Holanda pretende mantener cerrada la puerta a rumanos y b¨²lgaros
El 80% es contrario a permitir la llegada de trabajadores del Este de Europa en 2014 El Consejo de Europa critica el racismo con europeos de los nuevos pa¨ªses y musulmanes
![Isabel Ferrer](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F8b95639c-d8ad-4697-89e7-0a8b128cb4e1.png?auth=2ab4e65ae234b6368ea105ef1c40df093c1068ef274989c980910cd81cb9140c&width=100&height=100&smart=true)
![Arresto de varios iraquíes en Zwolle en agosto después de que sus demandas de asilo fueran rechazadas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/S26F6PKJ7IWOPPDULJWXZZCAUQ.jpg?auth=01dae1921da4ae8ebc32fb499db0a881d1a9a36608f8973132a40962d125a31b&width=414)
Holanda, hist¨®rica tierra de acogida, est¨¢ confusa. La pr¨®xima llegada de rumanos y b¨²lgaros al mercado de trabajo del resto de la UE enfrenta al Parlamento y crea malestar ciudadano. Entre los pol¨ªticos, el m¨¢s sonoro es el l¨ªder xen¨®fobo, Geert Wilders, que clama por contener ¡°un tsunami de desarrapados¡±. El Gobierno, una coalici¨®n de liberales y socialdem¨®cratas, tampoco est¨¢ conforme. Los primeros, se miran en el espejo del Reino Unido y se reconocen. Tambi¨¦n quieren reforzar los controles de las fronteras internas comunitarias a partir del 1 de enero de 2014. La socialdemocracia tiene un conflicto moral con la situaci¨®n, y prefiere centrarse en evitar la explotaci¨®n de futuros trabajadores poco cualificados. Sin embargo, el ministro de Asuntos Sociales, Lodewijk Asscher, es de su partido y uno de los m¨¢s firmes partidarios de los planes ¡°potencialmente interesantes¡± de Londres. Por eso expondr¨¢ el ¡°efecto negativo¡± de la libre circulaci¨®n de ciudadanos de pa¨ªses pobres en la cumbre comunitaria del d¨ªa 9.
?Seg¨²n la Oficina Central de Estad¨ªstica, unas 600.000 personas procedentes de otros pa¨ªses de la UE residen en Holanda. De estas, cerca de 20.000 percibe subsidios sociales. La proporci¨®n puede parecer asumible en t¨¦rminos contables, pero Holanda acaba de salir por los pelos de la recesi¨®n, ha perdido la triple A crediticia (est¨¢ en AA+) y roza los 700.000 parados en un pa¨ªs de casi 17 millones de habitantes. De ah¨ª que la figura del inmigrante del Este europeo haya acabado deform¨¢ndose. Como la Oficina Central de Planificaci¨®n, asesora del Gobierno, calcula que los viajeros b¨²lgaros y rumanos ¡°tendr¨¢n menos estudios que los polacos¡±, se presume que llegar¨¢n con intenci¨®n de pedir ayudas para toda la familia. Aunque no se dice abiertamente, se teme que muchos sean gitanos.
Mariana Campeanu, ministra rumana de Trabajo, ha rechazado el estereotipo en que se han convertido sus compatriotas con un argumento contundente: ¡°La mayor¨ªa de los emigrantes ya ha salido de Ruman¨ªa. Los que quedan ir¨¢n a lugares como Espa?a e Italia, con lenguas m¨¢s pr¨®ximas y una cultura parecida¡±, ha dicho. Su colega b¨²lgara, Rositsa Yankova, lo corrobora con un matiz. En su opini¨®n, ¡°los b¨²lgaros que marchan a Holanda pertenecen a la minor¨ªa de origen turco¡±. ¡°Es apetecida porque una de sus mayores comunidades de origen ¨¦tnico es de ascendencia turca¡± a?ade la pol¨ªtica.
La democracia cristiana holandesa, cuyo apoyo es esencial para un Gobierno sin mayor¨ªa en el Senado, cuida el vocabulario al formular sus reticencias: ¡°La llegada de estos trabajadores complicar¨¢ la b¨²squeda de empleos a los parados holandeses. Nuestro mercado tiene un aspecto nacional y tambi¨¦n europeo¡±, ha se?alado el diputado Pieter Heerma. En plena controversia, y con ocho de cada diez holandeses en contra de la apertura fronteriza de 2014, el Gobierno ha tenido que defenderse de la acusaci¨®n de ¡°racismo en el clima pol¨ªtico y medios de comunicaci¨®n nacional¡±, procedente del Consejo de Europa. El organismo reprocha la imagen que dan de europeos del Este y musulmanes. Muy molesto, el ministro Asscher, que est¨¢ cerrando acuerdos con Polonia, Ruman¨ªa y Bulgaria, y tambi¨¦n con empresas holandesas, para evitar la explotaci¨®n laboral (sobre todo en la agricultura y construcci¨®n) ha contestado que es ¡°demasiado f¨¢cil comparar la cr¨ªtica contra la inmigraci¨®n con el odio al extranjero¡±. ¡°No se puede decir que un pa¨ªs entero sea racista¡±.
El tono de su respuesta fue cortante porque es la segunda vez que el Consejo llamaba la atenci¨®n a La Haya. El pasado octubre, record¨® que deb¨ªa ¡°proporcionar alimento, ropa y cobijo¡± a los solicitantes de asilo rechazados ¡°hasta el fallo definitivo de los tribunales¡±. En 2010, una orden del propio Consejo prohibi¨® a Holanda dejar en la calle a los demandantes de refugio con hijos cuando no colaboraran en su repatriaci¨®n. La mayor ONG del ramo calcula que 5.000 personas corren igual suerte al a?o. El caso m¨¢s reciente, a¨²n sin resolver, lo protagonizan unas 200 personas que han agotado los recursos legales y ser¨¢n expulsadas. El ayuntamiento de ?msterdam quiere alojarles seis meses en una antigua prisi¨®n transformada en centro de acogida. Muchos fueron encarcelados en su tierra y no quieren ir. Otros dicen ser ap¨¢tridas, un callej¨®n sin salida, para el que la Comisi¨®n Nacional de Extranjer¨ªa acaba de aconsejar la entrega de permisos de residencia. Sobre todo a los ni?os.
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