El debate de los presupuestos tambi¨¦n divide al Partido Republicano

La negociaci¨®n para ampliar el presupuesto federal de Estados Unidos, que la semana pasada llev¨® a la C¨¢mara de Representantes a retirar los fondos del sistema sanitario a cambio de prorrogar la financiaci¨®n de las arcas p¨²blicas, ha revelado la divisi¨®n dentro del Partido Republicano, cuyo sector m¨¢s conservador es el principal impulsor de la pol¨¦mica propuesta.

Si la semana pasada los conservadores de la C¨¢mara de Representantes quisieron hacer una demostraci¨®n de unidad al votar en bloque a favor de la legislaci¨®n, la llegada del texto al Senado puede poner en evidencia la falta de acuerdo entre las filas republicanas. La votaci¨®n que tendr¨¢ lugar en los pr¨®ximos d¨ªas en la C¨¢mara Alta supone una complicada jugada en el tablero pol¨ªtico para muchos legisladores, cuyo voto no solo tendr¨¢ consecuencias para el futuro de los presupuestos, sino tambi¨¦n de cara a las elecciones de 2014 y 2016.

EE UU se enfrenta a un posible cierre de algunos de sus servicios p¨²blicos si la Casa Blanca, los dem¨®cratas y los republicanos no alcanzan un acuerdo sobre el l¨ªmite de la deuda p¨²blica y los presupuestos federales antes del d¨ªa 30 de septiembre. El Departamento del Tesoro ha calculado adem¨¢s que, si el Congreso no firma una ley que garantice esa financiaci¨®n, el Estado puede empezar a ¡°cerrar¡± -¡®shutdown¡¯, en ingl¨¦s- algunas de sus funciones a mediados de octubre.

Un 59% de los estadounidenses est¨¢ en contra de la estrategia del Partido Republicano

El enfrentamiento entre los dos partidos pol¨ªticos ha empeorado considerablemente desde que la Casa Blanca intentase forjar un acuerdo similar en el verano de 2011. Este oto?o, la falta de di¨¢logo va acompa?ada de la amenaza de eliminar los fondos p¨²blicos del sistema sanitario aprobado por Obama en 2010. Y en medio de esa pugna, con m¨¢s fuerza que nunca, est¨¢n situados varios legisladores afiliados al Tea Party.

La estrategia cuenta con pocas posibilidades de salir adelante y con el rechazo de la mayor¨ªa de los ciudadanos. Una encuesta revelada este lunes por la cadena CNBC muestra que un 44% de estadounidenses rechaza la retirada de fondos p¨²blicos del sistema sanitario, frente a un 38% que s¨ª lo apoya. Si se presenta el recorte dentro de la estrategia para negociar los presupuestos, un 59% de los encuestados se declara en contra, en comparaci¨®n con un 19% a favor.

No faltan tampoco las voces dentro del Partido Republicano. Veteranos como John McCain, candidato a la presidencia en 2008 frente a Obama, rechazan el planteamiento del Tea Party adoptado ahora por los l¨ªderes de la C¨¢mara para secuestrar el debate. Este fin de semana, uno de los asistentes del senador declaraba a la revista GQ que McCain ¡°odia¡± a Ted Cruz, republicano reci¨¦n llegado a la C¨¢mara Alta e impulsor de la votaci¨®n para retirar los fondos del sistema sanitario, y que no le gusta ¡°su estilo¡±.

En respuesta, Cruz afirma en el mismo reportaje que no conoce a un solo conservador al que no le diera ¡°verg¨¹enza¡± el resultado electoral de 2006 -cuando el Partido Dem¨®crata alcanz¨® la mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes- y en 2008, cuando Obama lleg¨® a la Casa Blanca. ¡°Creo que el Partido Republicano ha perdido su camino¡±, afirma el senador del Tea Party en la entrevista. ¡°No defendimos los principios en los que creemos¡±.

Uno de esos principios es revocar la reforma sanitaria, una propuesta que la mayor¨ªa republicana de la C¨¢mara ha votado en 42 ocasiones, incluida la del viernes pasado. Como en todas ellas, se espera que los dem¨®cratas del Senado logren parar la iniciativa. Se espera que el l¨ªder Harry Reid someta a votaci¨®n la legislaci¨®n para eliminar el apartado que elimina los fondos del sistema de salud, manteniendo el que permite extender los presupuestos actuales.

Las reglas del Senado obligan a Reid a contar con al menos 60 votos -de un total de 100- para debatir la legislaci¨®n. Dado que los dem¨®cratas s¨®lo suman 54, la votaci¨®n s¨®lo podr¨ªa celebrarse si al menos seis republicanos -cuyo voto ser¨¢ recordado en pr¨®ximas convocatorias electorales- se al¨ªan con los dem¨®cratas. Pero est¨¢n obligados: de no celebrarse la votaci¨®n, la propuesta de retirar los fondos del sistema de salud a cambio de continuar los presupuestos habr¨ªa fracasado autom¨¢ticamente.

Si se celebra esa votaci¨®n, tambi¨¦n hay escondida una trampa: los dem¨®cratas ya no necesitan 60 votos sino una mayor¨ªa simple para sacar adelante una propuesta que seguramente habr¨¢ sido alterada para que la reforma sanitaria de Obama siga en pie. De esta manera, el Partido Republicano y su l¨ªder en la C¨¢mara, John Boehner, se ver¨ªan obligados a volver a votar la ley para refrendarla, pero con un importante cambio que significa tambi¨¦n su derrota.

M¨¢s all¨¢ de las consecuencias pol¨ªticas, este proceso amenaza con retrasar la aprobaci¨®n de un nuevo presupuesto o la ampliaci¨®n del techo de deuda p¨²blica, lo que aumentar¨ªa todav¨ªa m¨¢s las probabilidades de que EE UU empiece a suspender algunos de sus pagos.