El sector privado venezolano reclama al un¨ªsono el pago de la deuda

No es solo una gotera. Son al menos tres y amenazan con convertirse en una riada. Al reclamo formulado desde la primera quincena de enero por las l¨ªneas a¨¦reas y los diarios impresos se suma el de la industria procesadora de alimentos. Todos estos actores esperan desde hace varios meses que la estatal Comisi¨®n de Administraci¨®n de Divisas (Cadivi) entregue las divisas preferenciales para mantener su operaci¨®n.

Este mi¨¦rcoles la C¨¢mara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) public¨® un extenso remitido en la prensa local para exponer su situaci¨®n: La deuda de Cadivi con el sector asciende a 2.431 millones de d¨®lares. ¡°Nuestros afiliados est¨¢n produciendo a plena capacidad en un entorno econ¨®mico de costos crecientes y dificultades para la adquisici¨®n de materias primas e insumos (¡­) Los precios regulados, incluyendo los que fueron congelados hace dos a?os, no se han ajustado de acuerdo con la revisi¨®n trimestral prevista, lo que ha impedido la obtenci¨®n de una rentabilidad acorde con las necesidades de inversi¨®n¡±.

El chavismo estableci¨® un r¨ªgido control de cambios en 2003 que impide la libre compra y venta de divisas. Empresas p¨²blicas y privadas acuden al gobierno para que ¨¦ste autorice las divisas ¨Ca un cambio de Bs 6.30 por d¨®lar- que les permita importar materias primas o productos terminados.

La deuda, seg¨²n Cavidea, es el principal obst¨¢culo para la producci¨®n de alimentos en Venezuela, porque impide a las empresas pagar sus compromisos con los proveedores internacionales y contar con l¨ªneas de cr¨¦dito. En un pa¨ªs con tradici¨®n importadora como Venezuela la falta de d¨®lares para importar es la principal raz¨®n del generalizado desabastecimiento. En 2013, seg¨²n cifras del Banco Central de Venezuela, la escasez trep¨® a 22,2%, el promedio m¨¢s alto de la ¨²ltima d¨¦cada. Aunque en el pasado ha habido picos de mayor carest¨ªa esta es la primera vez en tanto tiempo que la escasez ya es parte del paisaje. Basta con recorrer los anaqueles de supermercados, ferreter¨ªas o ventas de electrodom¨¦sticos para comprobarlo. En Venezuela lo cotidiano comienza a ser extraordinario.

Esta cifra se suma a los montos ya conocidos por la opini¨®n p¨²blica: una deuda de 3.600 millones de d¨®lares con las l¨ªneas a¨¦reas ¨Cque ha provocado la reducci¨®n de la oferta de asientos disponibles para viajar desde Caracas-, de 2.300 millones de d¨®lares con el sector farmac¨¦utico, de 4 millones de d¨®lares con el diario El Nacional y de 877 mil d¨®lares con el peri¨®dico El Carabobe?o, de la ciudad de Valencia.

Durante toda la semana los periodistas de diversos impresos, acompa?ados por directivos del gremio que los agrupa, han protestado exigiendo el pago de divisas. Hasta ahora la presi¨®n no ha surtido efecto. Por esa raz¨®n a partir de este jueves El Nacional reducir¨¢ su paginaci¨®n a dos cuerpos. ¡°Si antes ten¨ªamos papel para tres semanas ahora podremos circular por dos meses con este nivel de inventario¡±, asegur¨® a este diario el presidente-editor de esa publicaci¨®n Miguel Henrique Otero.

Hay dos razones posibles que explican la tardanza en honrar los compromisos. La primera es la falta de dinero. Las cifras m¨¢s conservadoras indican que el gobierno adeuda al sector privado entre 9 mil y 10 mil millones de d¨®lares. Para el 28 de enero las reservas internacionales estaban en 21.164 millones de d¨®lares. Buena parte de ese dinero est¨¢ en oro y la disponibilidad de efectivo alcanza apenas, seg¨²n los c¨¢lculos de economistas, para pagar una semana de importaciones.

La otra raz¨®n, m¨¢s pol¨ªtica, es la decidida voluntad del Gobierno de fiscalizar con rigor que no se sobrefacturen las importaciones. En el pasado reconocieron que entregaron a empresas fantasmas o que sobrefacturaron sus pedidos m¨¢s de 20 mil millones de d¨®lares. Esa decisi¨®n qued¨® en evidencia al conocerse la devaluaci¨®n de la moneda local, el bol¨ªvar, que incluy¨® una dr¨¢stica reducci¨®n del cupo anual de divisas autorizadas a los particulares para consumos en el exterior. El vicepresidente del ¨¢rea econ¨®mica y ministro de Energ¨ªa y Petr¨®leo, Rafael Ram¨ªrez, dud¨® de las cifras dadas a conocer por el sector privado. ¡°All¨ª hay mucha grasa¡±, dijo.

Una fuente del sector farmac¨¦utico que pidi¨® la reserva de su identidad confirm¨® a este diario que el gobierno, a trav¨¦s del ministro de Salud Francisco Armada, traslad¨® su voluntad de cancelar toda la deuda si se le reconoce un descuento del 40%. ¡°Por supuesto que nosotros no lo aceptamos. Que establezcan un cronograma de pago¡±, explic¨®. Es la misma f¨®rmula utilizada por la estatal Petr¨®leos de Venezuela con sus proveedores y socios entre 2008 y 2009 cuando cay¨® el precio del barril de petr¨®leo a unos 35 d¨®lares por la crisis financiera mundial. Aquella vez salieron del atolladero. Esta vez el asunto no parece tan sencillo.