Un desierto convertido en oasis para los traficantes de armas
Egipto se ha convertido en un n¨²cleo del contrabando regional. La proliferaci¨®n de armas de fuego entre la poblaci¨®n ha provocado que los disturbios de los ¨²ltimos meses hayan sido m¨¢s violentos
El cautivador Desierto Blanco constituye la puerta de entrada al S¨¢hara desde Egipto. M¨¢s de 200 kil¨®metros de dunas, punteadas por blanqu¨ªsimas rocas calizas, lo separan de la frontera Libia. En total, m¨¢s de 2.500 kil¨®metros cuadrados, un vasto territorio tan bello como inh¨®spito. Todo un para¨ªso para los contrabandistas, grandes beneficiados del hundimiento del r¨¦gimen de Gadafi. En concreto, en los ¨²ltimos meses, el que m¨¢s ha florecido es el tr¨¢fico de armas. Las noticias sobre las incautaciones de todo tipo de armamento se han convertido ya en un cl¨¢sico de la prensa egipcia.
¡°Entre este oasis y el de Siwa -casi 300 km al norte-, hay solo un par de puestos del ej¨¦rcito que apenas si controlantres kil¨®emtros a la redonda. El ¨²nico riesgo lo representa un helic¨®ptero que patrulla la frontera, entre el mar y Sud¨¢n. Ahora el business es muy f¨¢cil¡±, comenta un joven beduino que prefiere guardar su anonimato. Por business, claro est¨¢, se refiere al contrabando. Y no s¨®lo de armas.
Por la porosa frontera entre los dos pa¨ªses ¨¢rabes entra de todo: ropa, calzado, droga procedente de Marruecos, e incluso autom¨®viles. Ya durante la ¨¦poca de Gadafi el contrabando era una lucrativa fuente de recursos para las tribus beduinas del desierto. Y es que, nadando sobre un mar de petr¨®leo y gas natural, la Libia del exc¨¦ntrico coronel no necesitaba de impuestos indirectos, mientras que en Egipto son muy elevados. Por ejemplo, una camioneta nueva ¡°importada¡± de Libia puede llegar a costar a mitad de precio en comparaci¨®n con las disponibles en cualquier concesionario de El Cairo.
¡°Una de las consecuencias del colapso del Estado vecino, con guerra civil incluida, es que Egipto se ha convertido en un n¨²cleo del contrabando regional. Seg¨²n los informes de inteligencia, el destino final de buena parte de las armas es la franja de Gaza y Siria¡±, afirma Kadri Said Aly, un general egipcio retirado que dirige el programa de seguridad nacional del think tank Centro de Estudios Estrat¨¦gicos Al Ahram. ¡°Este nuevo flujo, que incluye m¨ªsiles de corto alcance, se suma al que ya ten¨ªamos procedente de Sud¨¢n¡±, a?ade.
Sin embargo, muchas de las armas que entran a Egipto ya no vuelven a cruzar sus fronteras. El aumento de la inseguridad y la delincuencia ha hecho crecer el mercado interno de forma espectacular. ¡°En el pa¨ªs circulan ahora muchas armas sin estar registradas. No existe una cifra oficial. Muchos egipcios, gente normal, se sienten m¨¢s seguros teniendo una arma, aunque quiz¨¢s no sepan ni c¨®mo utilizarla¡±, asevera Said.
La proliferaci¨®n de armas de fuego entre la poblaci¨®n ha provocado que los disturbios de los ¨²ltimos meses hayan sido m¨¢s violentos. Tanto en los enfrentamientos de diciembre frente al palacio de Ittihadiya, como la revuelta de enero en Port Said, o la reciente reyerta sectaria de Khosous se registraron varias muertes provocadas por armas de fuego que habr¨ªan sido utilizadas por civiles, y no por las fuerzas de seguridad. Se teme que la diseminaci¨®n de pistolas pueda provocar un ascenso de la violencia en las calles, y no s¨®lo de naturaleza pol¨ªtica.
En los mentideros pol¨ªticos y medios de comunicaci¨®n circulan rumores sobre la creaci¨®n de milicias armadas. La ca¨ªda de Mubarak no ha tra¨ªdo el fin de las teor¨ªas conspirativas, sino m¨¢s bien todo lo contrario. Por ejemplo, se rumorea que algunos grupos salafistas se est¨¢n armando hasta los dientes. Desde el otro bando, se cree que las iglesias se han convertido en arsenales. Ahora bien, el rumor m¨¢s extendido es que los Hermanos Musulmanes poseen una poderosa milicia formada por miles de miembros.
Esta creencia se ha multiplicado despu¨¦s de que grupos islamistas detuvieran y torturaran manifestantes laicos en los disturbios de Ittidadiya. Tharwat al-Kharabawy, un ex alto cargo de la Hermandad, confirma en un reciente best-seller que existe un brazado armado secreto en la cofrad¨ªa. Los portavoces de los Hermanos Musulmanes lo niegan categ¨®ricamente. ¡°Si tuvi¨¦ramos una milicia, habr¨ªamos evitado las decenas de asaltos a nuestras sedes¡±, no se cansan de repetir. ¡°No he visto ninguna prueba de ello. Al menos, mientras yo estaba dentro, no las hab¨ªa¡±, sostiene Abdel Moneim Abulfut¨², un ex l¨ªder de la organizaci¨®n que fue expulsado en 2011 al desobedecer ¨®rdenes y presentarse a las elecciones presidenciales.
Los precios del armamento proveniente de Libia var¨ªan en funci¨®n del fabricante. ¡°Una buena pistola cuesta unos 400 euros, pero si es china, se encuentra por 150 o 200. Por los kalashnikov rusos llegan a pagarse unos 2.500 euros. Y por las metralletas de alto calibre, unos 15.000¡±, explica el beduino. Los proyectiles no suelen entrar por Farafra, sino por el norte. ¡°La mafia m¨¢s fuerte son los Sanussi, situados en la costa, en Marsa Matruh¡±, confiesa. La solidaridad derivada de lazos de sangre es fundamental en las cuestiones de business. Varias tribus beduinas se extienden m¨¢s all¨¢ de las fronteras de Sud¨¢n y Libia. Por ejemplo, la tribu de los Rashaida, presente en Farafra, controla los trapicheos en el norte de Sud¨¢n.
El contrabando es una actividad ancestral entre los beduinos, se?ores del desierto cuyo conocimiento del terreno supera, y de lejos, el de las autoridades. Simplemente, ahora es m¨¢s f¨¢cil gracias al debilitamiento del Estado y a las nuevas tecnolog¨ªas. ¡°Solemos quedar en un punto concreto del desierto que introducimos en el GPS¡±, confiesa un beduino de mediada edad.
Para poder transportar una mayor cantidad de mercanc¨ªa, cada traficante tiene enterradas en diversos puntos concretos provisiones de agua y gasolina. El mayor riesgo para su vida no es que les enganchen traficando con armas, sino con drogas, pues se castiga con la pena de muerte. "A menudo, la polic¨ªa prefiere quedarse con el alijo, no presentar denuncia a la fiscal¨ªa, y dejarte arrestado en comisaria durante a?os", explica este veterano zorro del desierto. As¨ª las cosas, al contrabando le queda larga vida en Egipto.
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