Descartado el encuentro con Mandela, Obama le rinde homenaje a su familia
El presidente de EE UU predica la esperanza en la regi¨®n y reivindica el "mensaje eterno" del l¨ªder surafricano
Barack Obama no pudo finalmente encontrarse con Nelson Mandela, uno de sus h¨¦roes y fuente de inspiraci¨®n personal y pol¨ªtica. El delicado estado de salud del ¨²ltimo gran referente moral de la Humanidad recomend¨® no someterlo a este tipo de tensiones. Obama se limit¨® a encontrarse con los hijos y nietos de Mandela, que siguen de cerca su evoluci¨®n en un hospital de Pretoria.
La reuni¨®n familiar fue, sin embargo, suficiente para que Obama cumpliera con parte de la misi¨®n de este viaje a ?frica: rendir homenaje a una figura irremplazable. ¡°He expresado mi esperanza¡±, declar¨® el presidente norteamericano posteriormente, ¡°de que Madiba encuentre paz y confort en el tiempo que pasa con sus seres queridos¡±. ¡°Tambi¨¦n he manifestado el profundo impacto que su legado ha tenido para construir una Sur¨¢frica libre y para inspirar a gente de todo el mundo, incluy¨¦ndome a m¨ª. Es un legado al que todos debemos rendir honores por el resto de nuestra vida¡±.
Nada puede Obama aportar a la obra de Mandela m¨¢s que repetirla y expandirla
Obama visita Sur¨¢frica con la vida de Nelson Mandela pendiendo de un hilo y abrumado por una enorme carga simb¨®lica en la que el ejemplo del inmortal h¨¦roe de los derechos humanos, la responsabilidad del primer presidente negro de Estados Unidos y el presente y el futuro de ?frica, un continente dram¨¢tico y espl¨¦ndido, se funden en un gui¨®n escrito para la historia.
Aunque Obama y Mandela se encontraron en 2005, cuando Obama apenas hab¨ªa cumplido unas pocas semanas como senador, su presencia ahora junto a ¨¦l, convertido ya en el mayor icono afroamericano desde Martin Luther King, significar¨ªa, entre otras muchas cosas, la victoria de la raza peor tratada de la historia. Si casi cualquier persona decente de este mundo debe de estar agradecida a la lucha de Mandela, qu¨¦ se puede decir de un hombre humilde, el hijo de un africano, que, sorteando todos los obst¨¢culos imaginables, accedi¨® al cargo m¨¢s relevante de la Tierra. Sin apenas conocerse, Obama es producto de Mandela, su descendiente y alumno.
Es dudoso que Barack Obama pueda tener en alg¨²n otro lugar m¨¢s compromiso personal y m¨¢s impacto que en ?frica
Nada puede Obama aportar a la obra de Mandela m¨¢s que repetirla y expandirla. As¨ª hizo el viernes. ¡°El mensaje de Mandela ser¨¢ eterno¡±, declar¨® Obama el viernes, ¡°porque est¨¢ extra¨ªdo de las elecciones que dio con su vida, una de las cuales es que, si ?frica como continente puede actuar junto, si sus pa¨ªses est¨¢n unidos, si se resisten a ser divididos por tribus, razas o religiones, entonces el levantamiento de ?frica continuar¨¢¡±.
Es obvio que el presidente de Estados Unidos tiene en muchos otros lugares del mundo mayores intereses que defender que en ?frica. Pero es dudoso que Barack Obama pueda tener en alg¨²n otro lugar m¨¢s compromiso personal y m¨¢s impacto que en ?frica. No es ese un continente f¨¢cil, desde luego. Desde que est¨¢ en el cargo, el presidente no ha podido visitar a¨²n el pa¨ªs de su padre, Kenia, por la ausencia de democracia all¨ª. Muchas carencias de ¨ªndole econ¨®mico y pol¨ªtico mantienen a ?frica postrada y dan argumentos a quienes no creen en su despegue.
Pero Obama est¨¢ obligado en este viaje a predicar la esperanza y a dejar su visi¨®n. ¡°Todo lo que hacemos¡±, explic¨®, ¡°est¨¢ dise?ado para asegurarnos de que dejemos de ver a ?frica como un continente dependiente, como un caso de caridad, y empecemos a verlo como un socio, que en lugar de estar cr¨®nicamente necesitando ayuda, empieza a reclamar comercio, que empieza a alimentarse a s¨ª mismo, que empieza a producir sus propios bienes. Eso es lo que ?frica quiere¡±.
Todo lo que hacemos est¨¢ dise?ado para asegurarnos de que dejemos de ver a ?frica como un continente dependiente" Barack Obama
Las palabras de Obama no se corresponden con la pol¨ªtica de su pa¨ªs.?frica, no solo est¨¢ en la ¨²ltima fila de los intercambios comerciales de Estados Unidos, sino que, en los ¨²ltimos a?os, ha tenido que buscar alianzas m¨¢s rentables en otras latitudes. China, India, Brasil, entre otros, han comenzado a ocupar los espacios que EE UU ha ido dejando.
Obama entiende que el inter¨¦s de esos pa¨ªses ¡°no es necesariamente una mala noticia¡±. Al contrario, sostuvo, deber¨ªa de ser al prueba de que ?frica tiene un futuro luminoso. ¡°Deber¨ªa de ser¡±, a?adi¨®, ¡°una se?al de que existe all¨ª una gran oportunidad, que EE UU no deber¨ªa dejar pasar por estar anclados en viejos estereotipos sobre ese continente¡±.
El ¨¦xito de ?frica depende, seg¨²n lo expres¨® el presidente norteamericano de tres condiciones: democracia, transparencia y responsabilidad. El ¨¦xito depende, seg¨²n ¨¦l, ¡°de que las empresas se sientan confiadas en que habr¨¢ transiciones pac¨ªficas del poder pol¨ªtico, de que se persiga la corrupci¨®n, de que se respete la ley, de que se respete la propiedad privada y de que los Gobiernos no sean salvajemente ideol¨®gicos¡±.
El papel de Obama en ?frica ser¨ªa m¨¢s sencillo si su propia presidencia fuese m¨¢s exitosa o m¨¢s consecuente, o si los medios de comunicaci¨®n se tomasen tanto inter¨¦s como cuando viaja a Europa o Asia. Pero, a¨²n as¨ª, esta es una gran ocasi¨®n para que la antorcha de Mandela no quede sin due?o. El legado de Mandela es demasiado pesado para que lo cargue una sola persona. Pero nadie est¨¢ en mejor posici¨®n que Obama entre el grupo de herederos.
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