªa yo podr¨¦ comprobar en cu¨¢ntas de las mesas en las cuales hubo irregularidades de acuerdo a nuestro criterio, la votaci¨®n se corresponde con la verdad. El gobierno quiere hacernos creer que muchos electores votaron cuando en realidad no lo hicieron.
P. ?Por qu¨¦ denunciar ahora con tanta insistencia esa irregularidad si tambi¨¦n se present¨® en las elecciones que usted perdi¨® con Hugo Ch¨¢vez?
Este ha sido el proceso electoral m¨¢s violento de los ¨²ltimos 15 a?os.
R. En aquella ocasi¨®n s¨ª hubo irregularidades, pero cuando le pregunt¨¦ a mi equipo cu¨¢ntos votos habr¨ªa podido manipular el gobierno me respondieron que no m¨¢s de un mill¨®n. Ch¨¢vez gan¨® las elecciones por 1.500.000 votos. Yo le dije a mi gente que no ten¨ªa manera de reclamar un fraude. Pero esta vez esas irregularidades aumentaron. Este ha sido el proceso m¨¢s violento de los ¨²ltimos 15 a?os.
P. Usted fue muy criticado por aceptar su derrota
R. Claro, pero yo no ten¨ªa c¨®mo cambiar el resultado. Ch¨¢vez gan¨® la elecci¨®n del 7 de octubre. Podemos debatir sobre el uso y abuso de los recursos del Estado, sobre el ventajismo, acerca de lo viciado que est¨¢ el proceso. Cuando el 14 de abril notamos que nuestras encuestas a boca de urna daban una ventaja de 2% a nuestro favor, empezaron a inflarse los votos de Maduro. No es posible que ¨¦l, en m¨¢s de mil mesas, haya obtenido m¨¢s votos que Ch¨¢vez. Tampoco es cre¨ªble que la participaci¨®n fuera mayor que el 7 de octubre. Cuando conocimos los resultados de las mesas de votaci¨®n en las cuales perd¨ªa por peque?o margen, cuando en octubre hab¨ªa perdido por 20, o mesas de votaci¨®n que gan¨¦ cuando antes hab¨ªa perdido, le dije a mi gente que hab¨ªamos triunfado. La diferencia oficial es de 220.000 votos aproximadamente. Al sumar las irregularidades es obvio que no puedo aceptar los resultados. El tema, insisto, es que estos se?ores se robaron las elecciones. ?Qu¨¦ lo confirma? Que el Consejo Nacional Electoral (CNE) se ha negado a hacer una auditor¨ªa en los t¨¦rminos que la hemos solicitado.
P. El proceso lo ha llevado al terreno del TSJ. Viendo su composici¨®n, que responde al chavismo, podr¨ªamos pensar que lo mejor que pudiera pasarle a usted es que no le admitan el recurso. Porque hay un escenario en el cual se le admita el recurso y transcurran seis meses, mientras mengua el entusiasmo de sus seguidores y el inter¨¦s internacional sobre el tema. ?Usted estar¨ªa preparado para esa eventualidad?
R. Ustedes han dado en el blanco. Esa es la gran interrogante que tienen ahora los magistrados miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela que componen el TSJ. Si hay alguna reflexi¨®n que debemos hacer en la oposici¨®n es que no le hemos recordado a los venezolanos, ni al mundo, la precariedad institucional del pa¨ªs. Un espa?ol que se entera por la televisi¨®n de que he introducido un contencioso en el TSJ pensar¨¢ que estamos haciendo las cosas de forma correcta. En el TSJ no hay un magistrado que no sea del PSUV. Ellos son ahora los que est¨¢n pensado qu¨¦ van a hacer. O desechan de una vez nuestra acci¨®n legal o dilatan la respuesta. Es una situaci¨®n dif¨ªcil porque el reclamo seguir¨¢ vigente por m¨¢s que lo quieran enfriar. T¨² no sabes si esa ser¨¢ la carta que los magistrados se jueguen ante una crisis pol¨ªtica como la que yo avizoro. Guardando las distancias, yo pienso que todos los gobiernos que parten con una sombra de ilegitimidad est¨¢n condenados.
P. Usted se ha referido varias veces al Per¨² de 2000 y ha dicho que esta situaci¨®n en Venezuela le recuerda a los ¨²ltimos d¨ªas de Alberto Fujimori en el poder. Recordaremos que la Asamblea General de la Organizaci¨®n de Estados Americanos dijo que esas elecciones eran sospechosas y luego pas¨® lo que pas¨®. Fujimori renunci¨® desde Jap¨®n. Llevando esa analog¨ªa al extremo, ?usted avizora que en el caso venezolano la OEA pudiera tener una reacci¨®n similar?
R. No me atrever¨ªa a hacer una proyecci¨®n porque desconozco cu¨¢ndo llevaremos nuestro reclamo a instancias internacionales. Yo creo que vamos a terminar all¨¢.
P. Usted est¨¢ preparado entonces para una lucha larga. ?Lo est¨¢n sus seguidores?
R. Una lucha larga entre comillas. Porque los gobiernos que surgen de la ilegitimidad dif¨ªcilmente se mantienen.
P. ?Pero s¨ª estar¨ªa de acuerdo con que mientras Maduro permanezca m¨¢s tiempo en el poder se reducen sus posibilidades?
R. No lo veo de esa forma. Cada d¨ªa Maduro se hunde m¨¢s porque su gobierno es ileg¨ªtimo.
P. Pero un seguidor suyo dentro de seis meses podr¨ªa pensar que ya Maduro tiene obra que mostrar. Puede haberse atornillado en el poder
R. ?Pero en qu¨¦ condiciones llegar¨¢ ¨¦l all¨¢? Depende c¨®mo planteemos la lucha. Esta no es una lucha de hoy para ma?ana. Hay que decirle a los millones de venezolanos que nos apoyaron que debemos agotar la instancia interna para luego ir al exterior con nuestro reclamo. ?Eso va a generarnos un nuevo proceso electoral dentro de tres meses? No lo sabemos. Yo no he cerrado este cap¨ªtulo. Por lo pronto, la oficina del Comando Sim¨®n Bol¨ªvar acompa?ar¨¢ las luchas de los venezolanos. El gobierno cada d¨ªa se arrincona m¨¢s porque no da respuestas a los venezolanos. No s¨¦ cu¨¢l ser¨¢ el final de esta historia. ?Qu¨¦ pienso yo que va a pasar? Aqu¨ª vendr¨¢ una nueva elecci¨®n, bien sea a trav¨¦s de la acci¨®n del TSJ, de la presi¨®n de las instancias internacionales o puede ser que el gobernante claudique.
P. Pero ese final no es lo mismo dentro de seis meses que dentro de un a?o
R. No lo s¨¦. ?Qui¨¦n ha dicho que un tipo como Maduro no puede claudicar? Fujimori renunci¨® desde Jap¨®n. ?Cu¨¢ntos esc¨¢ndalos no vienen en el camino? Adem¨¢s, este gobierno no parece ser un modelo de austeridad u honestidad. Yo debo insistir en nuestra petici¨®n de justicia sobre el resultado de la elecci¨®n, pero tampoco debo perder de vista la raz¨®n por la cual aspir¨¦ a la presidencia de Venezuela: que se le d¨¦ respuesta a los problemas econ¨®micos que agobian a los venezolanos.
Lucha de principios
P. Hay quien opina que Henrique Capriles se meti¨® en un callej¨®n sin salida y abandon¨® el mejor de los mundos. Usted obtuvo un muy buen resultado que lo confirm¨® como l¨ªder opositor. Un debilitado Maduro culminar¨ªa el per¨ªodo de Ch¨¢vez haci¨¦ndole frente a una severa crisis econ¨®mica. Era un resultado ganar-ganar. Pero usted se ha metido en una cruzada por la verdad. ?No est¨¢ despilfarrando ese gran resultado?
R. Yo le promet¨ª a los venezolanos que defender¨ªa su voto. Ese es el argumento de Jos¨¦ Vicente Rangel (ex vicepresidente de Venezuela y en la actualidad un periodista muy cercano al r¨¦gimen).
P. Pero tambi¨¦n es un argumento de real politik
R. No. ?Qu¨¦ puedo hacer yo s¨ª s¨¦ que me robaron las elecciones? ?Me hago el loco? No puedo.
P. Usted ha podido hacer otro c¨¢lculo pol¨ªtico
?C¨®mo renunciar a mi derecho de auditar si tengo m¨¢s votos a favor?
R. Eso no va conmigo. Yo tengo principios. No tendr¨ªa problemas en reconocer si pierdo las elecciones, como ocurri¨® el 7 de octubre. Ch¨¢vez ten¨ªa entonces m¨¢s votos que yo. ?Qu¨¦ he debido solicitar entonces una auditor¨ªa? Ese es otro debate. Lo que ocurre es que a esa hora, con un pa¨ªs a la expectativa, no se puede dudar. Adem¨¢s, si hubiera tomado esa decisi¨®n no habr¨ªa le¨ªdo correctamente el resultado que obtuvimos. Llegamos entonces al 45% de los votos compitiendo contra Hugo Ch¨¢vez. Yo era un l¨ªder regional. Hubo pueblos en los que ni siquiera me conoc¨ªan. Ten¨ªamos un capital pol¨ªtico importante. Pero el 14 de abril s¨ª gan¨¦ las elecciones. ?Cu¨¢l fue mi reacci¨®n? Solicitar una auditor¨ªa. Si despu¨¦s de eso se refleja que Maduro gan¨® por un voto ser¨ªa el primero en reconocerlo. ?Pero c¨®mo renunciar a mi derecho de auditar si tengo m¨¢s votos a favor?
P. En su columna Mois¨¦s Na¨ªm habl¨® del silencio de Brasil con respecto a lo que est¨¢ ocurriendo en Venezuela. La presidenta Dilma Roussef recibir¨¢ a Nicol¨¢s Maduro en las pr¨®ximas horas. Usted con frecuencia ha dicho que el modelo brasile?o es una referencia. ?Le decepciona que ella le haya dado el visto bueno a Maduro?
R. No personalizo el modelo brasile?o en su presidenta. Quienes llevan las riendas de ese pa¨ªs son profundamente pragm¨¢ticos. Pareciera una pol¨ªtica atada a la econom¨ªa y no a los principios.
P. ?Eso es una cr¨ªtica?
R. Por supuesto, lo es. Siento que en Brasil hay instituciones s¨®lidas como para que ellos pudieran respaldar lo que se acord¨® en Unasur poco despu¨¦s de los comicios del 14 de abril, en la cual Ollanta Humala, como presidente pro tempore del bloque, exhortaba a Venezuela a realizar la auditor¨ªa. Incluso hablaron de reconteo. El gobierno de ese pa¨ªs deber¨ªa ser coherente con lo que ya aprob¨®.
P. El gobierno de Maduro luce a la defensiva, mientras que la oposici¨®n parece cuidar m¨¢s que nunca su talante democr¨¢tico y marca la agenda. ?Usted cree que la oposici¨®n bajo su liderazgo ha logrado, despu¨¦s de casi tres lustros, tomarle el pulso al pa¨ªs?
R. Los sucesos de abril de 2002, incluido el golpe de Estado que derroc¨® al presidente Ch¨¢vez, provocaron una ruptura que el gobierno ha tratado de mantener vigente desde entonces acus¨¢ndonos de golpistas y traidores a la patria. Con eso tratan de tapar todos sus abusos, todas sus violaciones a la Constituci¨®n y sus acciones antidemocr¨¢ticas. Cost¨® mucho sacarnos de encima esa sombra. Por esa raz¨®n tratan de provocarnos para que retrocedamos hacia aquellos d¨ªas, cuando la oposici¨®n no ten¨ªa agenda, foco, ni mucho menos unidad. Despu¨¦s del 14 de abril, y aprovechando que no reconoc¨ª los resultados, ellos nos provocaron para que yo condujera al pa¨ªs por ese camino. No mordimos ese anzuelo. Hoy el gobierno de Maduro se parece mucho a la oposici¨®n de 2002. Sin foco, ni agenda, ni liderazgo. No hay unidad. Eso es lo que veo ahora. El gobierno necesita de un evento violento que le permita ver c¨®mo se cambia la agenda. Ya la oposici¨®n demostr¨®, y el pa¨ªs lo debe tener claro, que nosotros somos dem¨®cratas, que nuestra v¨ªa es la electoral, que estamos trabajando por construir una mayor¨ªa, que hemos participado en las peores condiciones y enfrentado a todos los vicios.
P. ?Ese aprendizaje de la oposici¨®n se pondr¨¢ a prueba ahora, especialmente si la lucha es larga?
R. Yo no visualizo una salida como consecuencia de una situaci¨®n violenta. Me inscribo en la agenda de presionar sobre la base de acciones pac¨ªficas. Creo que hay una confianza en la manera como hemos conducido este proceso. Porque adem¨¢s yo creo que el venezolano es pac¨ªfico y detesta la violencia. Nadie, fuera del gobierno, ha aplaudido la agresi¨®n ocurrida en el Parlamento el 30 de abril pasado.
El legado de Hugo Ch¨¢vez
P. Este es el mejor momento para la oposici¨®n, pero si nos retrotraemos al d¨ªa que muri¨® Ch¨¢vez era complicado vaticinar lo que ha ocurrido. Nadie apostaba un duro por una candidatura distinta a la del delf¨ªn del caudillo. ?Dud¨® usted de tomar esa candidatura? ?No era como ir al cadalso?
R. El 10 de marzo yo dej¨¦ muy claro lo que sent¨ªa. Nosotros rescatamos ese esp¨ªritu de lucha. Yo quer¨ªa asegurarme de que hubiera una unidad absoluta en torno a mi candidatura para entonces aceptarla en caso de que me la ofrecieran. Se lo dije a Antonio Ledezma (alcalde metropolitano de Caracas). ¡°Si t¨² no quieres que sea el candidato yo te apoyo, Antonio¡±. Yo hice consideraciones acerca del momento, de la situaci¨®n, escuche a la gente que me dec¨ªa que no era conveniente. Al final demostr¨¦ que no era un asunto de c¨¢lculos individuales. Esto para m¨ª son luchas heroicas y principistas.
P. Usted utiliz¨® una estrategia distinta. No confront¨® a Ch¨¢vez, pero a Maduro no le dio cuartel.
R. Porque ya basta. Estos tipos fueron capaces de burlarse tres meses de los venezolanos. Estos se?ores le mintieron al pa¨ªs acerca del verdadero estado de salud del Presidente. Fueron capaces de salir por televisi¨®n a decir que el jefe del Estado se estaba recuperando. Que estaba en el gimnasio.
P. A m¨¢s de dos meses de la muerte de Ch¨¢vez, su agon¨ªa y enfermedad siguen siendo un misterio. ?En su cruzada por la verdad un eventual gobierno suyo deber¨ªa poner de relieve el verdadero alcance del padecimiento del Presidente y las verdaderas razones de su fallecimiento?
R. No ser¨¢ mi tarea, pero eso vendr¨¢.
P. ?Un gobierno suyo podr¨ªa revelar ese secreto de Estado?
R. Esa no es una tarea de gobierno.
P. ?Por qu¨¦ no?
R. Como buen cristiano yo prefiero que a ¨¦l se le d¨¦ cristiana sepultura. He sido absolutamente respetuoso de su memoria y del dolor de sus seguidores. Luego veremos si estamos o no en lo correcto. A veces hay que esperar un tiempo para que las verdades se conozcan. Habr¨¢ alguna revelaci¨®n de alguna enfermera, de alg¨²n doctor.
P. ?No hay demasiada indulgencia con la memoria de Ch¨¢vez? Parece que ahora que no est¨¢ sus adversarios lo exculpan de todo, especialmente de este crispado clima pol¨ªtico que se vive en Venezuela, del patente odio entre chavistas y antichavistas
La muerte de Hugo Ch¨¢vez cerr¨® un ciclo en este pa¨ªs
R. Yo creo que ese ciclo ya se cerr¨®. La muerte de Ch¨¢vez cerr¨® un ciclo en el pa¨ªs.
P. Pero si no se discute ser¨¢ muy f¨¢cil idealizarlo
R. Yo tengo mis dudas. Pero si el pa¨ªs no ve nada mejor eso podr¨¢ pasar. Algunos idealizan en Venezuela a los ex presidentes R¨®mulo Betancourt o Carlos Andr¨¦s P¨¦rez.
P. Ese es el riesgo de no discutir el legado con el pretexto de que hay que respetar al que ya no est¨¢
R. No digo que no se discuta. Tenemos el reto de mostrar que el pa¨ªs puede estar much¨ªsimo mejor. La fortaleza de Ch¨¢vez fue la comunicaci¨®n con nuestro pueblo m¨¢s humilde. ?l le hizo creer a la gente que ten¨ªa poder para tomar decisiones. El pa¨ªs cambi¨® para bien o para mal. Para algunos ha sido bueno, para otros ha sido malo. ?Qu¨¦ puedo yo decir? Que hay inter¨¦s de una conciencia pol¨ªtica. Algunos lo consideran bueno. Otros dicen que el pa¨ªs est¨¢ saturado. A m¨ª me parece positivo que la gente se involucre en la pol¨ªtica.
P. El chavismo ha querido explicar su sorpresiva votaci¨®n argumentando que usted se disfraz¨® de Hugo Ch¨¢vez. ?Qu¨¦ significa para usted ese modelo del llamado Socialismo del Siglo XXI? ?Se puede rescatar algo? ?O todo hay que echarlo a la basura?
R. La fortaleza de Ch¨¢vez fue, como ya lo he dicho, poner a lo social en primera fila. Y todo el debate futuro tiene que girar en torno a la pobreza y a lo social. Eso lo he reconocido desde siempre. El Presidente se equivoc¨® en no cambiar la realidad del pa¨ªs a pesar de la inmensa bonanza petrolera que disfrutamos. Este pa¨ªs deber¨ªa no solo haber reducido la pobreza, sino haber logrado lo que logr¨® Brasil, que sac¨® de la pobreza a m¨¢s de 30 millones de brasile?os. ?Cu¨¢ntos venezolanos han salido de la pobreza? No se trata de responder cu¨¢ntos venezolanos tienen dinero para comer o hacer mercado. La pregunta es cu¨¢ntos venezolanos, sin depender del Estado, por sus propios medios, cuentan con un empleo digno que les permita decir que salieron de la pobreza.
La mediaci¨®n internacional
P. Hay un escenario de ingobernabilidad en Venezuela avizorado por algunos pa¨ªses. El canciller espa?ol Garc¨ªa Margallo se ha ofrecido como mediador. ?C¨®mo ver¨ªa usted esa mediaci¨®n siendo una de las partes en conflicto?
R. Yo agradezco cualquier llamado a di¨¢logo, pero ahora no veo la intermediaci¨®n de otro gobierno. Preferir¨ªa que la Iglesia mediara debido a las profundas convicciones cat¨®licas del pueblo venezolano.
Yo agradezco cualquier llamado a di¨¢logo, pero no veo la intermediaci¨®n de otro gobierno
P. ?Por qu¨¦ desechar los buenos oficios?
R. Porque la gente podr¨ªa preguntarse, por ejemplo, por qu¨¦ Espa?a y no M¨¦xico. Busquemos entonces una instituci¨®n con la cual todos podamos tener cercan¨ªa. Esa instituci¨®n es la Iglesia cat¨®lica, a la cual se podr¨ªan sumar los otros cultos. La reacci¨®n del gobierno frente a esas ofertas de mediaci¨®n siembra a¨²n m¨¢s la duda sobre el resultado. Solamente reacciona as¨ª el temeroso.
P. Los jefes de las fracciones parlamentarias de la Mesa de la Unidad llevaron una carta a la sede de la OEA para que se active la Carta Democr¨¢tica Interamericana. La Secretaria de Estado adjunta para Am¨¦rica Latina, Roberta Jacobson, asegur¨® que est¨¢n en juego¡± la garant¨ªa de las pr¨¢cticas democr¨¢ticas en Venezuela¡± consagradas en ese mismo instrumento ?Est¨¢n dadas las condiciones para que se invoque ese instrumento?
R. Si ustedes se leen ese documento advertir¨¢n que la Carta Democr¨¢tica Interamericana establece que se deben celebrar elecciones libres, sin coacci¨®n. La intenci¨®n de que se active busca avalar que se celebren en Venezuela nuevos comicios en nuevas condiciones: que no haya voto asistido, que el partido de gobierno no instale puntos de control a las puertas de los centros de votaci¨®n, que no se amedrente a nuestros testigos y que haya una verdadera observaci¨®n electoral, que es distinto a la figura de los acompa?antes internacionales planteada por el CNE.
P. ?Usted pudiera desistir de su reclamo si comprueba que eso traer¨ªa consecuencias negativas para la gobernabilidad del pa¨ªs?
R. Eso ser¨ªa un chantaje. Si cedo frente a la mentira ma?ana tendr¨¦ que ceder frente a un gobierno que fabrica mentiras para juzgarte. Mi lucha no es violenta. Tengo el gran reto de derrotar la mentira con la verdad, pero imponer la verdad de forma pac¨ªfica. Lo voy a lograr en este mundo moderno, globalizado. Me atrevo a apostar que ser¨¢ as¨ª. Si yo claudico en el ejercicio leg¨ªtimo de un derecho, ma?ana ustedes no podr¨¢n venirme a entrevistar. Esto es una lucha de principios. Yo ah¨ª me la juego completa. Prefiero retirarme de la pol¨ªtica antes que ponerme de rodillas. Tenemos que aprovechar esto que hemos construido para convertirnos en una nueva fuerza en Am¨¦rica Latina. A trav¨¦s de nosotros este continente no seguir¨¢ la ruta de cambiar la Constituci¨®n para reelegirse en el poder, seguida por Bolivia o Ecuador, el club de amigos de Venezuela. Yo tengo la posibilidad de ser un nuevo referente en el continente para que no se llene de gobiernos reeleccionistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.