La captura del icono
'El Chapo' Guzm¨¢n evadi¨® a polic¨ªas y militares en buena parte gracias a las lucha entre funcionarios en los gobiernos panistas
Capturar a Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n, leyenda negra viva del narcotr¨¢fico era una aspiraci¨®n que en M¨¦xico no era compartida. Desde que se fug¨® en un veh¨ªculo de lavander¨ªa de una prisi¨®n de m¨¢xima seguridad en Jalisco en enero de 2001 donde cumpl¨ªa una condena de 20 a?os por delitos contra la salud, fue motivo de fricciones dentro de los gobiernos panistas, una din¨¢mica que los coloc¨® ante la opini¨®n p¨²blica como protectores del criminal, en detrimento de la lucha total contra los c¨¢rteles de la droga.
El Chapo?Guzm¨¢n logr¨® evadir a polic¨ªas y militares en buena parte gracias a las luchas entre los funcionarios durante los gobiernos panistas. En el Gobierno de Vicente Fox (2000-2006), en al menos tres ocasiones agentes federales estuvieron a horas de capturarlo, pero en dos ocasiones las indiscreciones de funcionarios ayudaron a que se escapara, y en otra, la falta de una autorizaci¨®n para que se procediera a detenerlo, le permiti¨® huir. En el de Felipe Calder¨®n (2006-2012), los conflictos intramuros que ten¨ªan como su arena p¨²blica la prensa, impidieron el objetivo. En una ocasi¨®n, cuando se segu¨ªa una pista muy segura y se hab¨ªa detenido a quien conoc¨ªa su bit¨¢cora, dentro del mismo gobierno se boicote¨® la b¨²squeda cuando revelaron a la prensa en qu¨¦ andaban los agentes federales.
Esta din¨¢mica de conflicto llev¨® a se?alar p¨²blicamente a los gobiernos panistas de proteger a El Chapo?Guzm¨¢n, convertido oficialmente en el criminal m¨¢s buscado en M¨¦xico, pero a la vez, el m¨¢s elusivo. Su captura hace unos d¨ªas en Mazatl¨¢n, un destino tur¨ªstico en el estado de Sinaloa que ha sido la m¨¢quina productora de los principales capos del narcotr¨¢fico en la historia de M¨¦xico, prob¨® que el argumento central del gobierno de Enrique Pe?a Nieto de que el problema de la inseguridad y la violencia en los gobiernos panistas obedec¨ªa principalmente a la falta de coordinaci¨®n, tiene sustento real.
La persecuci¨®n de ¡°El Chapo¡± Guzm¨¢n comenz¨® hace m¨¢s de 10 d¨ªas, y participaron varias dependencias del gobierno mexicano que hab¨ªan recibido informaci¨®n de inteligencia de la DEA. Pero a diferencia de lo que hab¨ªa sucedido durante toda la d¨¦cada pasada, nadie filtr¨® informaci¨®n a la prensa. El operativo se inici¨® con una movilizaci¨®n de la Marina y la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica en tres estados del noroeste mexicano, Baja California, Sonora y Sinaloa, donde detuvieron a importantes jefes del C¨¢rtel del Pac¨ªfico ¨Cpor muchos conocidos por su viejo nombre de C¨¢rtel de Sinaloa-, a quienes se se?al¨® como miembros de las c¨¦lulas que respond¨ªan a Ismael?El Mayo Zambada, quien junto con Guzm¨¢n y Jos¨¦ Esparragoza, apodado?El Azul, son considerados los jefes de esa organizaci¨®n.
Su captura es de alto impacto. No por su importancia t¨¢ctica y operativa dentro del c¨¢rtel, sino por la leyenda que se hab¨ªa incrustado en el imaginario colectivo. La revista Forbes contribuy¨® enormemente a su imagen id¨ªlica para muchos que lo ve¨ªan, ante la marginalidad de sus vidas, como un modelo a seguir. Forbes lo colocaba en la lista de los multimillonarios del mundo, y parte del peque?o grupo de empresarios mexicanos que son invitados regulares en ese ranking. Misterioso y con un don de ubicuidad, la leyenda urbana contaba como llegaba a restaurantes de lujo con sus escoltas, que quitaban los m¨®viles a los clientes pero a quienes, generoso, les invitaba sus comidas.
La realidad, como narraban las personas cercanas a ¨¦l que fueron cayendo gradualmente en manos de los federales a lo largo de los a?os, es que no viv¨ªa en medio del glamour, sino a salto de mata, en la sierra de Durango, en los l¨ªmites de Sinaloa, en caba?as donde dorm¨ªa por 15 d¨ªas antes de mudarse a otra por razones de seguridad. El Chapo Guzm¨¢n, sin embargo, era la marca, el equivalente de Osama bin Laden para Estados Unidos, cuando las operaciones y decisiones reca¨ªan en la c¨¦lula de Al Qaeda en la pen¨ªnsula ar¨¢biga.
Su captura, un golpe pol¨ªtico y medi¨¢tico de enorme importancia para el gobierno de Pe?a Nieto no resuelve, sin embargo, el problema de fondo en la lucha contra los c¨¢rteles de la droga sino, se puede plantear, incluso la puede agravar. El Chapo Guzm¨¢n hab¨ªa dejado de ser la figura que tomaba las decisiones dentro del C¨¢rtel del Pac¨ªfico desde hace tiempo, responsabilidad que hab¨ªa ca¨ªdo en Zambada desde que estuvo en la c¨¢rcel. Para el C¨¢rtel del Pac¨ªfico, tener a una persona como Guzm¨¢n como la marca, era muy bueno para sus operaciones il¨ªcitas. Si la atenci¨®n estaba enfocada en ¨¦l, que no operaba t¨¢ctica ni estrat¨¦gicamente, los negocios podr¨ªan funcionar sin problemas adicionales.
La experiencia contraria se hab¨ªa dado a?os antes, cuando otra de las figuras m¨ªticas del narcotr¨¢fico mexicano, Amado Carrillo, a quien llamaban El Se?or de los Cielos, era la marca del C¨¢rtel de Ju¨¢rez, en los a?os noventa la gran organizaci¨®n criminal, y al mismo tiempo operaba y tomaba las decisiones. Sus propios lugartenientes optaron por matarlo ante el riesgo que significaba para el negocio.
El Chapo Guzm¨¢n no fue abandonado por Zambada y Esparragoza, sus compadres, quienes lo proteg¨ªan y financiaban. Su captura, empero, no puede verse como un acto aislado de las fuerzas federales, sino como parte de una operaci¨®n m¨¢s amplia en la cual es el primero de los jefes hist¨®ricos en caer. Las operaciones de la Marina y la PGR, con el apoyo de la DEA en el noroeste del pa¨ªs, sugieren que buscan a los otros jefes de esa banda. La sola persecuci¨®n modifica la correlaci¨®n de fuerzas de los c¨¢rteles de la droga en M¨¦xico.
Llevar a la defensiva al C¨¢rtel del Pac¨ªfico, como sucede en estos momentos, debilita directamente al C¨¢rtel Jalisco Nueva Generaci¨®n, la organizaci¨®n criminal que opera desde Jalisco, y que tiene a?os en guerra directa contra Los Caballeros Templarios en Michoac¨¢n y Los Zetas, que aunque tienen base en Tamaulipas, al otro lado del pa¨ªs, mantienen presencia en al menos 23 estados. El gobierno federal realiza una acci¨®n masiva en Michoac¨¢n contra Los Caballeros Templarios, que se han replegado y evitado la confrontaci¨®n directa con sus criminales y con el Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa Federal enviadas a Michoac¨¢n.
Reducir la presi¨®n del C¨¢rtel Jalisco Nueva Generaci¨®n es una disminuci¨®n en la presi¨®n a Los Caballeros Templarios, lo que no significa necesariamente que realizar¨¢n una contraofensiva, sino que les quitan, aunque temporalmente, un poderoso enemigo adicional enfrente. M¨¢s importante es el cambio en el balance de fuerzas con Los Zetas, enfrentados al C¨¢rtel del Pac¨ªfico por el control del narcotr¨¢fico en el pa¨ªs. En julio del a?o pasado el gobierno federal captur¨® a su jefe, Miguel ?ngel Trevi?o Morales, otra detenci¨®n de alto impacto que oblig¨® a una reorganizaci¨®n dentro del c¨¢rtel.
Sin embargo, Los Zetas no vivieron una fractura ni escisiones derivadas de la b¨²squeda del control de la organizaci¨®n. Su hermano Omar Trevi?o Morales qued¨® al frente del c¨¢rtel y los tres principales jefes dentro de Los Zetas mantienen el respaldo al hermano de su jefe y la hegemon¨ªa dentro de la organizaci¨®n. La debilidad que representa la detenci¨®n de El Chapo Guzm¨¢n y la persecuci¨®n de los otros jefes del C¨¢rtel del Pac¨ªfico, son buenas noticias para Los Zetas y muy malas para M¨¦xico. Los Zetas son el c¨¢rtel m¨¢s violento y sanguinario, que ten¨ªan en sus adversarios sinaloenses un contrapeso criminal. Ese balance natural que exist¨ªa, se ha roto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.