Napolitano avisa a Berlusconi de que debe acatar su condena

¡°No se puede hacer otra cosa sino aceptar cualquier sentencia definitiva y la consecuente obligaci¨®n de aplicarla. Esto vale tanto en el caso que hoy centra la atenci¨®n p¨²blica como en cualquier otro¡±, afirm¨® anoche en un comunicado el presidente de Italia, Giorgio Napolitano. Este mensaje iba destinado al magnate de la telecomunicaci¨®n Silvio Berlusconi y a sus partidarios pol¨ªticos, que en los ¨²ltimos d¨ªas le han pedido que encuentre un camino para que el l¨ªder del principal partido de centroderecha ¡ªPueblo de la Libertad (PDL, que obtuvo un 21% de los votos en las ¨²ltimas elecciones)¡ª no acabe en la c¨¢rcel. ¡°No me lleg¨® una petici¨®n oficial de indulto, si llegara la voy a considerar¡±, dijo Napolitano, dejando abierta la puerta a otra decisi¨®n.

El jefe de Estado tambi¨¦n ha negado haber recibido ninguna demanda de indulto

El jefe de Estado, que fue reelegido para un segundo mandato el pasado 20 de abril, explic¨® en el comunicado que el pa¨ªs ha vivido ¡°uno de los periodos m¨¢s inquietos de la historia de la Rep¨²blica, con momentos de tensi¨®n e incluso una par¨¢lisis de la vida p¨²blica sin precedentes¡±. Fue muy claro: ¡°Fatal ser¨ªa en este momento una crisis en un Gobierno creado con dificultad hace apenas 100 d¨ªas¡±. Napolitano volvi¨® a insistir en la necesidad de mantener el actual Gabinete, en el que figuran como socios los tradicionales enemigos pol¨ªticos bajo la direcci¨®n del socialdem¨®crata Enrico Letta.

Su advertencia apela a la responsabilidad los partidos: ¡°Si se pone en peligro la continuidad de este Gobierno, las repercusiones negativas en las relaciones internacionales y en los mercados financieros se ver¨ªan afectadas inmediatamente con consecuencias que podr¨ªan ser irrecuperables¡±.

El mensaje va directo a los miembros del PDL, que tras la sentencia definitiva contra Berlusconi han amenazado con vengarse tumbando al Ejecutivo. En realidad, solo gritan, sobre todo las voces m¨¢s extremas del partido. Pero su l¨ªder confirm¨® el domingo pasado su apoyo al Gobierno. La presencia de sus correligionarios en el Consejo de Ministros es la ¨²nica garant¨ªa de Berlusconi de poder seguir en primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, y de controlar las reformas econ¨®micas, pero tambi¨¦n de la justicia y del sistema electoral, que est¨¢n encima de la mesa. El proyecto de ley contra la corrupci¨®n proh¨ªbe que una persona condenada con sentencia definitiva se presente a las elecciones generales. Berlusconi, si no cambia nada, no podr¨¢ ser candidato en los pr¨®ximos comicios.

Su formaci¨®n ¡ªque volver¨¢ a llamarse Forza Italia como en 1994 y 2001¡ª no tendr¨¢ sin su liderazgo el mismo calado electoral. Y mucho menos si Marina Berlusconi, su primog¨¦nita, sigue neg¨¢ndose a recoger la herencia pol¨ªtica del padre y a tomar las riendas del partido. No ser¨¢ ella la candidata del centroderecha cuando los italianos vuelvan a las urnas, volvi¨® a decir su hija.

El mensaje de Napolitano aniquila tambi¨¦n algunas propuestas de salir del Gobierno que surgen desde el Partido Democr¨¢tico (PD). Muchos de sus militantes perciben cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil la alianza con el partido del eterno antagonista, ahora condenado por primera vez con una sentencia del Tribunal Supremo.

Napolitano se ha convertido en la figura principal de Italia gracias a su segundo mandato presidencial. Fue suya la iniciativa de encargar a Letta, hasta entonces n¨²mero dos del PD, formar un Gobierno de coalici¨®n ante la imposibilidad de que surgiese un Ejecutivo tras las elecciones de febrero.