La miseria nutre las filas de Boko Haram
Los j¨®venes del estado nigeriano de Borno, acuciados por el paro y la miseria, queman escuelas por encargo de la secta yihadista a cambio de dinero
El episodio lo relat¨® en una entrevista reciente Kashim Shettima, gobernador del Estado de Borno, en el noreste de Nigeria. El pasado a?o, el presidente del pa¨ªs, Goodluck Jonathan, orden¨® la puesta en libertad de algunos adolescentes presos que hab¨ªan colaborado con la secta islamista radical Boko Haram. El Gobierno de Borno los cit¨® para entrevistarlos y saber algo m¨¢s de sus motivaciones para llevar a cabo actos violentos. Las de muchos eran nada m¨¢s y nada menos que unas 5.000 nairas (22 euros) por, por ejemplo, prender fuego a una escuela, uno de las dianas favoritas de Boko Haram. Los menores recib¨ªan algo menos por espiar a soldados y dar el chivatazo a los radicales para facilitar una emboscada. ¡°Esos ni?os que se convierten en adolescentes independientes en busca de su fortuna¡±, argumentaba Shettima durante la entrevista, ¡°son los mismos que est¨¢n expuestos a cualquier serm¨®n religioso o manipulaci¨®n¡±. El Estado que gobierna Shettima centra hoy las miradas de la comunidad internacional tras el secuestro y desaparici¨®n hace dos semanas de m¨¢s de 200 ni?as de un colegio p¨²blico de la localidad de Chibok.
No es la primera vez que el gobernador de Borno, uno de las tres regiones norte?as en estado de emergencia por la arremetida de la secta -junto a Adamawa y Yobe- relaciona la exclusi¨®n social de su tierra con la afiliaci¨®n de los j¨®venes a Boko Haram. En una intervenci¨®n anterior, Shettima lig¨® de forma directa la situaci¨®n de inseguridad en su Estado con la pobreza, el desempleo y la educaci¨®n. "Muchos j¨®venes est¨¢n desempleados¡±, argument¨®, ¡°y eso crea tensi¨®n y ociosidad, haci¨¦ndoles susceptibles a comportamientos aberrantes¡±.
Las cifras, con las dificultades que una tierra tan pobre imponen a su verificaci¨®n, dan motivos al gobernador de Borno para ondear la bandera de la pobreza. Seg¨²n el Banco Central de Nigeria, en la franja norte del pa¨ªs, de este a oeste, un 68% de los adultos sufre exclusi¨®n. Las estad¨ªsticas oficiales se?alan de igual modo que el paro azota a un 37% de los j¨®venes en todo el pa¨ªs, un porcentaje que se eleva hasta el 50% en el norte, donde la poblaci¨®n profesa el islam y donde Boko Haram siembra el terror desde hace algo m¨¢s de una d¨¦cada.
Y todo pese a que Nigeria bate varias marcas en ?frica: el pa¨ªs m¨¢s poblado (160 millones de habitantes), la mayor econom¨ªa, incluso por encima de Sud¨¢frica, y el primer exportador de petr¨®leo del continente. Nigeria es adem¨¢s un pa¨ªs extremadamente joven, con un 63% de la poblaci¨®n por debajo de los 25 a?os. Si la educaci¨®n es deficiente, si las oportunidades laborales tambi¨¦n, el caldo de cultivo para la captaci¨®n de los menores por grupos radicales est¨¢ servido. El think tank International Crisis Group (ICC) fue mucho m¨¢s expeditivo en uno de sus ¨²ltimos informes sobre el pa¨ªs: ¡°Hay un complejo lazo entre pol¨ªtica, corrupci¨®n, pobreza y violencia en Nigeria (¡) Las ¨¦lites ¨Cpol¨ªticas, econ¨®micas/comerciales, burocr¨¢ticas, tradicionales y religiosas se han visto arrastradas por una econom¨ªa dirigida por los ingentes recibos del petr¨®leo e implicadas en una corrupci¨®n sist¨¦mica a gran escala¡±. Nigeria ocupa el puesto 144 de los 177 pa¨ªses que forman el ranking de la corrupci¨®n que elabora Transparency International.
El petr¨®leo es una bendici¨®n a medias. De esta materia prima -90% de las exportaciones- tira actualmente la casi totalidad de una econom¨ªa tradicionalmente agr¨ªcola. Y de ah¨ª, con un insufrible dependencia sobre todo cuando cae el precio del barril, recoge los frutos un crecimiento econ¨®mico hoy algo por debajo del 7%. A¨²n as¨ª y como es norma en los productores de crudo del Sur, Nigeria importa gran parte del combustible que consume debido a la falta de capacidad para el refino del petr¨®leo.
Sin la corrupci¨®n en la administraci¨®n de los beneficios, prosigue el informe del ICC, todo podr¨ªa ser mejor: seg¨²n calculaba el exvicepresidente del Banco Mundial para ?frica Obiageli Ezekwesili, al que recuerda el ICC, las corruptelas han privado a los nigerianos de 400.000 millones de d¨®lares desde su independencia, en 1960. Un crecimiento del PIB en los ¨²ltimos a?os de entre el 6% y el 7% no ha evitado que la pobreza siga engordando. El ICC lleva la porci¨®n de nigerianos pobres o absolutamente pobres hasta el 70%. La regi¨®n noreste, all¨¢ donde opera Boko Haram y donde se localiza el Estado de Borno, se lleva la palma de la miseria de entre las seis zonas en las que se divide el pa¨ªs.
Como se?ala el Banco Mundial, en coincidencia con otros organismos, el estir¨®n de Nigeria, que pretende alzarse entre las 20 mayores econom¨ªas de aqu¨ª a 2020, pasa por diversificar su econom¨ªa al margen del petr¨®leo, modernizar su agricultura, infraestructuras, educaci¨®n y mejorar su entramado el¨¦ctrico (cuenta con una capacidad de 3.500 megavatios para una demanda estimada en 10.000 megavatios), muy dado a los cortes, sobre todo en la regi¨®n norte. Y si por ah¨ª no van los tiros, como se?ala el ICC, Nigeria seguir¨¢ fallando a su gente, tambi¨¦n en eso que conocemos como servicios sociales.
La falta de recursos, de una educaci¨®n, se?ala este think tank, empuja a millones de padres, sobre todo en el norte de Nigeria, a enviar a sus hijos a escuelas cor¨¢nicas ¨Cque no tienen que pagar a diferencia de los colegios tradicionales- para recibir la formaci¨®n religiosa de un im¨¢n. A estos ni?os se les conoce como almajiri (emigrantes al estilo de Mahoma). Muchos de estos menores acaban sirviendo en casas o mendigando para ganarse la vida fuera de la escuela. ¡°En un contexto de urbanizaci¨®n y pobreza creciente¡±, dice el ICC, ¡°esta pr¨¢ctica est¨¢ abierta a los abusos y puede derivar en la criminalidad¡±.
?¡°Si miras el historial de algunos de los miembros de la secta [de Boko Haram]¡±, dec¨ªa en la entrevista el gobernador de Borno, ¡°ver¨¢s que muchos son ni?os que fueron privados de oportunidades econ¨®micas¡±. La clave, apuntaba Khasim Shettima, para acabar con la ¡°locura y nihilismo¡± de Boko Haram, es emplear a esos menores, darles trabajo.
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