As¨ª fue el ¨²ltimo ¡®shutdown¡¯
La mayor¨ªa republicana en el Congreso trat¨® de imponer recortes de gasto a Clinton en los noventa como condici¨®n previa a aprobar los presupuestos y subir el techo de la deuda
Desde el pasado 1 de octubre el Gobierno federal estadounidense est¨¢ cerrado. 800.000 trabajadores en puestos no esenciales est¨¢n de permiso sin sueldo, los parques nacionales est¨¢n cerrados, el Instituto Nacional de Salud no acepta nuevos pacientes... Esta situaci¨®n extraordinaria se debe a que el liderazgo republicano de la C¨¢mara de Representantes se niega a someter a votaci¨®n los presupuestos federales y a elevar el debt ceiling, techo de deuda, el l¨ªmite de endeudamiento que el Congreso impone al Gobierno Federal y sin cuya aprobaci¨®n EE UU entra en suspensi¨®n de pagos.
Para hacerlo, John Boehner, el presidente de la C¨¢mara de Representantes empez¨® exigiendo el retraso de un a?o en la entrada en vigor de la reforma sanitaria, Obamacare, el legado m¨¢s importante del presidente Barack Obama. Ahora intenta asegurarse un acuerdo presupuestario que reduzca la deuda p¨²blica en la pr¨®xima d¨¦cada mediante recortes en el gasto p¨²blico. A estas exigencias, Obama ha respondido con el silencio. El presidente se ha negado a negociar hasta que el Congreso no reabra el Gobierno y eleve el techo de deuda al considerar que aceptar una negociaci¨®n equivaldr¨ªa a ceder a un chantaje que da?ar¨ªa las instituciones del pa¨ªs.
Esta situaci¨®n, siendo l¨ªmite, no es ¨²nica en la historia de EE UU, entre 1995 y 1996 el Gobierno estuvo cerrado durante tres semanas de disputa entre otro presidente dem¨®crata, Bill Clinton, y otro presidente republicano en la C¨¢mara de Representantes, Newt Gingrich.
El asesinato de Isaac Rabin, primer ministro israel¨ª, el 4 noviembre de 1995 fue uno de los factores que desat¨® el ¨²ltimo shutdown. Al menos as¨ª lo creen aquellos presentes en el Air Force One, el avi¨®n presidencial que trasladaba a la comitiva estadounidense desde funeral del mandatario en Israel. Durante el trayecto, el entonces presidente de la C¨¢mara de Representantes, el republicano Newt Gingrich, quiso discutir con el presidente dem¨®crata Bill Clinton las condiciones que su partido impon¨ªa para aprobar el presupuesto federal, en pr¨®rroga desde la finalizaci¨®n del a?o fiscal el 30 de septiembre. Clinton se neg¨®. Gingrich fue invitado a sentarse en las ¨²ltimas filas y al aterrizar abandon¨® el avi¨®n por la puerta de atr¨¢s.
El berrinche del presidente de la C¨¢mara fue inmortalizado en la portada del Daily News y denunciado por el propio Gingrich en un desayuno informativo en Washington. Las consecuencias del desencuentro condujeron a que nueve d¨ªas despu¨¦s el Gobierno Federal careciese de financiaci¨®n y tuviese que enviar de permiso indefinido a trabajadores p¨²blicos en actividades consideradas no esenciales. El cierre dur¨® 21 d¨ªas y tuvo dos fases. Entre el 14 y el 19 de noviembre de 1995 y entre el 16 de diciembre de ese mismo a?o y el 6 de enero de 1996.
La primera fase del cierre, cinco d¨ªas de par¨¢lisis, concluy¨® cuando el Congreso aprob¨® un proyecto de ley de gasto temporal, pero las causas subyacentes de la crisis no se resolvieron, lo que condujo al segundo cierre en diciembre. Como en la presente crisis, la mayor¨ªa republicana en el Congreso ten¨ªa como objetivo reducir el nivel de gasto p¨²blico, en especial el sanitario. Sin embargo, esas imposiciones eran incompatibles con las prioridades de Clinton en Educaci¨®n, Medicare, el servicio sanitario para los pensionistas, y pol¨ªticas medioambientales.
La Administraci¨®n Clinton explic¨® las consecuencias econ¨®micas del cierre que inclu¨ªan pagos de aproximadamente 400 millones de d¨®lares a trabajadores federales de permiso. Cuando el presidente se neg¨® a recortar el presupuesto Gingrich amenaz¨® con negarse a aprobar la subida del techo de deuda. Las enmiendas republicanas para evitar una crisis econ¨®mica de incalculables consecuencias inclu¨ªan limitar los recursos a los que tienen derecho los presos en el corredor de la muerte, dificultar la aprobaci¨®n de nuevas regulaciones en Sanidad, Seguridad y Medio Ambiente, adem¨¢s de atar las manos del presidente a un plan presupuestario de siete a?os. Clinton rechaz¨® la propuesta.
Entonces el Congreso aprob¨® una resoluci¨®n para financiar el Gobierno y limitar el techo de gasto, una resoluci¨®n que Clinton vet¨® al considerarla un intento de recortar el presupuesto e imponer una agenda partidista secuestrando a las instituciones del Estado.
En 2010 un informe del Servicio de Investigaci¨®n del Congreso establec¨ªa que El Instituto Nacional de Salud dej¨® de admitir a nuevos pacientes que se somet¨ªan a tratamientos experimentales, se paralizaron los trabajos de limpieza de basura t¨®xica en 609 vertederos, se cerraron 368 parques nacionales, lo que supuso la p¨¦rdida de siete millones de turistas. La administraci¨®n no pudo procesar 200.000 solicitudes de pasaporte y entre 20.000 y 30.000 solicitudes de visados. Adem¨¢s de afectar o paralizar a m¨¢s del 20% de los contratos Federales, en los que se invirtieron 3.700 millones de d¨®lares.
La percepci¨®n generalizada en Washington fue que la intransigencia republicana se deb¨ªa al desplante de Clinton en el avi¨®n presidencial. Diferentes sectores del partido republicano aprovecharon la ocasi¨®n para atacar a Gingrich, quien ambicionaba la nominaci¨®n del partido a la presidencia en las elecciones de noviembre de 1996. Una nominaci¨®n que acab¨® en manos del l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado, Bob Dole. La crisis acab¨® con las aspiraciones del l¨ªder de la C¨¢mara. Sus comentarios acerca del vuelo fueron, seg¨²n sus propias palabras ¡°el m¨¢s evitable de los errores¡±.
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