Una matanza en la amazon¨ªa ecuatoriana ser¨¢ juzgada como genocidio
Las organizaciones waorani hab¨ªan pedido que los presuntos culpables fueran castigados conforme a las leyes ind¨ªgenas
Seis ind¨ªgenas waorani ser¨¢n juzgados por delito de genocidio por la matanza de por lo menos 20 miembros de los clanes tagaeri-taromenani, una tribu que ha permanecido oculta en la Amazon¨ªa ecuatoriana y que est¨¢ considerada una riqueza etnol¨®gica. Las organizaciones waorani hab¨ªan pedido que los presuntos culpables fueran juzgados dentro de la comunidad, bajo las leyes ind¨ªgenas, pero el Estado ecuatoriano, tras ocho meses de investigaciones, ha optado por aplicar la justicia ordinaria.
Los ind¨ªgenas fueron trasladados este mi¨¦rcoles por la tarde a una c¨¢rcel com¨²n fuera de su territorio. Su detenci¨®n se produjo el martes pasado en un operativo organizado por los ministerios de Interior y Justicia, en la comunidad de Yarentaro, en el Parque Nacional Yasun¨ª, donde residen. La Polic¨ªa entr¨® en esta zona selv¨¢tica en helic¨®ptero y tambi¨¦n rescat¨® a una de las dos ni?as tagaeri-taromenani que el grupo de atacantes sac¨® de la selva como si fueran trofeos de guerra.
Las dos menores, de tres y siete a?os, han estado en manos de sus captores desde el d¨ªa de la masacre de sus familiares, el pasado 30 de marzo pasado. El misionero capuchino Miguel ?ngel Cabodevilla, que incluso public¨® un libro sobre el suceso, denunci¨® estos hechos en numerosas ocasiones: "Si a un secuestrador, el Estado le permite quedarse con las ni?as raptadas, la mente de ese se?or no va entender cu¨¢l es la ley ecuatoriana".
La Fiscal¨ªa ha explicado en un comunicado que rescat¨® a la ni?a de siete a?os porque comprob¨® que estaba en situaci¨®n de indefensi¨®n, pero no ha dicho nada de la m¨¢s peque?a. De momento lo ¨²nico que se sabe es que la menor rescatada est¨¢ en el hospital de la ciudad de El Coca, el centro poblado m¨¢s grande junto al territorio waorani.
Los dirigentes waorani est¨¢n muy sorprendidos por la detenci¨®n y la decisi¨®n judicial, ya que hasta ahora el Estado no se hab¨ªa metido en sus asuntos internos. C¨¦sar Nigua, presidente la Organizaci¨®n de Nacionalidad Waorani de Orellana, dice que su intenci¨®n era aplicar la justicia ind¨ªgena. ¡°Yo iba a llevar a cabo un proceso pac¨ªfico, quer¨ªa que los atacantes pudiesen cumplir la norma waorani, iba a poner una sanci¨®n, justicia ind¨ªgena, castigo, tener detenidos a los atacantes en una casa, dar capacitaci¨®n para que entiendan sobre el derecho a la vida, pero el tiempo ya se pas¨®¡±, dijo
La matanza del 30 de marzo que ahora investiga la Fiscal¨ªa, aparentemente fue una venganza por la muerte de dos ancianos waorani que viv¨ªan en el interior de la selva, conservando sus costumbres, y que manten¨ªan contacto con los tagaeri-taromene. Estos, por alguna raz¨®n a¨²n desconocida, atravesaron con sus lanzas a la pareja.
La sucesi¨®n de revanchas ha sido una constante entre los pueblos que viven bajo la Ley del Tali¨®n y que se distanciaron en los a?os cincuenta, cuando la petrolera Texaco entr¨® en su territorio. Para iniciar sus operaciones, la compa?¨ªa apadrin¨® una misi¨®n pacificadora que reclut¨® a un grupo de waoranis, pero no pudo acercarse a una comunidad de guerreros que se intern¨® en la selva y hasta la fecha ha rechazado el contacto con la sociedad.
Las mayores bajas se han registrado en los clanes no contactados, pues usan lanzas talladas en madera mientras los waorani utilizan armas de fuego para perpetrar sus ataques. Una de las matanzas m¨¢s sangrientas ocurri¨® en mayo de 2003, cuando los waorani hallaron la casa de los tagaeri-taromenani y mataron a 10 mujeres y cinco ni?os con armas de fuego y lanzas, antes de quemarlo todo.
Para prevenir m¨¢s episodios de violencia entre estos dos pueblos ind¨ªgenas se form¨® en junio pasado una comisi¨®n por decreto presidencial, pero ni siquiera fue consultada sobre el operativo de detenci¨®n de esta semana. El investigador Jos¨¦ Tonello, que preside la comisi¨®n, manifiest¨® su sorpresa y asegur¨® que la intervenci¨®n del Estado es tard¨ªa. ¡°Se deb¨ªa actuar en abril pasado, justo despu¨¦s de la matanza, para causar menos sufrimiento, sobre todo a la ni?a que primero pierde a su familia y es sacada de su entorno, y ahora que ten¨ªa cierta estabilidad es alejada de la mujer a la que ya llamaba mam¨¢ en un helic¨®ptero que quiz¨¢s nunca hab¨ªa visto antes".
Milagros Aguirre, de la Fundaci¨®n Alejandro Labaka, que trabaja por la defensa de los pueblos ind¨ªgenas no contactados, tambi¨¦n habla del ¡°doble shock¡± que ha sufrido la ni?a tagaeri-taromenani. "Me parece incre¨ªble que no haya habido una v¨ªa de di¨¢logo en aras de conseguir la paz entre estos pueblos, yo no s¨¦ si las autoridades han medido las consecuencias de estas acciones¡±, dijo Aguirre.
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