Slaviansk entierra a los tres muertos en la emboscada de Pascua
Kiev anuncia que reanuda la operaci¨®n antiterrorista contra los rebeldes El entierro de tres v¨ªctimas prorrusas se convierte en una afrenta nacionalista a Kiev
El multitudinario funeral de los tres defensores del pueblo de Bylbasovka, que perecieron en una emboscada en la noche del domingo de Pascua, consolida la resistencia contra las autoridades provisionales de Kiev en Slaviansk, la localidad que se ha constituido en el puesto avanzado del movimiento federalista y separatista prorruso en esta regi¨®n minera e industrial del este de Ucrania.
En Kiev, el presidente en funciones y jefe de la Rada, Alexandr Turch¨ªnov, se pronunci¨® ayer por la reanudaci¨®n de las ¡°acciones antiterroristas en el este del pa¨ªs¡±. ¡°Exijo de los cuerpos militares y del orden p¨²blico que se reanuden y lleven a cabo medidas antiterroristas eficaces, dirigidas a defender de los terroristas a los ciudadanos residentes en el este de Ucrania¡±, manifest¨® Turch¨ªnov en un comunicado colgado en la p¨¢gina web del Parlamento.
Turch¨ªnov afirm¨® adem¨¢s que ayer, cerca de Slaviansk, fueron encontrados dos cuerpos ¡°de personas salvajemente torturadas¡±, una de las cuales fue reconocida como Vlad¨ªmir Rybak, el diputado desaparecido del municipio de Gorlovka y afiliado al partido Patria, la formaci¨®n de Yulia Timoshenko. ¡°Los terroristas que tomaron como rehenes pr¨¢cticamente a toda la regi¨®n de Donetsk han traspasado los l¨ªmites, comenzando a torturar y a matar a patriotas de Ucrania¡±, escribi¨® Turch¨ªnov.
El presidente en funciones acus¨® a los combatientes del este de ¡°desafiar¡± no solo a Ucrania, sino tambi¨¦n a toda ¡°la comunidad mundial¡±, al burlarse de las decisiones tomadas en Ginebra. Se trata, seg¨²n dijo, de ¡°un delito cometido con el total apoyo y consentimiento de la Federaci¨®n Rusa¡±. Seg¨²n el Ministerio de Defensa de Ucrania, en las inmediaciones de Slaviansk habr¨ªa sido tiroteado ayer un avi¨®n militar An-30, que habr¨ªa logrado esquivar los tiros gracias a la pericia del piloto.
La carga emocional de las exequias religiosas en Slaviansk fue intensa. En la catedral, a pocos metros de la estatua de Lenin y del Ayuntamiento ocupado, se reunieron 18 dignatarios eclesi¨¢sticos, entre ellos cuatro arciprestes tocados con mitras. Los sacerdotes representaban a todas las parroquias de la comarca dependientes de la Iglesia Ortodoxa Rusa (subordinada al patriarca Kiril en Mosc¨²). Los ata¨²des descubiertos, con los cuerpos del chofer Sergu¨¦i Rudenko, el campesino Alexandr Sigalov y el cosaco Pavel Valenko, fueron colocados en el centro del templo. De ellos, Rudenko era el m¨¢s conocido por haber conducido un coche de bomberos y ¨²ltimamente el autob¨²s de una escuela. Su viuda, Yelena, estaba rodeada de sus tres hijos, dos de los cuales estaban con su padre en el puesto atacado. El menor sosten¨ªa en la mano el certificado de defunci¨®n de Rudenko, escrito en idioma ucraniano, la lengua estatal obligatoria para los documentos oficiales en estas regiones rusoparlantes.
¡°?Qui¨¦n hubiera podido decir que llegar¨ªa una ¨¦poca en que en la noche de Pascua la gente levantar¨ªa la mano contra sus hermanos y se matan entre ellos?¡±, dijo el arcipreste calificando a los muertos como ¡°gente pac¨ªfica, creyentes, trabajadores, desarmados¡±, que fueron ¡°asesinados¡± por gente que habl¨® ¡°con el plomo¡± y ¡°no con los labios¡±. ¡°?Qu¨¦ pasa aqu¨ª entre nosotros? Los hermanos se enfrentan con los hermanos. La gente comienza a odiarse. ?Qui¨¦n siembra este odio? ?Para qu¨¦? ?Con qu¨¦ fin?¡±, exclam¨® el sacerdote con la cruz en la mano.
¡°Esta hostilidad no es ni para un d¨ªa ni para dos, ni siquiera para a?os, sino para mucho tiempo¡±, afirm¨® el arcipreste. ¡°Que todo el mundo sepa, y no solo en Ucrania, que la Iglesia siempre exhort¨® a la paz (¡) y seguir¨¢ haci¨¦ndolo¡±, dijo. ¡°Puede que no todos sepamos rezar. Hoy vale la pena aprender, porque hay ¨¦pocas en las que rezan todos¡±, concluy¨®.
Cosacos del Don, en traje de gala, y tambi¨¦n el alcalde popular Viacheslav Ponomariov, sacaron a hombros los ata¨²des mientras repicaban las campanas. Los c¨¢nticos religiosos, que hab¨ªan sonado durante casi dos horas en el templo, fueron sustituidos por consignas en la calle. ¡°Vivan los h¨¦roes de Donb¨¢s¡±, gritaba la multitud concentrada en torno a la iglesia. Algo fue mal en el improvisado mitin y un grupo de uniformados con m¨¢scaras y fusiles Kal¨¢shnikov protestaron cuando alguien dijo por el meg¨¢fono que Rudenko hab¨ªa sido en realidad ¡°acuchillado¡±.
¡°Fue un francotirador. Ten¨ªa una ametralladora¡±, grit¨® uno de los enmascarados desde las escaleras del templo. ¡°Era una ametralladora alemana¡±. ¡°Asesinos, asesinos¡±, rugi¨® la multitud, y luego: ¡°El fascismo no pasar¨¢¡±. ¡°Las autoridades de Ucrania han declarado la guerra al sudeste del pa¨ªs (¡) Levant¨¦monos todos en la defensa del sudeste de Ucrania. Defendamos la Rep¨²blica Popular de Donetsk¡±, gritaba otro, refiri¨¦ndose a la entidad autoproclamada que aglutina a separatistas y federalistas.
A la ceremonia en Slaviansk hab¨ªan venido gentes de otros puntos de la provincia. De Nikol¨¢yevka, al noreste de Slaviansk, hab¨ªa llegado Andr¨¦i, que repart¨ªa octavillas de la RPD impresas con su propio dinero, seg¨²n dec¨ªa. Andr¨¦i aseguraba que los puestos de defensa de los federalistas hab¨ªan tenido que ser replegados en su localidad, es decir, lo mismo que hab¨ªa sucedido la v¨ªspera en Bylbasovka. La impresi¨®n de este interlocutor era que las fuerzas del Gobierno iban tomando posiciones en la retaguardia de la RPD y que por lo tanto era necesario cerrar filas. Comentarios casuales de vecinos de Slaviansk confirmaban que los milicianos est¨¢n hambrientos de armas.
En Kiev, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden exhort¨® a Rusia a ¡°dejar de hablar y comenzar a actuar¡± para superar la crisis de Ucrania. Biden advirti¨® de que continuar con el ¡°comportamiento provocador¡± causar¨ªa un ¡°mayor aislamiento¡± de Mosc¨², y manifest¨® que EE UU apoyar¨ªa a los nuevos l¨ªderes ucranios frente a las ¡°amenazas humillantes¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.