Un acuerdo m¨¢s pol¨ªtico que econ¨®mico
La Uni¨®n econ¨®mica apenas elevar¨¢ el PIB de los pa¨ªses en unas d¨¦cimas
Las fichas del tablero que acaba de sellar el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, con sus vecinos de Kazajist¨¢n y Bielorrusia no se explican por los n¨²meros. La Uni¨®n Econ¨®mica Euroasi¨¢tica no supondr¨¢ una gran diferencia para unas econom¨ªas en serios aprietos y cuyo patr¨®n exportador se superpone m¨¢s que se complementa.
Incluso en el mejor de los casos, asegura Dimitri Petrov, analista de Nomura, ¡°el impacto ser¨¢ muy peque?o con un aumento del PIB, si acaso, de entre el 0,1% y el 0,2%¡±. Desde 2009, estos tres pa¨ªses ya tienen un acuerdo de libre comercio y en este tiempo apenas ha variado el flujo comercial entre ellos. Las exportaciones de Rusia a estos dos pa¨ªses apenas suponen el 7% del total, mientras que el comercio de la regi¨®n con China casi se ha duplicado. Lo apabullante de un mercado de 170 millones de consumidores, en un espacio equivalente al 15% de la tierra firme ¡ªseg¨²n recuerdan en su p¨¢gina web¡ª se diluye al comparar las econom¨ªas de estos tres pa¨ªses, que juntos suman unos 2,7 billones de d¨®lares, algo por debajo del PIB de Francia.
No son los n¨²meros. Desde Hong Kong, Alicia Garc¨ªa-Herrero, economista jefe para Mercados Emergentes de BBVA Research, insiste en que a esta uni¨®n se ha llegado por dos v¨ªas. ¡°Por un lado, la presi¨®n de Europa por el Oeste, con el tema de Ucrania, y por el Este, la creciente dependencia de China de pa¨ªses como Turkmenist¨¢n y la propia Kazajist¨¢n. Rusia necesita recrear un colch¨®n que le preserve a un lado y a otro y este pacto ha de leerse en este contexto¡±.
De hecho, China es el principal socio comercial de los pa¨ªses del Asia central y su principal importador de gas y petr¨®leo. Pero adem¨¢s es un inversor de creciente importancia en la zona y una clara fuente de financiaci¨®n de proyectos de infraestructuras. Y todo sin presiones para aumentar la integraci¨®n pol¨ªtica, como s¨ª hace Mosc¨². ¡°Pek¨ªn busca, entre otras cosas, un aumento de las carreteras y las infraestructuras ferroviarias, lo que permitir¨¢ la exportaci¨®n, a su vez, de productos chinos en la regi¨®n y tambi¨¦n hacia Europa¡±, explicaba en un reciente art¨ªculo Konrad Zaszotowt, experto de Instituto Polaco de Asuntos Internacionales.
Pese a la pompa con la que se ha celebrado la firma, las cuestiones pendientes se amontonan y su importancia no es menor. ¡°Hay muchos temas sin resolver, especialmente las relacionadas con la compra de compa?¨ªas estatales o la comercializaci¨®n com¨²n de los productos energ¨¦ticos¡±, recalca Petrov desde el otro lado de la l¨ªnea. Y esos son dos temas clave para Rusia, pero tambi¨¦n para Kazajist¨¢n. Al contrario de lo que han declarado, cada vez est¨¢n construyendo m¨¢s infraestructuras propias.
De hecho, Astan¨¢ est¨¢ construyendo una planta de gas cerca del campo de Karachaganak para dejar de depender de un complejo similar de Rusia en Orenburgo; la refiner¨ªa de Pavlodar cada vez procesa menos crudo de Siberia y m¨¢s petr¨®leo nacional y la expansi¨®n de la red de ferrocarriles le permite evitar la red rusa para el transporte de sus exportaciones.
Tampoco es casual que la firma de este pacto de integraci¨®n se produzca apenas una semana despu¨¦s del acuerdo gasista con China. ¡°Los dirigentes rusos est¨¢n deseando probar al resto del mundo que el pa¨ªs no est¨¢ tan aislado econ¨®micamente como pretenden hacer creer Occidente¡±, aclara Liza Ermolenko, economista de Mercados Emergentes de Capital Economics, desde Londres. Pero las cifras le contradicen.
¡°La entrada de capital extranjero en Rusia este a?o va a ser m¨ªnima, algo de inversi¨®n directa para mantener proyectos ya en marcha y alguna inversi¨®n espor¨¢dica en cartera¡±, reconoc¨ªa este jueves el Instituto de Finanzas Internacionales. Como consecuencia del conflicto con Ucrania, y de la desaceleraci¨®n en Turqu¨ªa, la Europa emergente ver¨¢ desplomarse los flujos a la regi¨®n un 25% entre 2013 y 2015. No es una gran forma de hacer amigos.
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