La llegada de Starbucks agita el mercado interno del caf¨¦ en Colombia
La entrada del gigante estadounidense contrasta con los apuros de los cafeteros colombianos
El anuncio de la entrada en el mercado interior de Colombia de la empresa estadounidense Starbucks, junto con la promesa de que aumentar¨¢ en el doble su compra de caf¨¦ local, se ha dado en un momento especialmente delicado. Durante nueve d¨ªas el sector agrario ha mantenido un paro nacional en el que ha reclamado lo siguiente: rebajar los costos de los insumos agrarios (fertilizantes, semillas¡), controlar las importaciones de productos agrarios y un aumento de las ayudas a la competitividad, y el sector se ha unido al paro asumiendo esas mismas proclamas, lo que ha logrado poner en jaque al presidente Juan Manuel Santos.
Colombia es el tercer exportador de caf¨¦ despu¨¦s de Brasil y de Vietnam, y es el primer productor de caf¨¦ de calidad. El vocero de la Federaci¨®n Nacional de Cafeteros, Luis Fernando Samper, minimiz¨® la relevancia del sector cafetero en el paro nacional agrario y dijo que el anuncio de Starbucks es una buena noticia. ¡°Es un comprador de caf¨¦ de Colombia, le interesa el origen de sus caf¨¦s y lo ha escogido porque es de calidad y tiene relevancia, pero adem¨¢s permite que los productores tenga mejores precios¡±, asegur¨® a EL PA?S, refiri¨¦ndose a que la compa?¨ªa estadounidense pagar¨ªa hasta un 15% m¨¢s de lo que se est¨¢ pagando ahora mismo a los productores por el caf¨¦. Starbucks compra alrededor de un mill¨®n de sacos de caf¨¦ colombianos al a?o, y la idea es que aumente ese monto en un 100%.
Sobre el riesgo que puede suponer la entrada de Starbucks para Juan Valdez, la tienda de caf¨¦ oficial del gremio cafetero, que pertenece a los cultivadores, Samper dijo que los dos negocios ya compiten entre s¨ª en varios pa¨ªses y que la venta de caf¨¦ colombiano por parte de la empresa estadounidense ha dado m¨¢s fama mundial a las especialidades de caf¨¦ cololmbianas. ¡°El negocio de Valdez adem¨¢s est¨¢ maduro y puede enfrentarse a nuevos jugadores sin problemas. El mercado se dinamiza y crece para todos¡±.
Las razones del paro agrario
Los campesinos que llevan en paro diez d¨ªas aseguran que est¨¢n quebrados. La protesta, que comenz¨® en cuatro departamentos y ya se ha expandido a nueve, re¨²ne a paperos, cebolleros, productores de cacao, lecheros, cafeteros y cultivadores de hortalizas y frutas que piden mejores condiciones para trabajar.
El argumento de los manifestantes que han cerrado carreteras, tirado comida y leche y que se han enfrentado con la Polic¨ªa es que los costos de producci¨®n son demasiado altos y que est¨¢n teniendo p¨¦rdidas. Culpan de esto a los tratados de libre comercio que negoci¨® el gobierno de ?lvaro Uribe y firm¨® Juan Manuel Santos y que han permitido la entrada de productos mucho m¨¢s baratos y de menor calidad.
Mientras que los productos importados son subsidiados en sus pa¨ªses de origen y el contrabando de alimentos aumenta mes a mes, los productores colombianos reclaman porque tienen que pagar insumos agr¨ªcolas y gasolina a precios que seg¨²n distintos estudios est¨¢n entre los m¨¢s altos del mundo. Esto no les permite ser competitivos.
El sector en paro es el de los peque?os agricultores que no tienen grandes subsidios del Estado, o que los tienen, como los cafeteros, pero no les alcanzan para obtener alguna ganancia. Por eso, los manifestantes piden tambi¨¦n precios de sustentaci¨®n (base m¨ªnima) para comprar las cosechas.
Al contrario del optimismo expresado por la Federaci¨®n y por el presidente de la compa?¨ªa estadounidense, los cultivadores del grano son pesimistas sobre su futuro. ¡°Lo que le toca a los cafeteros de ah¨ª es muy poco. Simplemente dejamos de vender a uno para vender al otro. Mientras el consumo nacional no aumente no habr¨¢ ninguna mejor¨ªa para nosotros¡±, dijo a EL PA?S ?scar Guti¨¦rrez, uno de los coordinadores del Movimiento por la Defensa y la Dignidad de los Cafeteros de Colombia.
En esto coincide el senador Jorge Enrique Robledo, quien por a?os ha representado los intereses de los agricultores en el Congreso colombiano, y que asegur¨® que el impacto entre los productores por la entrada de las tiendas Starbucks ser¨¢ muy poco porque la venta real de puro caf¨¦ de esas tiendas es m¨ªnima con relaci¨®n a la de sus mezclas de caf¨¦ o a la de otros productos.
Colombia, adem¨¢s, se encuentra en un momento de disminuci¨®n de exportaciones de caf¨¦. Seg¨²n datos del DANE, el organismo estad¨ªstico estatal, Colombia export¨® 1.400 millones de d¨®lares en el primer semestre de 2012, mientras que en los primeros seis meses de este a?o la cifra fue de 912 millones. La disminuci¨®n fue de un 10%.
Esa disminuci¨®n ha sido progresiva durante las ¨²ltimas d¨¦cadas, y es por eso que Colombia, aun siendo productor de caf¨¦, importa un 80% de la demanda local de este alimento, que encima entra al pa¨ªs a precios menores que los granos locales. El consumo en Colombia es cercano a 1.200.000 sacos al a?o.
La huelga de los campesinos ya completa nueve d¨ªas en los que cinco personas han muerto y en los que se han dado innumerables enfrentamientos entre los manifestantes y las autoridades. Ya hay desabastecimiento en los mercados de las principales ciudades, especialmente en Bogot¨¢. El gobierno de Santos, que hab¨ªa intentado minimizar el alcance del paro, se reunir¨¢ este martes con los campesinos de Boyac¨¢, la principal zona productora de papa del pa¨ªs y donde se ha concentrado lo m¨¢s ¨¢lgido del paro, pero, mientras tanto, la protesta toma fuerza en otras regiones, especialmente en el sur del pa¨ªs.
Aunque es un pa¨ªs cafetero, Colombia importa un 80% del ? caf¨¦ que consume
Los cafeteros fueron los ¨²ltimos en unirse. Este gremio, que cuenta con cerca de 560.000 productores, hab¨ªa hecho un paro nacional en marzo. Durante 12 d¨ªas mantuvieron esa protesta, tras la cual lograron que el Gobierno aumentara los subsidios para la producci¨®n, pero hoy ese dinero no es suficiente para muchos cultivadores.
El dirigente Guti¨¦rrez explic¨® que el primer punto en sus peticiones sigue siendo el precio. Para un agricultor el costo de producir una arroba de caf¨¦ es de 63.000 pesos, mientras que solo la pueden vender en 43.000. El subsidio logrado en el paro de marzo es de 16.500, lo que hace que el productor tenga p¨¦rdidas o que tan solo logre el punto de equilibrio con la disminuci¨®n de los costos de producci¨®n.
Los precios internacionales no han ayudado. En el momento del acuerdo de marzo, el caf¨¦ estaba a 1,33 d¨®lares y en los seis meses siguientes ha bajado hasta 1,13, un precio hist¨®ricamente bajo y que deja sin ganancias a los productores. En sus mejores momentos, el caf¨¦ estuvo por encima de los 3,50 d¨®lares.
Muchos de los cultivadores est¨¢n inconformes con el monto del subsidio y otros no lo han recibido, especialmente los m¨¢s peque?os. Pero no es solo el precio. El senador Robledo explic¨® que entre los acuerdos de febrero el gobierno se comprometi¨® a convocar unas mesas de trabajo con tres temas fundamentales para los caficultores: el control a los precios de los insumos, que son muy altos con relaci¨®n a los precios internacionales, los problemas con el pago de deuda y con la aprobaci¨®n de cr¨¦ditos y la miner¨ªa en las zonas cafeteras. Ninguna, seg¨²n Robledo, ha arrojado alg¨²n resultado.
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