Mario Monti: ¡°Sin los ajustes en el Sur, Alemania no habr¨ªa cedido¡±
El ex primer ministro italiano aboga por no abandonar la senda de la disciplina fiscal
Mario Monti (Varese, Lombard¨ªa, 1943) ha sido uno de los m¨¢ximos protagonistas del drama de las turbulencias financieras que han azotado Europa en los ¨²ltimos a?os. En una entrevista concedida antes de su intervenci¨®n en la conferencia sobre el futuro de Europa organizada en Madrid por el Instituto Berggruen para la Gobernanza, el ex primer ministro italiano (2011-2013) y excomisario europeo ofrece su reconstrucci¨®n del pulso pol¨ªtico que ha llevado el continente a su actual situaci¨®n. Monti, que declin¨® hablar de pol¨ªtica italiana, cree que el rigor fiscal adoptado por los pa¨ªses del sur ha sido la clave para convencer a Berl¨ªn de que cediese y permitiese el giro del Banco Central Europeo (BCE) que ha llevado la calma a los mercados de deuda del continente. Sin esos sacrificios, los alemanes no habr¨ªan ablandado el pulso. Los esfuerzos del sur permitieron a Merkel virar paulatinamente, evitando la aparici¨®n de peligrosos movimientos populistas en Alemania, seg¨²n el an¨¢lisis de Monti, que aboga por no abandonar la senda de la disciplina fiscal, pero s¨ª por ofrecer m¨¢s margen al d¨¦ficit vinculado a inversiones.
Pregunta. Hay s¨ªntomas de recuperaci¨®n econ¨®mica en Europa. Pero son todav¨ªa muy d¨¦biles y llegan mucho m¨¢s tarde que en Estados Unidos, que opt¨® por una respuesta keynesiana a la crisis. ?Se ha aplicado demasiada austeridad en Europa?
Respuesta. Siempre es interesante comparar Estados Unidos y la Uni¨®n Europea. Pero no hay que olvidar diferencias fundamentales. Las pol¨ªticas keynesianas son uno de los motivos de la recuperaci¨®n estadounidense, pero no el ¨²nico. Otro, fundamental, es la flexibilidad de sus mercados. Eso, en Europa, es un elemento que todav¨ªa requiere reformas estructurales. Quiz¨¢ la UE ha sido demasiado prudente en t¨¦rminos de pol¨ªticas de recuperaci¨®n. Pero el tipo de pol¨ªticas que se necesitan para recuperar el crecimiento es necesariamente diferente de lo que ocurre en EE UU. Aunque tengamos una misma divisa, no tenemos todav¨ªa una uni¨®n fiscal ni pol¨ªtica. Europa paga el precio de la falta de uni¨®n pol¨ªtica, tiene mucho menos margen de maniobra.
P. Usted subraya que la UE no tiene los mismos instrumentos para atajar la crisis que un Gobierno nacional. Pero fue suficiente una frase de 11 palabras pronunciadas por el presidente del BCE en julio de 2012, en la que prometi¨® que har¨ªa lo necesario para salvar el euro, para calmar los mercados. ?No se podr¨ªan haber pronunciado antes? ?Si Alemania hubiese permitido ese tipo de discurso antes, no habr¨ªan sido m¨¢s f¨¢ciles las cosas?
R. El punto es que el presidente del BCE no puede decidir de repente, por s¨ª solo, tomar una actitud m¨¢s agresiva. Antes hubo que formar un consenso pol¨ªtico. Este se cristaliz¨® en la cumbre europea del mes anterior a esa declaraci¨®n de Mario Draghi. Ese consenso se construy¨® a lo largo de los meses previos, con un di¨¢logo muy discreto, tambi¨¦n en los G-8 y G-20 previos, e incluso con conversaciones con el presidente [Barack] Obama. El resultado fue el compromiso de hacer lo que fuera necesario para garantizar la estabilidad de la zona euro en su conjunto y, muy importante, de los mercados de los Estados miembros, flexibilizando el uso de los fondos de rescate. Estabilizar los mercados nacionales iba en contra de todos los dogmas monetarios alemanes, como usted sabe.
P. ?C¨®mo fue posible lograr ese acuerdo?
R. Varias cosas ocurrieron que permitieron convencer a los alemanes. En el periodo previo a esa cumbre, Italia hab¨ªa adoptado duras medidas presupuestarias. Y no pidi¨® ning¨²n rescate. Ese rigor me dio instrumentos para exigir. Si no hubiese sido as¨ª, habr¨ªa tenido que permanecer callado en esa cumbre. Pero eso me permiti¨® argumentar que, incluso si un pa¨ªs tomaba la direcci¨®n correcta, los mercados no ablandaban la presi¨®n, y eso demostraba que hab¨ªa un problema sist¨¦mico que hab¨ªa que resolver a nivel europeo.
P. ?C¨®mo se desarroll¨® esa negociaci¨®n? ?C¨®mo convenci¨® a la canciller Merkel en esa cumbre?
R. Fue una negociaci¨®n muy dura. El presidente Mariano Rajoy y yo bloqueamos el acuerdo para el crecimiento que estaba sobre la mesa. ?Cu¨¢l hubiese sido el efecto de ese pacto? Nulo. Porque la parte positiva se habr¨ªa perdido por la falta de acci¨®n acerca de la inestabilidad financiera. As¨ª, logramos ambos objetivos: estabilizaci¨®n y un primer paso hacia pol¨ªticas de crecimiento. El presidente del BCE, poco despu¨¦s, se sinti¨® legitimado para pronunciar esa frase. Naturalmente, la declaraci¨®n de la cumbre fue firmada por l¨ªderes que eran las m¨¢ximas autoridades pol¨ªticas, pero que sin embargo no dispon¨ªan de los medios para intervenir. El presidente del BCE no tiene la autoridad pol¨ªtica, pero s¨ª los medios. Despu¨¦s de ese consenso pol¨ªtico plasmado en el comunicado final de la cumbre, se sinti¨® c¨®modo para adoptar es postura. ?C¨®mo podr¨ªan los alemanes en el BCE oponerse a esa actitud, tras la declaraci¨®n del Consejo Europeo? La magia del asunto es que bastaron las palabras, no hizo falta intervenir. Es importante se?alar que, anteriormente, el BCE ya hab¨ªa intervenido con un programa de compra de bonos, pero no en un contexto serio. As¨ª, a pesar de la compra de t¨ªtulos de deuda p¨²blica, la prima de riesgo sigui¨® dispar¨¢ndose. La clave era la puesta en marcha de reformas cre¨ªbles.
P. ?Qu¨¦ pol¨ªtica econ¨®mica sugiere, ahora, a la espera de avances reales en la uni¨®n fiscal y pol¨ªtica?
R. Para m¨ª, la mejor estrategia en las actuales circunstancias es seguir con la disciplina fiscal, con las reformas estructurales, y tener como contrapartida por ese esfuerzo un marco pol¨ªtico m¨¢s permisivo, no para volver a la indisciplina fiscal, sino para permitir pol¨ªticas presupuestarias agresivas que son buenas estructuralmente, como las inversiones. Eso puede cuadrar el impulso alem¨¢n al rigor y el impulso al est¨ªmulo que proponen otros.
P. ?No es el momento para suavizar el ritmo de las reformas estructurales, tras tanto sufrimiento de los ciudadanos, y ahora que Alemania ha ablandado el pulso?
R. No. Significar¨ªa volver a la senda de la indisciplina fiscal. No estoy a favor de eso. Pero en la implementaci¨®n del pacto de estabilidad s¨ª creo que hay que tener un trato diferente para el gasto corriente y las inversiones p¨²blicas.
P. El presidente Rajoy sostiene que Espa?a ha salido de la crisis. ?Comparte la lectura?
R. No creo que el presidente Rajoy dijese que Espa?a est¨¢ totalmente fuera de toda crisis econ¨®mica y social. No soy un experto sobre Espa?a, pero no me parece que ese sea el caso. Supongo que lo que quer¨ªa decir Rajoy es que el drama de la crisis financiera ha pasado. Pero, ojo, puede volver. Espa?a ha hecho mucho para eliminar algunos de los desequilibrios que generaron la crisis. Hay signos de recuperaci¨®n. Pero probablemente queda un largo recorrido para recuperar un ritmo de crecimiento normal. Y eso no ocurrir¨¢ tan solo con el trabajo individual de los pa¨ªses. Hace falta un trabajo a nivel europeo.
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