Objetivo: cambiar los Tratados de la UE
Merkel intentar¨¢ dar m¨¢s poder a Bruselas para controlar las finanzas de los 28 Estados miembros Los socialdem¨®cratas han apoyado todos los planes de rescate europeos
Mientras los socialdem¨®cratas del SPD debaten su participaci¨®n en la tercera gran coalici¨®n de la historia alemana, la canciller Angela Merkel encara su tercera legislatura en la cima de su influencia pol¨ªtica: si termina cerrando el pacto con el SPD, Merkel contar¨¢ con cuatro de cada cinco votos en la C¨¢mara baja (Bundestag) para refrendar sus decisiones. Merkel ha visto en esta legislatura c¨®mo su pol¨ªtica europea, que controla personalmente desde la canciller¨ªa, se convierte en cardinal para la Europa sacudida por la crisis. Su gran ¨¦xito en las elecciones del 22 de septiembre la deja, adem¨¢s, sin rivales serios ni cr¨ªticos relevantes dentro de su Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU). La pol¨ªtica internacional qued¨® fuera de la campa?a electoral, arrumbada por asuntos tan locales como la conveniencia de un ¡°d¨ªa vegetariano¡± en las cantinas. Esa falta de debate permit¨ªa presagiar continuidad.
El SPD apoy¨® en el Bundestag todos los rescates europeos de los ¨²ltimos tres a?os, con los consiguientes memorandos de entendimiento estipulados por la troika de acreedores. Pero ahora la canciller cuenta con una capacidad de maniobra sin precedentes en los ¨²ltimos 20 a?os. Podr¨ªa servirle para cambiar el proceso de integraci¨®n europea con el apoyo de los socialdem¨®cratas.
Cuando a¨²n no se ha constituido la gran coalici¨®n que gobernar¨¢ Alemania hasta 2017, el semanario Der Spiegel adelanta esta semana los planes de Merkel para impulsar la integraci¨®n europea a favor de Bruselas. Seg¨²n explica la influyente revista pol¨ªtica de Hamburgo, la jefa del Gobierno ha movilizado a sus sherpas (negociadores) para promover cambios en los Tratados de la Uni¨®n Europea. El objetivo ser¨ªa un mayor control de las finanzas de los 28 socios, en pos de un marco pol¨ªtico adecuado para la uni¨®n monetaria que permita evitar nuevas crisis como la que sacude la eurozona desde 2010. El plan incluye, contra todo pron¨®stico, el refuerzo de instituciones conjuntas como la Comisi¨®n Europea, con la que Merkel mantiene relaciones tensas desde que su presidente, el portugu¨¦s Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, se distanci¨® inopinadamente de la pol¨ªtica de austeridad que propugna Merkel y que ¨¦l contribuy¨® a implementar en Europa. Merkel tambi¨¦n contempla la designaci¨®n de un presidente del Eurogrupo dedicado en exclusiva a esa tarea. Ocupa el cargo un ministro de Econom¨ªa o Hacienda de la eurozona, actualmente el holand¨¦s Jeroen Dijsselbloem. La reforma permitir¨ªa la armonizaci¨®n de las pol¨ªticas fiscales europeas bajo el auspicio de un comisario permanente.
Seg¨²n Der Spiegel, Merkel prev¨¦ la creaci¨®n de un fondo europeo dotado de decenas de miles de millones de euros. Los socios podr¨ªan acceder a estos fondos a cambio de contratos vinculantes que los comprometan a adoptar pol¨ªticas fiscales y de gasto p¨²blico acordes con las recomendaciones comunitarias. Estos contratos contribuir¨ªan a ajustar los presupuestos y las cargas fiscales dentro de la eurozona. Merkel quiere esperar a las elecciones europeas de 2014 antes de formular propuestas firmes. Entonces cambiar¨¢ la Comisi¨®n y se ir¨¢ Barroso.
La dirigente desea armonizar las pol¨ªticas fiscales bajo un comisario permanente
El c¨¢lculo ser¨ªa que la reducci¨®n de las diferencias impulse la competitividad del conjunto. El de la competitividad es uno de los mantras preferidos por Merkel, una suerte de receta universal para todos los males econ¨®micos.
Estas novedades se enfr¨ªan, sin embargo, con las declaraciones de un portavoz de Merkel a la agencia Reuters, seg¨²n el cual las propuestas alemanas sobre la uni¨®n monetaria ¡°son conocidas desde hace tiempo¡±. Por otra parte, Europa aparece solo de refil¨®n en los diez puntos que el SPD se lleva a las negociaciones con Merkel. Grandes ausentes son los eurobonos, de los que ya nadie habla en Alemania.
Los problemas de una gran reforma de los Tratados pueden venir de dos flancos: los euroesc¨¦pticos, cada vez m¨¢s potentes en pa¨ªses como Francia, desacreditar¨¢n el proyecto en la medida de sus posibilidades. De otra parte, los europe¨ªstas tienen miedo de emprender ahora un proceso de reforma de los Tratados, que podr¨ªa abrir la puerta a cambios en sentido contrario. Cabe esperar que los euroesc¨¦pticos de todo color y procedencia ganen fuerza en las pr¨®ximas elecciones europeas. As¨ª que probablemente Europa siga con una pol¨ªtica de peque?os pasos, que evite a pa¨ªses como Francia tener que ratificar un nuevo pacto europeo en pleno auge de la ultraderecha.
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