La fuga de un senador boliviano a Brasil complica las relaciones bilaterales
La huida a Brasilia de un senador cr¨ªtico con el Gobierno de Morales tensa el intercambio entre los dos pa¨ªses
La huida a Brasil de un senador boliviano que el Gobierno de Evo Morales considera un ¡°criminal¡± ha complicado las ya dif¨ªciles relaciones entre ambos pa¨ªses, pues seg¨²n el pa¨ªs andino podr¨ªa tratarse de una vulneraci¨®n de la soberan¨ªa boliviana por parte de funcionarios brasile?os.
El senador Roger Pinto hab¨ªa estado viviendo en la embajada brasile?a en La Paz a causa de la denegaci¨®n del Gobierno boliviano de concederle un salvoconducto que le permitiera viajar a Brasil, donde se le hab¨ªa dado asilo pol¨ªtico. El pasado viernes, aprovechando una noche particularmente fr¨ªa y lluviosa en La Paz, que al parecer ahuyent¨® a los vigilantes bolivianos que rodeaban la embajada, Pinto escap¨® de un encierro de 454 d¨ªas en un veh¨ªculo brasile?o, acompa?ado por militares de este pa¨ªs, seg¨²n revel¨® a la prensa el presidente de la Comisi¨®n de Relaciones Exteriores del senado, Ricardo Ferra?o. 22 horas despu¨¦s, y luego de atravesar buena parte de Bolivia y de cruzar la frontera, Pinto arrib¨® a Corumb¨¢, de donde lo recogi¨® Ferra?o para llevarlo a Brasilia.
Este senador brasile?o ¡ªopositor a Dilma Rousseff¡ª apareci¨® as¨ª liderando una operaci¨®n que, al mismo tiempo, el Ministro de Exteriores de su pa¨ªs, Antonio Patriota, parec¨ªa ignorar. Seg¨²n la prensa local, Patriota tuvo que suspender un viaje a Finlandia y sostuvo una reuni¨®n de emergencia a causa de la crisis con el asesor para Bolivia Marco Aurelio Garc¨ªa. Al mismo tiempo, Ytamaraty, que es como se llama al Ministerio de Exteriores brasile?o por el nombre del edificio en que est¨¢ su sede, difundi¨® un comunicado oficial en el que anuncia que iniciar¨¢ una investigaci¨®n sobre lo sucedido, a fin de ¡°tomar las medidas administrativas y disciplinarias pertinentes¡±. Quien tendr¨¢ que responder por la salida clandestina de Pinto es el encargado de Negocios, Eduardo Saboia, que en este momento representa a Brasil en La Paz debido al proceso de sustituci¨®n del anterior embajador, Marcel Biato, cuyo reemplazo fue precipitado, entre otras cosas, por el ¡°asilo no consumado¡± de Pinto.
El 28 de mayo de 2012, Biato acept¨® que Pinto se refugiara en su embajada mientras legisladores de la oposici¨®n brasile?a como Ferra?o tramitaban y obten¨ªan su asilo, lo que sent¨® muy mal al Gobierno de Morales. ?ste decidi¨® no conceder el salvoconducto y adem¨¢s presion¨® a Brasil para que cambiara a su representante. Posteriormente, las relaciones bilaterales fueron de mal en peor. La muerte de un ni?o boliviano durante un partido de f¨²tbol por el impacto de una bengala lanzada desde la tribuna del visitante Corinthians de S?o Paulo acab¨® en la detenci¨®n en una fr¨ªa c¨¢rcel altipl¨¢nica de m¨¢s de una decena de hinchas de este equipo, lo que ofendi¨® a los brasile?os de a pie. Meses despu¨¦s, Brasil obtuvo una peque?a revancha cuando, en el c¨¦nit del esc¨¢ndalo por la detenci¨®n del avi¨®n de Morales en Europa bajo la sospecha de que tra¨ªa a Edward Snowden de Rusia, el ministro de Defensa Celso Amorim record¨® que La Paz tambi¨¦n hab¨ªa revisado aviones oficiales brasile?os sin autorizaci¨®n, y oblig¨® a Morales a disculparse p¨²blicamente.
El Gobierno boliviano no ha querido entregar el salvoconducto a Pinto argumentando que ¨¦ste es un ¡°delincuente¡± que s¨®lo busca eludir a los 14 juicios comunes que enfrenta, y que van desde una demanda por talar ¡°dos ¨¢rboles¡± en su hacienda situada en el norte?o (y muy relacionado con Brasil) departamento de Pando, hasta otro por da?os econ¨®micos por 1,7 millones de d¨®lares al Estado, supuestamente causados cuando Pinto era funcionario de la Gobernaci¨®n de este departamento. Para la oposici¨®n boliviana, el Gobierno orquest¨® estos juicios a fin de obligar al senador a invertir todo su tiempo en defenderse y as¨ª silenciar sus cr¨ªticas, que se hab¨ªan especializado en ligar a altas autoridades gubernamentales con el narcotr¨¢fico. Por esto la oposici¨®n celebr¨® la concesi¨®n del asilo, hace m¨¢s de un a?o, e hizo del encierro de este senador en la embajada un ejemplo de las acusaciones de autoritarismo que constantemente le hace a Morales. El domingo salud¨® la fuga de Pinto como un ¡°triunfo de la libertad¡±.
Mientras Brasil no emita un informe final, no estar¨¢ claro si puede responsabilizarse de lo sucedido al Gobierno en s¨ª mismo o a algunos funcionarios diplom¨¢ticos brasile?os alentados por la oposici¨®n a Rousseff, que es fuertemente contraria a Morales y tiene v¨ªnculos con las elites de las regiones m¨¢s orientales de Bolivia. Abonando esta segunda hip¨®tesis, dos ministros bolivianos superaron la inicial perplejidad gubernamental y aseguraron a la prensa que Pinto ahora es un pr¨®fugo de la justicia, pero que las relaciones con el Brasil, y en particular con la ¡°presidenta Dilma¡±, son ¡°m¨¢s grandes¡± que este l¨ªo.
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