La violencia sectaria distancia a los rebeldes sirios de EE UU

A pesar de que el gobierno de Estados Unidos trata ahora de tacharlos de minor¨ªa sin peso espec¨ªfico en la amalgama de grupos opositores, los radicales islamistas que en los pasados meses se han unido al levantamiento contra Bachar el Asad han incrementado recientemente sus operaciones contra objetivos gubernamentales y minor¨ªas que han respaldado al r¨¦gimen, entre ellas la cristiana. El jueves, grupos yihadistas capturaron brevemente varias zonas de Malula, una de las ¨²ltimas localidades donde a¨²n se habla arameo, que se considera la lengua de Jesucristo, y sitio santo para muchos cristianos por la confluencia all¨ª de varios monasterios y lugares de culto. La operaci¨®n puso de relieve la naturaleza sectaria del conflicto, y el hecho de que no toda la oposici¨®n es una gran milicia moderada que lucha para abrir una transici¨®n c¨ªvica a la democracia.

La ofensiva contra Malula, localidad de m¨¢s de 2.500 habitantes eminentemente cristiana, se produjo, seg¨²n el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el jueves con un ataque suicida del Frente al Nusra en un puesto de control al centro urbano, que se halla a 50 kil¨®metros al noreste de Damasco. ¡°A la explosi¨®n le sigui¨® una serie de enfrentamientos violentos del r¨¦gimen con Al Nusra y los milicianos rebeldes¡±, dijo ese grupo observador afiliado a la oposici¨®n a El Asad. Seg¨²n inform¨® el diario liban¨¦s As Safir, el coche bomba mat¨® a ocho soldados sirios. Tras unas horas, los refuerzos del r¨¦gimen lograron expulsar a los milicianos de la localidad.

En Siria hay 850.000 cristianos, un 4% de la poblaci¨®n. El pa¨ªs es uno de los centros del cristianismo de principios de era. Malula es uno de los pocos lugares donde a¨²n se emplea el arameo de Jesucristo y en sus monta?as se encuentra, entre otros, el monasterio de San Sergio, del siglo VI.

El Frente al Nusra fue designado en diciembre por EE UU como organizaci¨®n terrorista y es una de las facciones m¨¢s organizadas y efectivas dentro de la oposici¨®n siria, responsable de numerosos ataques de corte suicida. No es, sin embargo, el ¨²nico grupo yihadista que opera en Siria. Diversos milicianos que lucharon en Irak contra la misi¨®n militar norteamericana operan ahora en Siria bajo la bandera del Estado Isl¨¢mico de Irak y el Levante. Y, seg¨²n varios v¨ªdeos que circulan en foros yihadistas, interceptados por el grupo de inteligencia norteamericano SITE, rebeldes procedentes de exrepublicas sovi¨¦ticas han formado su propio grupo, Muyahidines del C¨¢ucaso y del Levante.

Una de las razones por las que la Casa Blanca y sus aliados se han resistido a armar a los rebeldes es la presencia de esos islamistas dentro de Siria. En su mayor¨ªa sun¨ªes, definen su lucha como una resistencia sectaria contra el gobierno secular de El Asad y la amalgama de minor¨ªas que le apoya, como los alauitas -clan del presidente- o los propios cristianos. El r¨¦gimen les acusa de haber secuestrado en abril a dos obispos ortodoxos, el de la iglesia Griega de Alepo y Alejandr¨ªa, Boulos Yazigi, y el de la iglesia Siriana de Alepo, Yuhanna Ibrahim. En julio, seg¨²n varios testigos, secuestraron en Raqqa, en territorio rebelde, al jesuita Paolo Dall¡¯Oglio, que hab¨ªa defendido la causa revolucionaria contra el r¨¦gimen de Damasco.

El r¨¦gimen de El Asad ha empleado la infiltraci¨®n de yihadistas entre los grupos opositores para intentar alarmar a la comunidad internacional. En sus comparecencias p¨²blicas, El Asad y su gobierno se refieren a los opositores gen¨¦ricamente como ¡°terroristas¡±. En varias entrevistas concedidas recientemente, el viceministro de Exteriores Faisal Mikdad ha advertido de que un eventual ataque norteamericano contra objetivos militares sirios ¡°beneficiar¨¢ a Al Qaeda y sus afiliados¡±.

Para explicar la necesidad de un ataque norteamericano contra El Asad al Congreso y a la ciudadan¨ªa norteamericana, el secretario de Estado, John Kerry, dijo esta semana en una comparecencia en el Capitolio que los rebeldes ¡°se definen, cada vez m¨¢s, por su moderaci¨®n¡± y ¡°adherencia a un proceso democr¨¢tico y una constituci¨®n incluyente, que proteja a minor¨ªas¡±.

Sin embargo, en una visita oficial a Amm¨¢n en junio, Obama dijo que le preocupaba ¡°mucho que Siria se convierta en un enclave para el extremismo, porque los extremistas se crecen en el caos, se crecen en Estados fallidos¡±. Las facciones rebeldes moderadas, en torno al Ej¨¦rcito Libre y la Coalici¨®n Nacional Siria, que le pidieron armas en numerosas ocasiones, se tendr¨¢n que conformar ahora con un ataque ejecutado principalmente con misiles, para debilitar al r¨¦gimen sin derrumbarlo, en represalia estrictamente por el uso de armas qu¨ªmicas contra la poblaci¨®n civil.