¡°La estrategia del Gobierno est¨¢ siendo m¨¢s contundente que en a?os anteriores¡±
El periodista mexicano Javier Garza eval¨²a la situaci¨®n de la Comarca Lagunera tras dejar su puesto en 'El Siglo de Torre¨®n'
¡°Ninguna nota vale una vida¡±. Lo dice un hombre que estudi¨® el oficio de periodista en los noventa, cuando ¡°la profesi¨®n no supon¨ªa el riesgo de ahora¡±. Durante los ¨²ltimos siete a?os Javier Garza (Torre¨®n, 1973) ha estado al frente de la direcci¨®n del peri¨®dico m¨¢s importante de la Comarca Lagunera, una zona del norte de M¨¦xico azotada desde 2007 por la violencia del narcotr¨¢fico. Las instalaciones y el personal de El Siglo de Torre¨®n, en el Estado de Coahuila, han sido objeto de ataques por parte de los grupos del crimen organizado. Apenas una semana despu¨¦s de que el periodista haya dejado el diario, EL PA?S charla con Javier Garza en la terraza de un conocido caf¨¦ del barrio de la Roma, una zona moderna del Distrito Federal y un emplazamiento agradable, donde el entrevistado puede fumar un cigarro tras otros mientras platica sobre su experiencia de estos a?os. Adem¨¢s de haber sido editor y redactor del diario Reforma, Garza trabaj¨® como colaborador de Wradio, Radiof¨®rmula o Animal Pol¨ªtico. Despu¨¦s de varios meses de aparente calma en la regi¨®n, el periodista eval¨²a con cierto optimismo la situaci¨®n ahora:
"En la Comarca Lagunera la seguridad ha mejorado en ciertos aspectos, no en otros, pero en t¨¦rminos de violencia desatada por el crimen organizado ha bajado sustancialmente con respecto al a?o pasado, cuando tuvimos niveles enormes con meses de m¨¢s de 100 homicidios en al zona metropolitana. Este a?o la reducci¨®n es del 50%. Sin embargo, aunque la violencia criminal est¨¢ cediendo, hay otras manifestaciones: secuestros, asaltos a mano armada y extorsiones, con nuevas modalidades como los secuestros expr¨¦s y atracos a restaurantes".
Pregunta. ?A qu¨¦ se debe esta mejora?
Respuesta. Nosotros tuvimos una experiencia muy traum¨¢tica en febrero con el secuestro de cinco trabajadores y posteriormente con tres agresiones a balazos contra polic¨ªas que proteg¨ªan el peri¨®dico. La respuesta de las autoridades fue contundente y desarticularon a la c¨¦lula responsable de los ataques. Con eso dieron el mensaje al menos de que las agresiones de ese tipo a medios no iban a quedar impunes. La principal causa de un ataque, agresi¨®n o intimidaci¨®n a un medio es que el anterior ataque o agresi¨®n qued¨® impune. La bajada de los ataques tambi¨¦n puede deberse a que en la lucha de facciones entre c¨¢rteles, un grupo empez¨® a predominar sobre otro.
P. Entonces, ?la estrategia del nuevo Gobierno est¨¢ siendo acertada?
R. Satisfactoria no podr¨ªamos decir, porque implica caer en complacencia, pero ha sido mucho m¨¢s contundente y mejor organizada que en a?os anteriores. El punto de quiebra fue el secuestro de los trabajadores de El Siglo y las agresiones contra la Polic¨ªa Federal. Eso puso a las autoridades, principalmente al Gobierno Federal en una situaci¨®n en la que se estaba revelando su incapacidad, la falta de efectividad e intentaron revertirlo con mayor coordinaci¨®n y colaboraci¨®n. El hecho de que un nuevo Gobierno quiera dar resultados en el arranque de su mandato ha ayudado, pero en la medida en la que los grupos del crimen organizado son afectados, se dispersan y empiezan a cometer otra serie de delitos, como asaltos, robos, extorsi¨®n o secuestros. Se supone que estos deber¨ªan ser m¨¢s f¨¢ciles de perseguir y castigar, pero a¨²n no ha habido resultados.
Cuando Javier Garza volvi¨® a Torre¨®n, en 2006, despu¨¦s de a?os de actividad profesional fuera, la calidad de vida en la zona era muy distinta. En ese momento la violencia era noticia nacional, pero a¨²n no hab¨ªa tocado a La Laguna. La ¨²nica crisis seria que hab¨ªamos vivido hsat ese momento era la de los noventa, con una ola de secuestros muy fuerte, que dur¨® dos a?os y fue desmantelada. Eso pas¨®, dej¨® de ser problema y volvimos a caer en una rutina de tranquilidad. Sn embargo, el n¨²mero de homicidios se duplic¨® de 2007 a 2008 y de 2008 a 2009 se triplica. Si en 2007 ten¨ªamos 89 homicidios, en 2012 pasamos a 1.095, es decir, se multiplic¨® por once en cinco a?os.
P. ?Y c¨®mo fue evolucionando el trabajo del peri¨®dico a la hora de enfrentarse a esta nueva realidad?
R. Empezamos con coberturas muy agresivas del fen¨®meno de la violencia que en la medida en que empezaron las intimidaciones y los ataques contra los medios tuvimos que ir adecuando. No buscamos la estrategia de la autocensura total, porque eso al final de cuentas es contraproducente, pero s¨ª tuvimos que empezar a adecuar las maneras en que trat¨¢bamos el fen¨®meno, porque muchas de esas notas pueden provocar represalias, reacciones, que maten a un reportero, que lo secuestren o que te balaceen el edificio. El tratamiento de las noticias s¨ª supuso una discusi¨®n constante siempre tratando de cumplir dos objetivos que pudieran parecer contradictorios: el deber de informar y el deber de proteger a la gente que trabaja en el peri¨®dico.
P. Pero siempre tiene que prevalecer uno sobre otro, ?cu¨¢l es el criterio?
R. ¡°El deber que prevalece siempre es el de que ninguna nota vale una vida¡±. Claro que el peri¨®dico se ha cuestionado y tenemos lectores que nos han cuestionado por qu¨¦ no public¨¢bamos todo lo que est¨¢ pasando. Pero eso supon¨ªa ponerte en una situaci¨®n de riesgo. Por ejemplo, el secuestro de los cinco trabajadores estuvo relacionado al despliegue que hab¨ªamos estado d¨¢ndole d¨ªas pasados a ciertos hechos violentos¡±.
Garza todav¨ªa se revuelve al recordarlo: ¡°Fue estremecedor, porque las medidas de seguridad estaba desarrollados para reporteros, fot¨®grafos, pero no para gente de fuera de la redacci¨®n y el ataque fue a administrativos, gente de internet y del ¨¢rea de dise?o. En este sentido, siempre tienes que estar pensando en los nuevos escenarios. Supongo que de la experiencia de la violencia lo m¨¢s importante que me llevo de El Siglo es el haber podido desarrollar una especie de modelo de protecci¨®n que de alguna manera sirvi¨®, o no, para minimizar los ataques. Por lo menos sent¨ªamos que est¨¢bamos haciendo algo, que se pensaba mejor la cobertura, que se tomaban medidas de seguridad para proteger a reporteros, a donde ir a donde no... Ojal¨¢ y nunca lo hubi¨¦ramos vivido pero ya que pas¨® yo siento que hab¨ªa que hacer algo y echarle cabeza al asunto¡±.
P. ?Y de haber sabido a lo que se enfrentaba hubiese aceptado el cargo hace siete a?os?
R. Para nada pens¨¦ que tendr¨ªa que enfrentar todo lo que enfrent¨¦ cuando llegu¨¦ al peri¨®dico, pero te dir¨ªa que s¨ª porque la violencia no es la ¨²nica noticia que est¨¢ pasando en la Laguna. Es la m¨¢s importante, indudablemente, pero no la ¨²nica. Hay formas de hacer periodismo a nivel local y hacer servicio. De todas formas, en cuanto a la violencia, en el periodismo est¨¢s en las buenas y en las malas, no puedes estar solamente en las buenas y cuando la cosa se pone dif¨ªcil, irte. Mi salida del Siglo se da por otras cuestiones que tienen m¨¢s que ver con proyectos personales y con din¨¢micas propias del peri¨®dico, pero no con la violencia. Yo nunca quise salirme cuando las cosas estaban dif¨ªciles.
P. ?Se ha notado una mejora en la calidad de vida de la poblaci¨®n en la Comarca?
R. El miedo baja y sube. En la medida en que deja de haber episodios de violencia visibles, disminuye, pero luego pasa algo y la gente deja de salir. Los ritmos de la ciudad se alteran y van cambiando en funci¨®n de la violencia. Ahora estamos un poco m¨¢s tranquilos, pero el nivel de seguridad anterior a 2006 no lo hemos tenido.
P. ?Es irrecuperable?
R. No lo s¨¦, yo espero que s¨ª, pero no s¨¦ cu¨¢nto tiempo nos vayamos a tardar.
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