¡°Un plebiscito ser¨ªa la mejor forma de refrendar los acuerdos con las FARC¡±
El abogado y expresidente de Colombia considera "descabellada" la petici¨®n de las FARC de convocar una asamblea constituyente para ratificar los acuerdos y considera que se les debe abrir a los guerrilleros la puerta a la participaci¨®n pol¨ªtica
El expresidente de Colombia Ernesto Samper Pizano (Bogot¨¢, 1950) estuvo en Madrid para hablar sobre el libro Drogas, prohibici¨®n o legalizaci¨®n. Una nueva propuesta (Ed. Debate). En ¨¦l, desarrolla un argumento en el que viene insistiendo hace d¨¦cadas y que ahora, por fin, parece que se abre paso en algunos foros pol¨ªticos: el fracaso de la estrategia de criminalizaci¨®n de las drogas, el enorme costo social y democr¨¢tico de esa batalla y la necesidad de buscar alternativas de regularizaci¨®n de esos mercados. Pero en su visita, Samper no pudo eludir hablar all¨ª donde fue sobre la negociaci¨®n de paz entre el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC, la guerrilla m¨¢s numerosa y antigua de Am¨¦rica Latina. Samper fue jefe del Estado entre 1994 y 1998. Preguntado por la autoridad de los expresidentes para dar lecciones, bromea: ¡°Somos como los viejos de la tribu, cuyo papel es decirles a los jefes j¨®venes lo que tienen que hacer¡±.
En el tema de las drogas, Samper empez¨® a decir hace 30 a?os que hab¨ªa que regularizar la marihuana que por entonces empezaba a introducirse en Colombia. La criminalizaci¨®n de las drogas nunca ha avanzado un mil¨ªmetro, ni con ¨¦l como presidente. ¡°En mi ¨¦poca no exist¨ªa el espacio para avanzar en una pol¨ªtica distinta como se puede avanzar hoy d¨ªa. Santos tiene espacios para moverse, como el presidente de Guatemala o el de Bolivia¡±.
Samper habla del consenso internacional de perseguir criminalmente las drogas casi en t¨¦rminos de conspiraci¨®n. ¡°Hay muchos intereses econ¨®micos legales e ilegales en la guerra contra las drogas¡±. Empezamos por los ilegales. ¡°Por supuesto, los narcotraficantes. Es uno de los negocios m¨¢s rentables. A los narcotraficantes es a los primeros a los que no les interesa la legalizaci¨®n. Los narcos juegan con el riesgo que pone la prohibici¨®n. Si se mira el precio de una dosis de coca¨ªna en Nueva York, el 10% corresponde a lo que recibe el productor colombiano. El 90% restante es el riesgo de colocar la coca en Nueva York. Y ese riesgo depende de la campa?a prohibicionista. Cuanta m¨¢s prohibici¨®n, m¨¢s riesgo, cuanto m¨¢s riesgo, mayor utilidad y permanencia en el negocio¡±.
Pero el expresidente tambi¨¦n describe los intereses legales en que la guerra contra las drogas contin¨²e. ¡°Est¨¢n las agencias de control y de lucha contra las drogas, que viven de esto, y tampoco les interesa que cambie y detener la represi¨®n. ?A qui¨¦n le interesa reemplazar polic¨ªas por maestros? ?O carceleros por m¨¦dicos? Porque, al final la propuesta es cambiar la represi¨®n por la prevenci¨®n, que es mucho m¨¢s rentable en t¨¦rminos econ¨®micos¡±. Los actores internacionales que se oponen a la regularizaci¨®n operan ¡°a trav¨¦s de los mecanismos institucionales que se establecieron en la ONU¡±. Samper habla de un ¡°vaticano de la prohibici¨®n, que es la Junta de Estupefacientes, radicada en Viena. No es impenetrable, pero ah¨ª mandan los pa¨ªses con capacidad de vetar todo lo que implique un cambio de pol¨ªtica¡±.
No se negocia con alguien que lleva 50 a?os en la selva para decirle que se pase 40 a?os en una c¨¢rcel
Samper se pregunta en el libro si las drogas son malas porque son ilegales o son ilegales porque son malas. ¡°La prohibici¨®n es un tema muy relativo. En el siglo XIX la coca¨ªna era un anest¨¦sico. El opio lo fue en la I Guerra Mundial. Lo que trata de demostrar el libro es que la prohibici¨®n, m¨¢s que obedecer a la sustancia misma, es una decisi¨®n m¨¢s pol¨ªtica que otra cosa¡±.
El expresidente Samper quiere un cambio ante la evidencia de que ¡°con la pol¨ªtica actual hay 300 millones de consumidores¡±. ¡°La alternativa no pretende hacer apolog¨ªa de las drogas, sino sectorializar su mercado para que los sectores m¨¢s vulnerables queden realmente protegidos¡±.
Convocar una asamblea constituyente para ratificar los acuerdos [como propone las FARC] es descabellado
La visita a Madrid se produce en plena pol¨¦mica provocada por la demanda de las FARC de que cualesquiera que sean los acuerdos a los que se llegue en las conversaciones de La Habana, que ha cumplen medio a?o, estos sean refrendados por una asamblea constituyente. ¡°Me parece descabellado. Es el peor mecanismo para la refrendaci¨®n, porque se podr¨ªa llegar al peor de los escenarios, una asamblea enemiga de los acuerdos que los reforme o los hunda¡±. Samper advierte as¨ª del peligro de que los partidarios de los acuerdos no logren en esa asamblea la representaci¨®n suficiente para defenderlos.
El tema es capital. ¡°La supervivencia de los acuerdos depende de que haya una refrendaci¨®n¡±, asegura el expresidente. La f¨®rmula que ¨¦l propone es el voto popular. ¡°El mecanismo que m¨¢s me gusta es el plebiscito. Que se sometan todos los acuerdos a votaci¨®n. Todo o nada¡±. Samper advierte tambi¨¦n contra una f¨®rmula intermedia, que parece estar ¨²ltimamente encima de la mesa. ¡°Creo que el Gobierno es m¨¢s t¨ªmido. Est¨¢ pensando en una consulta no vinculante, que incluso no permitir¨ªa pronunciarse sobre el texto de los acuerdos¡±. Samper subraya que el mecanismo de refrendo debe ser vinculante. Un plebiscito, insiste, ¡°ser¨ªa una decisi¨®n popular que dar¨ªa gran solidez a los acuerdos¡±.
Hay muchos intereses econ¨®micos legales e ilegales en la lucha contra las drogas
Samper transmite un discurso entusiasta sobre el proceso de paz. Reconoce adem¨¢s que a esta situaci¨®n se lleg¨® gracias a la pol¨ªtica de mano dura del expresidente ?lvaro Uribe (2002-2010). ¡°Creo que Uribe hizo una buena tarea. Devolvi¨® a las FARC a su condici¨®n original de ser un grupo a la defensiva y sobre eso se est¨¢ montando el proceso. Si Uribe no hubiera conseguido los ¨¦xitos que consigui¨® en reducir la capacidad operativa hoy no se podr¨ªa hablar de paz. Me sorprende que ¨¦l no lo entienda as¨ª¡±. Hoy, Uribe es el opositor m¨¢s recalcitrante al presidente Santos, que fue su delf¨ªn y ministro de Defensa, y considera la negociaci¨®n una rendici¨®n del Estado. Uribe, con 2,3 millones de seguidores en Twitter, se dedica a ¡°poner tuits en las ruedas al presidente¡±, en palabras de Samper.
Samper explica que cuando se fue el presidente Andr¨¦s Pastrana (1998-2002), hab¨ªa siete frentes guerrilleros sobre Bogot¨¢. La ofensiva de Uribe los redujo al sur del pa¨ªs. Si la pol¨ªtica de Uribe fue acertada y logr¨® el repliegue de las FARC y su debilitamiento, ?por qu¨¦ era necesario cambiarla por una negociaci¨®n pol¨ªtica? ¡°Lleg¨® a su m¨¢xima capacidad¡±, explica el expresidente Samper. ¡°A partir de este momento, los costos en vidas y en destrucci¨®n material, ambiental y tejido social de profundizar la estrategia para llegar a una pax romana, de aniquilaci¨®n del contrario, son muy altos para el pa¨ªs. Este es el momento de abrir un canal de escape, que es la salida pol¨ªtica negociada¡±.
Los expresidentes somos como los viejos de la tribu, estamos para decir a los j¨®venes lo que hay que hacer
En cuanto a la realidad de esa paz, Samper, como venerable viejo de la tribu, habla sin tapujos de lo que vendr¨¢. Colombia debe prepararse para convivir con los asesinos en las calles de sus pueblos y ciudades. Incluso sentados en su Parlamento. ¡°Si el pa¨ªs no est¨¢ preparado tiene que prepararse. Lo que no se puede pedir a una persona que lleva 50 a?os mat¨¢ndose en la selva por unas reivindicaciones, con el empleo equivocado de las armas, es que deje las armas y se meta en una c¨¢rcel 40 a?os. O que se vayan a manejar un taxi en Bogot¨¢¡±. Los guerrilleros de las FARC solo vana dejar las armas si es ¡°para cambiar los espacios armados por espacios pol¨ªticos y democr¨¢ticos¡±.
Ante esta perspectiva, Samper rechaza el t¨¦rmino impunidad. ¡°Esto es una guerra sin final. Ninguno ha podido ganar¡±. La integraci¨®n de los guerrilleros a la vida civil ser¨¢ ¡°una derrota democr¨¢tica¡±.
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