Una advertencia de Al Qaeda a Ir¨¢n

La intervenci¨®n directa de Ir¨¢n y la milicia ch¨ªta libanesa Hezbol¨¢ en la guerra siria, que le ha permitido al r¨¦gimen de Bachar el Asad ganar terreno en los pasados meses, comienza ahora a tener sus consecuencias m¨¢s graves. El eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil en esa cadena de intereses es Hezbol¨¢, que aunque controla el gobierno de L¨ªbano, se enfrenta a una creciente oposici¨®n en la poblaci¨®n sun¨ª de su pa¨ªs y se ha visto como objetivo de una serie de ataques en su feudo en la Dahiya, en las afueras de Beirut. Quienes le hacen la oposici¨®n, como el Movimiento Futuro, ya han acusado a la milicia chi¨ªta de ser causante indirecta del ¨²ltimo ataque en Beirut de este martes con al menos 23 muertos, por su cada vez m¨¢s abierta y desafiante implicaci¨®n en la guerra civil del pa¨ªs vecino.

La inacci¨®n de los poderes occidentales, incapaces hasta la fecha de apoyar con armas o con intervenciones militares limitadas a los rebeldes moderados ha permitido la casi desintegraci¨®n de ese bando, fagocitado por una serie de milicias yihadistas con idearios muy variados pero una com¨²n lealtad a Al Qaeda. Precisamente un grupo afiliado libremente a esa organizaci¨®n terrorista, las brigadas Abdullah Azzam, ha reclamado en las redes sociales la autor¨ªa del ataque de este martes contra la embajada iran¨ª, cerca de la Dahiya, el feudo que controla y desde el que opera Hezbol¨¢. Al Qaeda lucha desde hace meses en Siria y parece decidida a llevar sus m¨¦todos, sobre todo los ataques suicidas, a otros pa¨ªses en la regi¨®n. Y mientras m¨¢s avanza Al Qaeda, m¨¢s refuerza a El Asad y a su r¨¦gimen en Siria.

El r¨¦gimen inici¨® el fin de semana una gran ofensiva para asegurar definitivamente la carretera que une Damasco con la costa mediterr¨¢nea meridional. La excusa, circulada de forma no oficial por varios altos funcionarios sirios, es poder tener una v¨ªa de evacuaci¨®n de los arsenales qu¨ªmicos cuya destrucci¨®n supervisa la Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas. En la pr¨¢ctica, sin necesidad de usar armas qu¨ªmicas, con artiller¨ªa, misiles y batidas a¨¦reas, el gobierno sirio sigue ganando terreno en una guerra que dura ya m¨¢s de dos a?os y medio y que ha provocado seis millones de desplazamientos. Una ofensiva sobre Qara, una localidad siria fronteriza hasta ahora controlada por los rebeldes, ya ha empujado a 10.000 refugiados a L¨ªbano, que en el transcurso de esta guerra ya ha acogido a otros 800.000.

Hezbol¨¢ no ha escondido su participaci¨®n en la guerra vecina. Ha enterrado p¨²blicamente a sus milicianos muertos en Siria, llor¨¢ndoles como m¨¢rtires. La semana pasada, su l¨ªder, Has¨¢n Nasral¨¢, dijo en un discurso que sus hombres luchar¨¢n en Siria ¡°tanto tiempo como hayan razones para ello¡±. Su patr¨®n, Ir¨¢n, ha mantenido un perfil mucho m¨¢s bajo, aunque numerosos rebeldes y grupos observadores sirios han informado de la presencia de comandantes de su Guardia Revolucionaria entre las tropas y grupos paramilitares sirios. Hasta hoy, pocos riesgos directos hab¨ªa en esta guerra para el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s, ocupado negociando con occidente sobre su programa nuclear. El atentado contra su embajada en Beirut es una advertencia y un testimonio de lo grandes que son ya los abismos sectarios en Oriente Pr¨®ximo, entre el eje ch¨ªta y los radicalismos sun¨ªes.