El eje franco-alem¨¢n en el alero
El aumento de la distancia entre Francia y Alemania cuestiona la estabilidad futura de su amistad
Al d¨ªa siguiente de haber sido Merkel elegida canciller, el viaje protocolario a Par¨ªs ha escenificado la estrecha relaci¨®n franco-germana, esforz¨¢ndose ambas partes en recalcar una misma pol¨ªtica comunitaria. En la segunda posguerra los dos pa¨ªses derrotados, Francia por Alemania y Alemania por los aliados, descubrieron las consecuencias terribles que para ambas tuvieron la primera guerra mundial, con la revancha que signific¨® la segunda: una Europa por completo destruida bajo el dominio de dos potencias extracontinentales.
Para afianzarse entre el predominio americano y el sovi¨¦tico, a Francia no le qued¨® otro remedio que ganar como aliado a la Alemania derrotada. Con el consentimiento de Estados Unidos, que hab¨ªa iniciado con el plan Marshall la integraci¨®n de la Europa occidental para propiciar un r¨¢pido desarrollo econ¨®mico que contuviera la onda expansiva sovi¨¦tica, se dieron los pasos siguientes, la Comunidad del carb¨®n y del acero (CECA, 1950) y la creaci¨®n de la Comunidad Europea de Defensa (1952), aunque luego fracasara por la alianza de gaullistas y comunistas.
Desde su inicio la cooperaci¨®n franco-alemana cubre intereses comunes, pero tambi¨¦n otros muy distintos, hasta opuestos; de ah¨ª la larga lista de choques y malentendidos que se han producido. La guerra de Argelia origin¨®, sin duda, la confrontaci¨®n m¨¢s grave, aunque pudo mantenerse lo bastante oculta para no llegar a la ruptura.
Hasta la unificaci¨®n alemana cupo un cierto equilibrio entre ambos pa¨ªses: en el mundo bipolar de la guerra fr¨ªa, Francia alcanz¨® con De Gaulle una mayor autonom¨ªa pol¨ªtica, que equilibraba la superioridad econ¨®mica de Alemania. Dos decenios m¨¢s tarde, con una UE ampliada en un mundo globalizado con nuevas potencias emergentes, Alemania ha recuperado su independencia pol¨ªtica, con una influencia creciente hacia el Este ¡ªPolonia es la nueva aliada privilegiada¡ª pero tambi¨¦n ha aumentado el desnivel econ¨®mico entre un pa¨ªs de 82 millones de habitantes y otro de 65.
Francia crece a un ritmo inferior al de Alemania, llegando a rozar la recesi¨®n, con un desempleo del 10,9%, en octubre del 2013, mientras que el de Alemania es del 5,2%. Las exportaciones alemanas alcanzan el sexto lugar en el mundo, mientras Francia, el puesto 21, y una tendencia a disminuir el comercio exterior, sobre todo en lo que concierne a los productos de alta tecnolog¨ªa.
Frente a unos ¨ªndices econ¨®micos preocupantes, Francia mantiene una pol¨ªtica social mucho m¨¢s generosa, abundan las jubilaciones adelantadas a los 60 a?os y est¨¢ bastante extendida la semana laboral de 35 horas. La demanda de reformas es tan grande como la incapacidad del presidente Hollande para llevarlas adelante.
Al ir en aumento la distancia entre Alemania y Francia, es dif¨ªcil no preguntarse, si puede durar una amistad que hasta ahora se ha mostrado tan complicada. La cuesti¨®n es acuciante, porque nadie negar¨¢ que el futuro de la Uni¨®n depende en buena parte de la respuesta que demos a esta pregunta.
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