Mosc¨² consolida su poder en Crimea
Retenes de soldados rusos cercan instalaciones militares en la pen¨ªnsula El Ej¨¦rcito ucranio se agrieta con la deserci¨®n del almirante de la Armada
La expansi¨®n militar rusa por la rep¨²blica aut¨®noma de Crimea (Ucrania) est¨¢ dividiendo las lealtades de los uniformados al servicio del Estado ucranio en esta pen¨ªnsula del mar Negro, sin que sea posible a¨²n valorar la envergadura de la fragmentaci¨®n y sus consecuencias.
El jefe de la Flota Militar ucrania (FMU), el contraalmirante Denis Berezovski, prest¨® juramento ¡°al pueblo de Crimea¡± en un acto organizado el domingo en Sebastopol tras una reuni¨®n entre el m¨¢ximo dirigente de Crimea, el presidente del Consejo de Ministros, Sergu¨¦i Axi¨®nov, y el jefe de la flota rusa del mar Negro, Aleksandr Bitk¨®. El s¨¢bado en Kiev el presidente ucranio en funciones, Alexandr Turch¨ªnov, hab¨ªa nombrado por decreto a Berezovski como jefe de la FMU.
Pero un d¨ªa despu¨¦s, Berezovski se puso al mando de lo que pasan a ser las Fuerzas Mar¨ªtimas de la Rep¨²blica de Crimea (FMC), seg¨²n pudo verse en un v¨ªdeo sobre el evento difundido por la agencia Unian. Berezovski iba acompa?ado de Axi¨®nov, que firm¨® la orden de nombramiento del contralmirante. ¡°Los militares ucranios, emplazados en Crimea, declaran de forma masiva su apoyo al Gobierno leg¨ªtimamente elegido de Crimea. Les agradezco su patriotismo¡±, afirm¨® Axi¨®nov.
Los rusos no llevan distintivos en los uniformes ni los veh¨ªculos castrenses
Y prosigui¨®: ¡°Los militares son una casta especial. Sienten de forma muy aguda el peligro de las acciones de combate y estoy seguro de que, junto con nosotros, hacen todo lo posible para no permitir que haya derramamiento de sangre y para hacer entrar en raz¨®n a los desgraciados pol¨ªticos que se han instalado en Kiev¡±. ¡°Los militares no quieren ser y no ser¨¢n correas de transmisi¨®n en manos de los partidarios de Bandera [Stepan Bandera, un nacionalista ucranio de extrema derecha]¡±, sentenci¨®. ¡°Los oficiales y los soldados de Crimea est¨¢n con nosotros¡±, dijo el primer ministro de la pen¨ªnsula. Antes, Berezovksi hab¨ªa dado orden a sus hombres de entregar las armas en una unidad militar de Crimea, seg¨²n el servicio RBK-Ukraina.
Al mismo tiempo, los soldados del Ministerio del Interior de Ucrania emplazados en Crimea han hecho saber que siguen respetando su juramento al pueblo ucranio, seg¨²n Nikol¨¢i Balab¨¢n, el jefe de la direcci¨®n territorial del Ministerio de Interior de Ucrania en la pen¨ªnsula. Unos buques del servicio de guardacostas de Crimea zarparon de su base de Balaklava, cercana a Sebastopol, y llegaron a Odessa, seg¨²n el servicio Dumskaia.Net, que publica una foto de las naves, el Grigori Kuropiatnikov y el Mikolaiv, en el puerto militar de esta ciudad del mar Negro. A Odessa procedente de Crimea lleg¨® tambi¨¦n otro buque guardacostas para tareas especiales de nombre Krim (Crimea) al que tambi¨¦n llaman ¡°el yate del presidente¡±.
Adem¨¢s, la 36? brigada motorizada de la defensa costera, emplazada en el pueblo de Perevalnoye, cerca de Simfer¨®pol, puso sus armas en custodia en los arsenales y guard¨® su equipo pesado, se?alaba a la agencia Ukrinform una fuente en el Ministerio de Defensa de Ucrania. A mediod¨ªa de ayer soldados rusos totalmente equipados pero sin se?as de identificaci¨®n tomaron posiciones a lo largo de todo el per¨ªmetro de las instalaciones de la 36? brigada. Eran varias decenas e iban armados con rifles y metralletas Kal¨¢shnikov. Les acompa?aban 14 camiones, seis todoterreno, una ambulancia, un cami¨®n cisterna, un generador el¨¦ctrico y un puesto de metralletas, seg¨²n pudo ver esta corresponsal.
Voluntarios cosacos apostados en la ruta hacia Kiev controlan el tr¨¢fico
¡°Esperemos que se encuentre un compromiso, que se tome una decisi¨®n y que no haya guerra¡±, dijo el teniente coronel Valeri Boiko, vicecomandante de la brigada, quien confirm¨® que se manten¨ªan conversaciones con los mandos rusos y que los rusos solo les hab¨ªan pedido que se custodiaran las armas, pero no hab¨ªan intentado entrar en el territorio de la brigada. ¡°Hay que buscar una v¨ªa de salida de la situaci¨®n de forma civilizada¡±, dijo. ¡°Creo que todo ser¨¢ tranquilo. Somos militares. Nos han pedido que las armas y explosivos en la base no caigan en manos de extremistas y no sean utilizadas para empeorar la situaci¨®n criminal¡±, explic¨® el teniente coronel. Refiri¨¦ndose a los rusos, el oficial dijo: ¡°Comprendemos que son militares y tienen una tarea. Nosotros cumpliremos la tarea de guardar las armas y las municiones. No somos sanguinarios ni queremos escalada¡±, afirm¨® Boiko.
En el primer batall¨®n de infanter¨ªa de marina de Feodosia se produjo una situaci¨®n semejante a la de la brigada motorizada.
La pen¨ªnsula con todo est¨¢ lejos de ser un¨¢nime en dar la bienvenida a los rusos, todav¨ªa sin distintivos en sus uniformes y en la mayor¨ªa de sus veh¨ªculos castrenses. De momento no se han producido enfrentamientos entre los uniformados de uno y otro bando. Existe una tercera fuerza que viene a luchar contra los rusos, patriotas para los representantes de Kiev y provocadores para los representantes de Crimea, que trata de penetrar en Crimea. Lo hacen en peque?os grupos o individualmente a trav¨¦s de las dos rutas principales sobre los estrechos istmos que unen la pen¨ªnsula con el continente. Cosacos apostados en la ruta de Kiev (controlada por las tropas de intervenci¨®n especial, las Berkut, de Sebastopol y soldados rusos) afirmaron que han detenido a personas que tratan de entrar en Crimea por la noche. ¡°Cada noche cazamos dos o tres¡±, dijo uno de los cosacos a un chofer local que se acerc¨® a un puesto de control en la ruta desde Kiev.
"?Que maten al arzobispo!"
"Que las fuerzas extranjeras ocupantes maten al arzobispo si quieren", dijo Kliment, arzobispo de Simfer¨®pol perteneciente a la Iglesia Ortodoxa sometida al patriarcado de Kiev. Kliment estaba frente a la verja principal de la brigada mecanizada n¨²mero 36 que hab¨ªa sido rodeada por las tropas rusas en Perevalnoye. Detr¨¢s del sacerdote, al otro lado de la verja, unos soldados ucranios miraban el despliegue ruso con desconcierto.
Kliment ped¨ªa al presidente Vlad¨ªmir Putin: "Retire las tropas y ll¨¦veselas a Rusia". Adem¨¢s, el arzobispo quer¨ªa que los firmantes del memor¨¢ndum de Budapest en 1994 cumplieron las promesas de seguridad que hicieron a Ucrania a cambio de que esta renunciara a las armas nucleares. "El territorio de Ucrania no es divisible", dec¨ªa Kliment, que se presentaba como descendiente de una familia oriunda de Crimea desde hace varias generaciones. Sus parientes, dijo, han sufrido varias deportaciones. "As¨ª que el amor de los rusos lo conozco muy bien", se?alaba el sacerdote.
Frente a los edificios de la brigada hab¨ªa tres ni?os con una guitarra, un enjambre de periodistas y tambi¨¦n ciudadanos que se fotografiaban sobre el tel¨®n de fondo de los enmascarados uniformados. Tambi¨¦n estaba Anatoli, cuyo hijo es polic¨ªa y estaba encerrado en una comisar¨ªa con otros compa?eros decididos a mantener su lealtad a las autoridades de Ucrania. Anatoli fue militar sovi¨¦tico, sirvi¨® luego en las tropas rusas en Chechenia, una contienda de la que no quiere hablar, pero que le hizo abandonar las Fuerzas Armadas de Rusia y volver a su tierra natal en Ucrania en 1995 en espera de una vida tranquila. Pero las turbulencias entre Rusia y Ucrania lo engullen y su grado de desesperaci¨®n es tal que no puede contener las l¨¢grimas.
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