?Se siente Brasil parte de Am¨¦rica Latina?
Brasil nunca ser¨ªa lo que es desgarrado de sus ra¨ªces continentales
Llevo 14 a?os viviendo en Brasil e informando para este peri¨®dico desde all¨ª. Existe una pregunta sencilla, a¨²n sin respuesta para m¨ª, dirigida decenas de veces tanto a gente com¨²n, como a profesores de Universidad, pol¨ªticos o escritores: ?se siente Brasil parte de Am¨¦rica Latina?
He recibido las contestaciones m¨¢s diversas y me he convencido de que es un tema que afecta, del que cuesta hablar y en el que cuando se hace, suele ped¨ªrsele al periodista el anonimato.
Sin duda, la clase pensante del pa¨ªs, la que ha estudiado en la Universidad, viaja y lee peri¨®dicos, no tiene dudas de que Brasil es y tiene que ser parte de la regi¨®n. Todos ellos conocen, aunque sin excesiva profundidad, los problemas de los otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, sobre todo de Am¨¦rica del Sur.
Cuesti¨®n diferente es la clase media- baja, la que no ha estudiado, no lee prensa y s¨®lo ve televisi¨®n. En la peque?a pantalla Latinoam¨¦rica solo existe cuando estalla una cat¨¢strofe, algo parecido a lo que pasaba con Brasil en Espa?a hace 20 a?os. Si a uno de esos millones de brasile?os se le pregunta lo que saben sobre los otros pa¨ªses del continente la gran mayor¨ªa no distingue a Guatemala de Egipto o a El Salvador de Alemania. De conocer algo, son siempre Argentina o M¨¦xico los pa¨ªses involucrados, pero solo por el f¨²tbol. De Venezuela sab¨ªan cuando viv¨ªa Ch¨¢vez, pero tampoco demasiado.
En general, los brasile?os ilustrados son conscientes de que el pa¨ªs es y puede convertirse a¨²n m¨¢s, en una pieza clave en el continente, incluso de liderazgo. Al mismo tiempo, Brasil ha participado de la aversi¨®n a la potencia norteamericana, considerada una intrusa que ha querido manejar la regi¨®n. Fundamentalmente ha sido la izquierda brasile?a, que a¨²n mantiene grandes reservas con las relaciones entre los dos pa¨ªses, lo que ha llevado a abrir m¨¢s caminos de cooperaci¨®n en las regiones de Asia y ?frica, por ejemplo, o centrarse s¨®lo en la pol¨ªtica de acuerdos del Mercosur m¨¢s que en el acercamiento a los Estados Unidos.
El problema de fondo es el sentimiento que los brasile?os tienen de ellos mismos. Si les preguntas a bocajarro si se sienten latinoamericanos, unos dudan algunos segundos la respuesta y otros confiesan que no. Dos escritores del pa¨ªs, en una conversaci¨®n larga me dijeron que ellos se sent¨ªan ¡°brasile?os¡±.
Si uno profundiza para saber qu¨¦ implica considerarse geopol¨ªticamente brasile?os, responden que esa es una discusi¨®n abierta desde los tiempos del Imperio.
Curiosamente, otros creen que los brasile?os, sobre todo los j¨®venes, se sienten m¨¢s cercanos a la cultura norteamericana que a la latina, por la m¨²sica, el cine y las costumbres. Mientras, los de mayor edad se ven m¨¢s cercanos a la Bel Epoque de Francia.
Lo que s¨ª aparece en todas las reflexiones es la barrera ling¨¹¨ªstica. De ah¨ª que desde los tiempos de la Presidencia Sarneyse comenzase a pensar en un Brasil biling¨¹e portugu¨¦s y espa?ol. La ley que obliga a las escuelas a ofrecer la ense?anza del espa?ol a los ni?os que lo soliciten estuvo diez a?os en el parlamento antes de que se aprobara.
Ya en vigor la idea no ha prosperado por falta de profesores, se dice, mientras existe una corriente que pretende favorecer el aprendizaje del ingl¨¦s, fundamentalmente en las Universidades p¨²blicas, bajo el pretexto de que es la ¡°lengua de la ciencia y de la tecnolog¨ªa¡±, y por tanto, seg¨²n ellos, del futuro.
Es importante que los latinoamericanos de lengua espa?ola entiendan esta dificultad para sentirse parte integrada del continente. M¨¢s a¨²n, creo que depender¨¢ mucho de nosotros, empezando por los espa?oles, el ayudar a los brasile?os a sentirse y actuar como verdaderos latinoamericanos a pesar de la diferencia ling¨¹¨ªstica.
Brasil necesita estrechar lazos no solo con sus hermanos del Mercosur, sino con grandes pa¨ªses del continente como M¨¦xico, Chile, Colombia o Per¨², en un momento de la Historia en el que Am¨¦rica Latina aparece como la esperanza del mundo por sus riquezas de alimentos y sus reservas de agua. Los expertos afirman que dentro de 20 a?os el 60% de los alimentos de todo el mundo ser¨¢ cultivado en esta regi¨®n.
Lo positivo es que tanto la presidenta Rousseff como el exmandatario Lula y buena parte de los intelectuales de la oposici¨®n liberal tienen una conciencia clara de que Brasil nunca ser¨ªa lo que es y lo que a¨²n podr¨¢ representar a escala mundial, desgarrado de sus ra¨ªces continentales.
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