El coraz¨®n de las protestas
Carlos Vargas es uno de los principales l¨ªderes del movimiento estudiantil que deton¨® las marchas en Venezuela. La hija de Rosa Orozco perdi¨® la vida en una de esas manifestaciones
Carlos Vargas preferir¨ªa estar en cualquier clase de Derecho en la Universidad Cat¨®lica Andr¨¦s Bello o pensando en la pr¨®xima chica con la que salir. Sin embargo, a sus 20 a?os, Vargas se ha erigido en el rostro y la voz del movimiento estudiantil venezolano que, con su marcha exigiendo al Gobierno del presidente Nicol¨¢s Maduro mayor seguridad en los centros educativos, deton¨® la chispa de las protestas sociales en Venezuela en pos de regeneraci¨®n democr¨¢tica atrofiada, denuncian, tras 15 a?os de chavismo.
La cara del l¨ªder estudiantil es como la de cualquier joven de su edad, pero su discurso arroja una madurez y una claridad propias de un veterano orador. A su lado, contrasta la tristeza del rostro de Rosa Orozco, la madre de Geraldine Moreno, la estudiante de 26 a?os que este s¨¢bado har¨¢ un mes que muri¨® tras ser alcanzada en la cara por un disparo de perdigones cuando se manifestaba en las calles de Carabobo.
Vargas y Orozco, junto con el veterano sindicalista Iv¨¢n Freites, forman parte de la comitiva que ha acompa?ado hasta Washington a la diputada opositora Mar¨ªa Corina Machado para llamar la atenci¨®n sobre la desintegraci¨®n de las instituciones democr¨¢ticas en Venezuela y la represi¨®n ejercida por el Gobierno de Maduro contra los manifetsantes. Los tres ejemplifican los distintos sectores y sensibilidades que han confluido en ese pa¨ªs a lo largo del poco m¨¢s de un mes de protestas que enfrentan a un amplio sector de la poblaci¨®n civil venezolana con el Gobierno bolivariano. ¡°Lo que pasa en Venezuela no es democracia y no es normal¡±, denuncia Vargas a ¨²ltima hora de la tarde del jueves en un encuentro con estudiantes venezolanos de la universidad George Washington.
Entre sus palabras se desliza la determinaci¨®n de quien conf¨ªa plenamente en la legitimidad y justicia de su empe?o aderezada con el arrojo propio de su juventud. Sus declaraciones, sin embargo, adolecen de cualquier atisbo de ingenuidad o idealismo manido. Varios de sus compa?eros de clase est¨¢n presos o han sido torturados o asesinados durante las protestas. ¡°Esta es una realidad que no se viv¨ªa hace seis meses, estas circunstancias van a influir para siempre en sus vidas y si no lo capitalizamos la frustraci¨®n puede ser muy grande¡±, advierte.
El 12 de febrero, los estudiantes decidieron manifestarse para exigir al Gobierno mayor seguridad en las aulas, era ¡°una lucha inmediata¡±, reconoce Vargas, a la que se han ido incorporando paulatinamente madres, padres, m¨¦dicos, trabajadores, partidos pol¨ªticos¡ Una amalgama de intereses comunes pero no coincidentes cuya unidad quiere liderar el movimiento estudiantil. ¡°Somos estudiantes j¨®venes, sin tendencias pol¨ªticas. Nuestro planteamiento es unificar, es que dentro de esas divisiones que puedan darse dentro de la Mesa de Unidad Democr¨¢tica, dentro de los sindicatos o de otros gremios de la sociedad civil, el movimiento estudiantil sea la voz y el pegamento de esas bases estructurales en la construcci¨®n de un futuro mejor¡±, se?ala a EL PA?S, tras el encuentro con estudiantes.
Ese camino tiene una meta muy definida ¡°la democratizaci¨®n y la reconciliaci¨®n¡±, que pasa por explicar ese plan a los ciudadanos indecisos o que tienen miedo, pero sin abandonar la calle. Una estrategia que Orozco comparte. ¡°A los muchachos siempre les he dicho que tenemos que estar en la calle pac¨ªficamente y con la constituci¨®n en la mano. Nosotros somos dem¨®cratas, no somos gente de guerra, y somos venezolanos, como los que apoyan al chavismo¡±, denuncia.
Orozco lleva una camiseta con la foto de Geraldine. El recuerdo de su agon¨ªa es lo ¨²nico que quiebra su voz firme y decidida. ¡°Mi hija y yo, en estos ¨²ltimos 15 a?os, siempre hemos salido a marchar y cacerolear, pero la arremetida de este a?o fue impresionante¡±, dice. En lugar de descorazonarla, la muerte de su hija le ha reafirmado a¨²n m¨¢s en la necesidad de no abandonar las protestas, el ¨²nico camino que atisba para poner fin a la situaci¨®n en su pa¨ªs. ¡°Los muchachos no se van a cansar. La sociedad civil no se va a cansar. Ellos s¨ª se van a cansar. Y llegar¨¢ un momento en que los militares se van a dar cuenta de que nosotros somos pueblo, porque no puede ser que la mitad del pueblo est¨¦ en contra. Yo estoy esperando a que salga la otra mitad¡±.
Vargas y Orozco est¨¢n en Washington para transmitir la importancia de no desfallecer y de extender esa batalla que ellos est¨¢n protagonizando en las calles de Venezuela fuera del pa¨ªs. ¡°Estamos luchando por nuestro futuro, por las oportunidades que no nos est¨¢n brindando unas instituciones podridas y corruptas. La lucha no violenta se puede librar en Washington ¡°, les anima a los estudiantes de la George Washington.
La mayor parte de su audiencia, como ¨¦l, ha nacido o crecido con el chavismo, pero mantienen intactos sus or¨ªgenes democr¨¢ticos. ¡°Independientemente que uno haya nacido hace 15 a?os o hace 50, en Venezuela existe un sentimiento libertario que naci¨® hace 200 a?os y que todos tenemos desde que nacemos. Nosotros vemos la crisis tan dura que tenemos y eso es lo que nos hace levantar nuestra voz y salir a las calles a protestar por un cambio estructural, por un mejor pa¨ªs, por una Venezuela m¨¢s libre, justa y m¨¢s democr¨¢tica. Yo creo que es imposible apagar la llamarada venezolana de democracia¡±, dice Vargas
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