Caza al ecologista
Una veintena de defensores de los bosques, monta?as y r¨ªos han sido asesinados en los ¨²ltimos seis a?os en M¨¦xico
La defensa de una causa en M¨¦xico en ocasiones te lleva a la tumba. Una veintena de defensores del medio ambiente han sido asesinados en el pa¨ªs en los ¨²ltimos seis a?os y en la mayor¨ªa de los casos no se ha hecho justicia. Eva Alarc¨®n y Marcial Bautista, l¨ªderes ecologistas de las monta?as de Guerrero, llevaban meses denunciando unas amenazas que se concretaron en diciembre de 2012, cuando unos hombres armados los bajaron del autob¨²s en el que viajaban. Desde entonces no se ha vuelto a saber nada de ellos.
Las explotaciones mineras, la tala de ¨¢rboles y la defensa de los r¨ªos son los principales focos de lucha de los ambientalistas. ¡°Se enfrentan a una mezcla de poderes f¨¢cticos y corrupci¨®n gubernamental. Si revisamos los casos vemos que son gente que mayoritariamente defiende sus tierras frente a compa?¨ªas con intereses econ¨®micos que compran voluntades pol¨ªticas¡±, explica Jes¨²s Robles Maloof, un abogado especializado en derechos humanos. Calcula que al menos ocho de los veinte asesinados en este tiempo, como Ismael Solorio en Chihuahua, al norte del pa¨ªs, se enfrentaban a grandes corporaciones mineras. Solorio fue asesinado a balazos junto a un campo de menonitas en octubre de 2012. Las autoridades culparon del crimen a un tal Juan Ismael Granillo, alias El Chorr¨ªas, que convenientemente ya estaba muerto y no pod¨ªa contradecir la versi¨®n oficial.
Greenpeace M¨¦xico cumpli¨® en mayo 20 a?os de servicio en el pa¨ªs. Uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles de la organizaci¨®n en estas dos d¨¦cadas se vivi¨® en 2007, cuando fue asesinado Aldo Zamora, un defensor de los bosques del Estado de M¨¦xico, la regi¨®n que rodea al DF y que en esas fechas gobernaba el ahora presidente Enrique Pe?a Nieto. Zamora fue apaleado hasta la muerte por cuatro talamontes, como se conoce a los traficantes ilegales de madera. Greenpeace exige todav¨ªa justicia, ya que los autores del asesinato est¨¢n identificados pero en libertad.
La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, en un informe, dio a conocer que entre 2006 y 2009 murieron al menos once personas relacionadas con el medio ambiente en M¨¦xico. El resto de v¨ªctimas se documentan con los casos investigados por el peri¨®dico La Jornada. Como el de Mar¨ªa Edy Fabiola Osorio, quien fue asesinada en Pie de la Cuesta, Acapulco, y se cree que el crimen est¨¢ directamente relacionado con su oposici¨®n a la construcci¨®n de un muelle en una laguna, un proyecto impulsado por el Gobierno de Guerrero. No es la ¨²nica asesinada por enfrentarse a grandes corporaciones, p¨²blicas o privadas. Mariano Abarca fue ajusticiado en Chiapas tras denunciar la contaminaci¨®n de una empresa y Bernardo M¨¦ndez tuvo igual final por hacer lo propio en Oaxaca.
El narcotr¨¢fico tambi¨¦n tiene sus ramificaciones en este asunto. Los ecologistas culpan al crimen organizado de estar detr¨¢s del descenso de poblaci¨®n del borrego cimarr¨®n en Sonora, lo que est¨¢ poniendo a la especie en peligro de extinci¨®n. La cornamenta del animal est¨¢ muy cotizada entre coleccionistas de Estados Unidos y concretamente en Las Vegas se llegan a pagar grandes cantidades por un ejemplar. Los ambientalistas realizan patrullas para ahuyentar a los cazadores furtivos, con el riesgo que eso conlleva.
Aunque el caso m¨¢s paradigm¨¢tico de defensa de la naturaleza frente a un poder superior, en este caso tambi¨¦n el crimen organizado, es el de Cher¨¢n, un pueblo de Michoac¨¢n que en abril de 2011 se levant¨® en armas contra las mafias locales. Los habitantes del municipio se negaron el a?o pasado a producir aguacate y marihuana para los c¨¢rteles y protegieron los cerros de la comunidad para que no explotasen las minas ni talasen los ¨¢rboles. Las autoridades no actuaron, el pueblo depuso a su alcalde y a d¨ªa de hoy tienen un gobierno autogestionado, leg¨ªtimo a ojos de la ley.
En las monta?as y las grandes extensiones de tierra proliferan los caciques regionales. El centro de derechos humanos de La Monta?a Tlachinollan, en Guerrero, se ocupa de defender los derechos de pueblos ind¨ªgenas y sus recursos naturales. Poderosas familias con intereses pol¨ªticos y econ¨®micos han ido controlando las instituciones en la zona y ejercen el poder de manera autoritaria. ¡°Est¨¢n coludidos con grupos de delincuencia y tienen compadrazgo con polic¨ªa y ej¨¦rcito. Miran por sus intereses, quieren ganar dinero, y el obst¨¢culo con el que se encuentran son las organizaciones de campesinos¡±, cuenta Abel Barrera, director de la instituci¨®n. Eso les pone en la diana. Cuenta el caso de Teodoro Cabrero y Rodolfo Montiel, torturados por el ej¨¦rcito por su defensa de los bosques. A esta misma organizaci¨®n pertenec¨ªan Alarc¨®n y Bautista, los secuestrados en el autob¨²s. Como responsable de su desaparici¨®n fue detenido un chico de 21 a?os que asegura que los ejecut¨® pero los cuerpos todav¨ªa no han aparecido. Las hijas de ambos no han parado de buscarlos en este tiempo.
Por todo el pa¨ªs se registran casos de abusos contra la rica biodiversidad mexicana. En Nayarit, al oeste del pa¨ªs, los defensores de los manglares se enfrenta a continuas amenazas. Los activistas de esa zona hab¨ªan estado advirtiendo a los ciudadanos del impacto negativo que iba a tener la construcci¨®n de la presa Las Cruces, que pone en peligro el 20% de los manglares del pa¨ªs. El proyecto sigue adelante, aunque mientras existan los abusos habr¨¢ un ecologista enfrente. Aunque le vaya la vida en ello, como a Juventina Villa, dirigente de una organizaci¨®n campesina de un pueblito de Guerrero en defensa del medio ambiente, asesinada a balazos el a?o pasado. Hab¨ªa denunciado publicamente que quer¨ªan quitarla de en medio pero nadie la protegi¨® de una muerte m¨¢s que anunciada.
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