Obama asegura que la comunidad internacional se juega el cr¨¦dito en Siria
El presidente gana la primera votaci¨®n en el Senado con apuros y una fuerte oposici¨®n republicana
Barack Obama empuja su causa por una intervenci¨®n militar en Siria en dos frentes igualmente reacios y dif¨ªciles: el Congreso de Estados Unidos y la comunidad internacional. En ambos, no en ¨¦l, recae la responsabilidad de responder adecuadamente al supuesto uso de armas qu¨ªmicas por el r¨¦gimen de Bachar el Asad, sostuvo el presidente, que trata de romper su soledad actual con garant¨ªas de que no estamos ante un nuevo Irak y de que las pruebas de las que dispone para atacar merecen plena confianza.
¡°No fui yo quien traz¨® una l¨ªnea roja, fue el mundo; no es mi credibilidad la que est¨¢ en juego, es la de la comunidad internacional, la de EE UU y la del Congreso¡±, declar¨® este mi¨¦rcoles Obama en Suecia, donde se ha detenido antes de trasladarse a San Petesburgo para participar en la cumbre del G-20, donde la oposici¨®n de varios pa¨ªses a sus planes militares, seguramente, quedar¨¢ patente.
La situaci¨®n tampoco parece muy favorable para Obama en el Congreso. El presidente obtuvo este mi¨¦rcoles el respaldo del Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, pero solo por 10 votos contra siete, con ¨²nicamente tres republicanos pronunci¨¢ndose a favor y dos dem¨®cratas neg¨¢ndole el apoyo a la Casa Blanca. Obama consigui¨®, finalmente, el respaldo de John McCain, quien previamente se hab¨ªa manifestado contra las restricciones incluidas en la resoluci¨®n aprobada, que proh¨ªbe expresamente el uso de fuerzas terrestres y limita la campa?a militar a un m¨¢ximo de 90 d¨ªas.
Esta votaci¨®n, en la que unos republicanos, como Marco Rubio, se opusieron porque creen que la intervenci¨®n en Siria es demasiado modesta, otros, como Rand Paul, en consecuencia con su aislacionismo y antiestatismo libertario, y algunos dem¨®cratas porque consideran que la intervenci¨®n va demasiado lejos, es reflejo de lo dif¨ªcil que va a resultar la aprobaci¨®n de la resoluci¨®n en el pleno del Senado y mucho m¨¢s en el de la C¨¢mara de Representantes.
Uno de los grandes obst¨¢culos con los que Obama se encuentra para ganar apoyos dentro de su pa¨ªs es, precisamente, la diversidad de la oposici¨®n a la que se enfrenta. La resistencia de la comunidad internacional, en cambio, est¨¢ m¨¢s claramente dominada por el recuerdo a la guerra de Irak. Obama as¨ª lo reconoci¨® en Estocolmo. ¡°Soy consciente¡±, dijo, ¡°de que en el mundo, y aqu¨ª en Europa en particular, existe la memoria de Irak y de las acusaciones sobre las armas de destrucci¨®n masiva, y que la gente est¨¢ preocupada sobre c¨®mo de correcta es la informaci¨®n en esta ocasi¨®n¡±. ¡°Tengan en cuenta¡±, a?adi¨®, ¡°que yo soy alguien que se opuso a la guerra de Irak, y no estoy dispuesto a repetir esos errores bas¨¢ndome en falsos datos de inteligencia. Pero, despu¨¦s de haber procedido a una meticulosa evaluaci¨®n de la informaci¨®n disponible, puedo decir con gran confianza que se usaron armas qu¨ªmicas y que partieron de Asad¡±.
El presidente ruso, Vladimir Putin, no le cree, y otros Gobiernos, como la propia Suecia, aunque le creen, no estiman correcto proceder a una acci¨®n militar sin autorizaci¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, algo que Obama insisti¨® en que hab¨ªa tratado de conseguir, s¨®lo para estrellarse con lo que llam¨® ¡°el muro¡± de Rusia.
Para contrarrestar a Rusia, el presidente norteamericano acude a la ayuda de la comunidad internacional en un momento particularmente desfavorable para ¨¦l. Pa¨ªses como Alemania, Brasil o M¨¦xico, tres de los participantes en el G-20, est¨¢n hoy m¨¢s influidos por el esc¨¢ndalo de las escuchas reveladas por Edward Snowden que por la crisis humanitaria en Siria. Otros ¨CJohn Kerry dijo en el Congreso que m¨¢s de 30- le apoyan en privado, pero se resisten a hacerlo en p¨²blico. S¨®lo Francia est¨¢ determinada a poner sus barcos y sus aviones donde pone sus palabras. Ll¨¢mese hipocres¨ªa o ll¨¢mese realpolitik, pero lo cierto es que, as¨ª como existe una denuncia casi universal a los horrores presenciados en Siria, existe una escasa disposici¨®n a acompa?ar a Washington en una respuesta militar.
Mientras esto suced¨ªa en Europa, en la colina del Capitolio la actividad era fren¨¦tica y confusa. La declaraci¨®n inicial de McCain oblig¨® a consultas y negociaciones en busca de un acuerdo. Si la autorizaci¨®n para la intervenci¨®n en Siria no consigue pasar el Senado, donde est¨¢n representadas las fuerzas m¨¢s centristas y prudentes, qu¨¦ puede esperarse de la C¨¢mara de Representantes, con decenas de miembros que no tienen escr¨²pulos en contradecir a sus l¨ªderes.
La Administraci¨®n comenz¨® este mi¨¦rcoles a ablandar la posici¨®n de la C¨¢mara con la comparecencia ante el comit¨¦ de Relaciones Exteriores del mismo tr¨ªo que un d¨ªa antes hab¨ªa defendido el ataque a Siria en el Senado: el secretario de Estado, John Kerry, el secretario del Pent¨¢gono, Chuck Hagel, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Martin Dempsey. Los tres repitieron, m¨¢s o menos, los argumentos esgrimidos ante la C¨¢mara Alta: que esta no es una solicitud para llevar al pueblo norteamericano a la guerra, que se trata de una operaci¨®n limitada en el tiempo y en los objetivos y que los riesgos de no responder son mucho mayores que los de hacerlo.
Todav¨ªa no es seguro que esos argumentos sirvan en el Congreso, pero de momento no han servido entre la opini¨®n p¨²blica. En ninguna de las encuestas conocidas hasta ahora el respaldo a la decisi¨®n del presidente llega al 30%. Durante la comparecencia esta ma?ana de Kerry, Hagel y Dempsey, se vieron entre el p¨²blico varias manos te?idas de rojo que ilustran esos datos.
En los ¨²ltimos d¨ªas, el Gobierno ha ido aportando discretamente otro elemento a su estrategia en Siria destinado a convencer a un sector de la oposici¨®n. Varios medios de comunicaci¨®n citan fuentes oficiales que aseguran que se va a intensificar y, probablemente, poner en manos del Pent¨¢gono el entrenamiento de los rebeldes sirios con el prop¨®sito de hacerlos m¨¢s eficaces y m¨¢s fiables.
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