Siembra revolucionaria
El retroceso en la condici¨®n de la mujer en los pa¨ªses ¨¢rabes desde 2011 es el clavo que remacha el catafalco en el que hemos enterrado las revoluciones ¨¢rabes. Primero fue la toma de poder por parte de los islamistas en los pa¨ªses punteros. Despu¨¦s, su fracaso en la gesti¨®n econ¨®mica y, sobre todo, en la construcci¨®n de unas democracias plurales e inclusivas. Finalmente, faltaban los datos que confirmaran lo que todo el mundo intu¨ªa respecto a la p¨¦rdida de derechos por parte de las mujeres: los han proporcionado 336 expertos encuestados por la fundaci¨®n Thomson Reuters en los 22 pa¨ªses miembros de la Liga ?rabe, casi todos ellos firmantes y escandalosos incumplidores en distintos grados de la Convenci¨®n de Naciones Unidas para la Eliminaci¨®n de la Discriminaci¨®n contra las Mujeres.
Destaca el p¨¦simo y vergonzoso lugar que ocupa Egipto, exactamente el ¨²ltimo. Solo nueve mujeres fueron elegidas entre las 987 que se presentaron a las elecciones. Una cifra pr¨®xima al cien por cien (99,3%) de las ni?as y las mujeres sufre acoso sexual, y un 91% ha sufrido alg¨²n tipo de mutilaci¨®n genital. La breve permanencia de los Hermanos Musulmanes en el poder ha empeorado las cosas, pero no son ellos los ¨²nicos enemigos declarados de las mujeres. La dictadura de Mubarak utiliz¨® la violencia contra las manifestantes, y lo mismo ha venido haciendo el ej¨¦rcito, ahora con pleno control del pa¨ªs, con sus pruebas de virginidad a las detenidas.
La condici¨®n de la mujer antes de las revueltas ¨¢rabes no era mejor que ahora. Es cierto que se hallaban aparentemente m¨¢s protegidas bajo reg¨ªmenes dictatoriales y policiales, pero las movilizaciones callejeras, sobre todo en Egipto y T¨²nez, significaron el despertar de la conciencia entre numerosas mujeres humildes e iletradas, por primera vez enfrentadas al poder en reivindicaci¨®n de su ciudadan¨ªa. La yemen¨ª Tawakkul Karman recibi¨® el Premio Nobel de la Paz de 2011 en reconocimiento del papel de las mujeres en la primavera ¨¢rabe.
Hay una especie de alivio occidental ante la traici¨®n que han sufrido las revoluciones de 2011, pero ya est¨¢ hecha la siembra de las ideas, sobre todo del derecho de las mujeres a tener derechos como los hombres, principalmente en las zonas de las sociedades ¨¢rabes adonde nunca hab¨ªa llegado un feminismo puramente restringido hasta ahora a las ¨¦lites.
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